El músico británico explica en un coloquio la decisión del cambio de programa del concierto del lunes en los Arrayanes y reflexiona acerca de su trayectoria y sus composiciones
ANTONIO CERVERA
El compositor británico Michael Nyman confesó ayer en un coloquio con varios alumnos de los Cursos Manuel de Falla no ser capaz técnicamente de interpretar las variaciones Goldberg. Tras el desconcierto que produjo el cambio inesperado de programa en su actuación del pasado lunes en el patio de los Arrayanes, Nyman argumentó que prefirió escoger un programa donde se encontraba "más cómodo", permitiéndole "comunicar y estar relajado".
La actuación en cuestión, enmarcada dentro del programa oficial Festival de Música y Danza de Granada, prometía ser un evento único gracias a la interpretación de la obraGoldberg Shuffle, un estreno absoluto anunciado a bombo y platillo basado en la reinterpretación de las técnicamente y musicalmente dificilísimas Variaciones Goldberg de J. S. Bach. El estreno nuca llegó y fue sustituido por un collage de sus obras más destacadas para cine en combinación con breves fragmentos de El clave bien Temperado de Bach. Nyman recordó que no es "un pianista profesional", pese a ser un "compositor profesional". Tras componer la obra y sentarse frente a ella, se vio "incapaz como pianista de llevar a cabo una ejecución técnica correcta, algo a lo que -según recalcó- "pocos pianistas pueden llegar". "Ni aunque ensayara cien años sería capaz", sentenció el músico con absoluta sinceridad. Este ejercicio de humildad lo coloca en el lugar en el que está, el de los grandes de la música, consagrado como musicólogo, crítico y, especialmente, como compositor de bandas sonoras. Sin embargo, aún está por aclarar por qué el Festival no anunció con claridad el cambio de programa, en lo que algunos asistentes y críticos han calificado de "sorpresa", "decepción" e incluso "timo".
Encuentros como el de ayer, celebrado en el Aula Magna de la Facultad de Medicina, le ayudan a contar por qué ha hecho su música "para que el público, cuando vuelva a oírla, pueda saber más de ella". Siempre cercano al público y en conexión permanente con los alumnos, destacó la importancia de comunicar sus obras y se mostró convencido de que "la música es comunicación".
A lo largo del coloquio, Nyman pudo responder a las diferentes preguntas que realizaron los asistentes. Además de analizar su papel como musicólogo experto en la música barroca del siglo XVII, como crítico, e incluso como fotógrafo, Nyman disertó especialmente acerca de sus composiciones para cine y sus colaboraciones con diferentes directores, destacando sus trabajos con Peter Greenaway. También hubo lugar para la proyección de un pequeño film suyo: New Bull.
Nyman reflexionó sobre el papel de la crítica del mundo académico, que lo ha calificado en más de una ocasión como outsider, situándolo fuera de juego del mundo de la música culta por componer para el cine. Pero contraatacó tales críticas considerándose un insider que ha evolucionado y se ha adaptado a los cambios, sintiendo que hay "una divergencia abismal entre público y crítica". "He compuesto cuartetos, óperas, piezas para piano... y sin embargo la fama internacional me ha llegado a través de la banda sonora de El Piano", recordó.
Por otro lado, cuando se le pregunta por la clasificación de sus composiciones dentro del estiloNew Age, Nyman reniega de este encasillamiento, considerando su estilo "mucho más profundo y académico, menos superficial y con otras aspiraciones". Prefiere los términos "música de cine" o "música sinfónica" y afirma "haberse labrado un camino propio encontrando un estilo muy personal".
De su paso por Granada, se queda con el recuerdo del que dice ser "uno de los escenarios más maravillosos" donde ha tocado. Se despide de esta forma llevándose el cariño del público gracias a su carisma, su sentido del humor y su humildad. Y pese a haber protagonizado uno de los fiascos más sonoros en la historia del Festival de Música y Danza.
La actuación en cuestión, enmarcada dentro del programa oficial Festival de Música y Danza de Granada, prometía ser un evento único gracias a la interpretación de la obraGoldberg Shuffle, un estreno absoluto anunciado a bombo y platillo basado en la reinterpretación de las técnicamente y musicalmente dificilísimas Variaciones Goldberg de J. S. Bach. El estreno nuca llegó y fue sustituido por un collage de sus obras más destacadas para cine en combinación con breves fragmentos de El clave bien Temperado de Bach. Nyman recordó que no es "un pianista profesional", pese a ser un "compositor profesional". Tras componer la obra y sentarse frente a ella, se vio "incapaz como pianista de llevar a cabo una ejecución técnica correcta, algo a lo que -según recalcó- "pocos pianistas pueden llegar". "Ni aunque ensayara cien años sería capaz", sentenció el músico con absoluta sinceridad. Este ejercicio de humildad lo coloca en el lugar en el que está, el de los grandes de la música, consagrado como musicólogo, crítico y, especialmente, como compositor de bandas sonoras. Sin embargo, aún está por aclarar por qué el Festival no anunció con claridad el cambio de programa, en lo que algunos asistentes y críticos han calificado de "sorpresa", "decepción" e incluso "timo".
Encuentros como el de ayer, celebrado en el Aula Magna de la Facultad de Medicina, le ayudan a contar por qué ha hecho su música "para que el público, cuando vuelva a oírla, pueda saber más de ella". Siempre cercano al público y en conexión permanente con los alumnos, destacó la importancia de comunicar sus obras y se mostró convencido de que "la música es comunicación".
A lo largo del coloquio, Nyman pudo responder a las diferentes preguntas que realizaron los asistentes. Además de analizar su papel como musicólogo experto en la música barroca del siglo XVII, como crítico, e incluso como fotógrafo, Nyman disertó especialmente acerca de sus composiciones para cine y sus colaboraciones con diferentes directores, destacando sus trabajos con Peter Greenaway. También hubo lugar para la proyección de un pequeño film suyo: New Bull.
Nyman reflexionó sobre el papel de la crítica del mundo académico, que lo ha calificado en más de una ocasión como outsider, situándolo fuera de juego del mundo de la música culta por componer para el cine. Pero contraatacó tales críticas considerándose un insider que ha evolucionado y se ha adaptado a los cambios, sintiendo que hay "una divergencia abismal entre público y crítica". "He compuesto cuartetos, óperas, piezas para piano... y sin embargo la fama internacional me ha llegado a través de la banda sonora de El Piano", recordó.
Por otro lado, cuando se le pregunta por la clasificación de sus composiciones dentro del estiloNew Age, Nyman reniega de este encasillamiento, considerando su estilo "mucho más profundo y académico, menos superficial y con otras aspiraciones". Prefiere los términos "música de cine" o "música sinfónica" y afirma "haberse labrado un camino propio encontrando un estilo muy personal".
De su paso por Granada, se queda con el recuerdo del que dice ser "uno de los escenarios más maravillosos" donde ha tocado. Se despide de esta forma llevándose el cariño del público gracias a su carisma, su sentido del humor y su humildad. Y pese a haber protagonizado uno de los fiascos más sonoros en la historia del Festival de Música y Danza.
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