El sociólogo estadounidense David Stuckler compara las medidas adoptadas por Grecia e Islandia para concluir que los recortes matan
ARANTXA ASENSIO GRANADAEl sociólogo David Stuckler explica los beneficios de invertir en salud.
Hay dos caminos, uno lleva hasta Islandia, el otro se dirige a Grecia. España, a tenor de lo expuesto por el sociólogo David Stuckler, parece que ha tomado el que tiene como destino la cuna de la democracia. Stuckler presentó ayer en la sede de la Escuela Andaluza de Salud Pública su último libro, con un título más que clarificador de cómo puede acabar la senda emprendida por el Gobierno de Mariano Rajoy en el terreno de los recortes en materia sanitaria: La austeridad mata.
Stuckler contrapuso las medidas adoptadas por el Ejecutivo islandés y las que en su día tomó el Gobierno heleno. El primero condujo a su país a la recuperación económica, social e incluso vital - "La gente duerme más y está más tiempo con su familia", afirmó el sociólogo- mientras que el segundo ha convertido a Grecia en una preocupación sanitaria para todo el continente. "Va a ser necesario invertir más para curar las enfermedades que lo que hubiera costado prevenirlas".
El sociólogo expuso en su intervención cifras mareantes, las de los millones de euros que hasta la fecha se han recortado por parte de los Ejecutivos primero de Zapatero (15.000 millones) y ahora de Rajoy (65.000 millones), medidas que han acabado por generar más desempleo "y han empeorado la economía". Para Stuckler el coste humano de ese tijeretazo en Sanidades "tremendo". Para avanzar en cómo puede derivar las medidas políticas en la salud reseñó cómo en Grecia enfermedades como el sida estaban repuntando. La causa, el recorte en jeringuillas para los toxicómanos. "Las infecciones por VIH se han duplicado, a menos jeringuillas, más contagio". También hay más casos de malaria por la relajación en la profilaxis.
Por contra, en Islandia la población votó en referendum no aceptar el rescate del Fondo Monetario Internacional (FMI) y dejaron que la banca quebrara. "El 93% dijo no al rescate y aumentó el bienestar social, hubo menos consumo de comida rápida, aumentaron las exportaciones y dormían más pasaban más tiempo con sus familias". La retahíla de estadísticas revela que las medidas de austeridad pueden provocar un desastre sanitario mayor que el que causaría la propia crisis.
Stuckler también analizó las medidas tomadas por Franklin Delano Roosevelt, por varios países de Europa del Este tras la caída del comunismo y la crisis financiera que azotó el sudeste asiático a finales de los 90, donde la austeridad impuesta por el FMI "causó tres veces más daño de lo que hubiera pasado sin esas medidas".
A pesar de las experiencias, los economistas se empecinan en recetar las mismas medidas, algo que para el sociólogo lleva a la conclusión de que "la economía es demasiado importante para dejársela a los economistas".
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