- Un análisis advierte sobre las consecuencias de los recortes
- Denuncian la falta de datos oficiales de indicadores de salud
- Hay un aumento de depresiones, y se teme repunte de VIH y tuberculosis
María Valerio | Madrid
Si primero fue Grecia, ahora le toca el turno a España. Después del detallado análisis realizado en 'The Lancet' sobre los efectos de la austeridad en la salud de nuestros vecinos del Mediterráneo, ahora es la revista 'British Medical Journal' la que advierte de los riesgos para la salud que implican los recortes en nuestro Sistema Nacional de Salud.
Helena Legido-Quigley lleva 10 años como profesora (lecturer, es la palabra exacta en inglés) en la prestigiosa Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres (Reino Unido); trabaja en el equipo de Martin McKee, el profesor de Salud Pública, que ya le sacó los colores a la Unión Europea sobre los efectos que la austeridad estaba teniendo sobre la salud de los griegos. "Le dije que quería hacer lo mismo en España", relata a ELMUNDO.es esta socióloga especialista en Sistemas de salud.
El resultado de aquella proposición son dos páginas demoledoras en la revista británica, en la que se pone de manifiesto el efecto que los recortes del Gobierno puede tener a largo plazo en la salud de los españoles. Para su análisis, Legido-Quigley se desplazó a España y, además de entrevistar a 34 médicos catalanes, ha contado con la colaboración del profesor José María Martín Moreno, de la Universidad de Valencia; Carlos Álvarez Dardet, especialista del Ciber de Salud Pública y Laura Otero, de la Universidad de Lleida. Además del propio McKee.
El documento realiza un repaso descriptivo por las últimas medidas impuestas por el Gobierno a través del Real Decreto 16/2012, desde la exclusión de la atención a los inmigrantes sin papeles, el copago farmacéutico y para productos protésicos, el euro por receta en Madrid y Cataluña (posteriormente anulado por el Tribunal Constitucional)...
"Para mí era sorprendente que todas estas medidas se aplicasen en uno de los sistemas de salud más baratos de la Unión Europea [España invierte el 7% de su PIB frente al 7,6% de la media europea]; con mejores indicadores de salud y mejor valorado por la población", señala Legido-Quingley desde Londres.
La autora admite sin embargo que el estudio no ha podido analizar en profundidad los efectos numéricos que la austeridad puede estar teniendo en algunos indicadores de salud; "primero, porque quizás falta algo más de tiempo para que el impacto de la crisis se vea, pero es que además no hay datos, es algo terrible". De hecho, la autora se pregunta qué datos avalan, por ejemplo, la privatización de hospitales prevista en la Comunidad de Madrid, cuando las experiencias de otros países como Alemania, EEUU, Reino Unido o Australia demuestran que la gestión privada no es necesariamente más eficiente (en las referencias se citan estudios publicados en 'PLoS', 'Health Economics', 'Health Policy' o 'BMC').
La falta de indicadores de salud y datos oficiales sobre la Sanidad española es algo que llevan tiempo denunciando los especialistas que han pasado por 'Las voces de la Sanidad', la serie de entrevistas de ELMUNDO.es con motivo de los recortes.
Sin embargo, sí se pueden apoyar con datos algunas cuestiones que ya empiezan a notarse en las consultas, como el aumento de los casos de depresión y ansiedad (con un aumento del 17% al 20%, según diversos estudios, como el aparecido en 'European Journal of Public Health') e incluso un incremento de los suicidios (según un informe de la Policía realizado en Cataluña entre 2010 y 2011). "Además, sugerimos que, viendo lo que ya está pasando en Grecia, es previsible un aumento de los casos de enfermedades infecciosas como el VIH y la tuberculosis a consecuencia de dejar sin atención sanitaria a unas 500.000 personas sin papeles", añade la especialista de la London School.
El profesor Martin McKee trabaja ya en un análisis más detallado de los efectos de los recortes sanitarios en términos cuantitativos, aunque como admite Legido-Quingley no es un trabajo fácil debido a la "preocupante falta de datos, de indicadores, que se publican en España hasta con tres o cuatro años de retraso".
"Durante cinco años, las políticas para afrontar la crisis se han centrado exclusivamente en indicadores económicos. Nuestro estudio arroja luz sobre el sufrimiento humano que estas políticas están causando", concluye McKee en una nota remitida por su institución.
Empeora la valoración de los ciudadanos
Coincidiendo con la publicación en 'BMJ', la consultora Ipsos ha dado a conocer su Informe Global @dvisor' que analiza la percepción de la salud que tienen los ciudadanos en 15 países de todo el mundo.En el caso de España, según señala la compañía en un comunicado, el 53% de los encuestados cree que la situación ha ido a peor en los últimos años, lo que se traduce en una caída de la valoración de 171 puntos, cuando la media mundial mejora 32.Concretamente, los pacientes españoles califican como negativa la evolución de la sanidad y creen que el acceso médico ha bajado cinco puntos, 47 desciende el acceso a tratamientos y 39 las pruebas diagnósticas. En lo que se refiere a la valoración global del paciente, se desploma nada menos que 164 puntos, frente a los 91 que sube de media en el resto de países.
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