El ciclo de la Consejería de Cultura, que se inaugura esta noche, regresa por séptimo año consecutivo a las pantallas granadinas con una apuesta por mostrar la realidad de otras sociedades
G. CAPPA GRANADA
Cines del Sur. Imágenes del Milenio regresa por séptimo año a las pantallas granadinas con su apuesta por el cine 'invisible' mientras, en la taquilla, reina una semana másFast and furious 6. La cita arranca esta noche en el Teatro Isabel la Católica con la proyección de la película filipinaThy Womb, del director Brillante Mendoza, un veterano del certamen que participa por tercera vez y que ahora regresa después de ganar el premio al mejor director en el Festival de Cannes de 2011.
-¿Cómo se ha sentido estos últimos dos años mientras caían todos los festivales a su alrededor?
-Lo cierto es que hay un convencimiento de la bondad de este festival en la Junta de Andalucía. Este es el tercer consejero de Cultura que tenemos y el hecho de que en Granada se defienda el festival es algo fundamental porque que se cayera Cines del Sur entraba dentro de lo previsible, de lo lógico.
-Fue un proyecto de Manuel Chaves, tampoco parece que se mantenga como una deuda moral con el expresidente...
-Además hubo elecciones el año pasado. Lo mejor de todo es que yo he aceptado seguir en el festival a cambio de que siga en 2014, estoy dispuesto a hacer 2013 con la certeza de que habrá uno en 2014, luego ya veremos con qué dimensiones y con qué presupuesto, pero saber de antemano esto nos permite ponernos a trabajar. La idea es mantenernos en el ritmo que estamos ahora, pero buscando nuevos apoyos que no puedes encontrar si estás siempre con la incertidumbre de si vas a continuar o no. Por ejemplo, la Fundación Japón apoya este año con ocho películas, es un ciclo completo que teníamos hablado desde octubre, pero yo no podía confirmarles que íbamos a traer las películas porque no tenía confirmado que iba a haber festival. Ya no es un problema de dinero, es un problema de capacidad de acción. Si voy al extranjero y le planteo a Al Jazzeera un acuerdo a largo plazo no sé si estoy mintiendo. Pero no se trata de que yo quede mal, que es lo menos importante, es que el festival tiene luego que volver a esos sitios para seguir haciendo programaciones.
-¿Temió en algún momento que quedara reducido a un cine club?
-Hemos conseguido asentar un festival bastante decente, cuando repasamos las anteriores ediciones estamos ahora casi al mismo nivel de programación que el primer año, tenemos muchas salas... Es verdad que se ha perdido la ampulosidad del festival de entonces con las pantallas de cine en las calles, pero eso es algo que es muy sencillo de recuperar en el futuro.
-En cuanto a los directores que han participado en el festival, ¿Brillante Mendoza ha sido el que ha conseguido una mayor proyección internacional?
-También hemos tenido a Panahi y a Zhan Yuang, que vuelve este año con Beijing Flickers, aunque es verdad que cuando vinieron ya eran directores conocidos. Depende de a qué nos referimos cuando hablamos de éxito, si hablamos de directores que mantienen una continuidad como Brillante es evidente, pero hay directores como Shivajee Chandrabhushan, que gracias al premio a Frozen en Cines del Sur consiguió hacer una segunda película que tiene terminada y vendrá a Granada en 2014. Yousry Nasrallah, un director egipcio muy consolidado en el mundo árabe, también viene este año. Este cine tiene sus dimensiones, Brillante es un referente, pero cada uno es muy conocido en su pequeño mundo.
-¿Qué destaca de la programación de este año?
-La película africana de este año, Nairobi Half Life, es una de esta película de cine dentro del cine, está dirigida por un keniata y los programadores estaban muy sorprendidos porque nunca habíamos tenido una película de Kenia, era una película que tenía muchos novios pero que hemos conseguido estrenarla aquí. After the Battle, la película de Nasrallah, es una historia de amor, como un Romeo y Julieta, con un caballero que va a la Plaza de Tahir a atacar a los manifestantes que se enamora de una joven rica, divorciada e intelectual de izquierdas, una historia de amor imposible. Tenemos películas de todos nuestros ámbitos, tenemos asiáticas, africanas, árabes y latinoamericanas casi en la misma proporción. Lo que está muy bien son los ciclos paralelos a la Sección Oficial, en el futuro vamos a apostar porque se proyecte más Cines del Sur fuera de las fechas propias del festival. En el ciclo de musicales contamos con un documental sobre Silvio Rodríguez y una película de dos directoras italianas sobre una bailarina china que se ha convertido en una megaestrella en el mundo árabe y que se estrenó este viernes en Granada. También tenemos un ciclo de documentales de Al Jazeera, que espero sea el inicio de una colaboración estable con ellos, una de mis principales líneas de trabajo en el futuro.
¿Se está haciendo mucho cine sobre las revoluciones árabes?
-Sí, tenemos un documental sobre una argelina que es una sin techo que está batallando dentro de la revolución tunecina protegiendo a su familia. El cine árabe sabe contar historias muy personales en el contexto del drama de un país.
-En España somos más cautos a la hora de filmar nuestra historia reciente, ¿le sorprende que todavía no haya ninguna película sobre el 15-M pero sí novelas como la de Alejandro Pedregosa?
-Una vez me llegó un productor y me dijo que por qué no preparábamos una película sobre los movimientos sociales en España, y realmente te das cuenta de que ese tema no se ha tratado sustancialmente, hay cortos pero ni siquiera hay un gran documental sobre los movimientos sociales. En relación a la literatura, el mundo del cine tiene menos reflejos, si muere el Papa al día siguiente ya hay cuatro libros sobre el nuevo que era un completo desconocido. El problema del cine actual es de viabilidad.
-Pero todavía sigue habiendo cosas que chirrían, como la película que acaba de presentar Antonia San Juan, con una gran subvención de la Comunidad Autónoma de Canarias...
-Estos casos se dan cada vez menos, este año no se sabe qué número de películas se van a producir en España, pero serán muy pocas, y los actores y directores están sin trabajo.
-¿Tiene algún proyecto sobre los movimientos sociales en España dado el vacío que existe?
-Sí, estamos detrás de hacer algo, pero hay que ver cómo lo abordamos para que no se convierta en un panfleto ni en algo insípido. Me gustaría hacer ficción sobre los movimientos sociales más que un documental, ver lo que nace alrededor, porque estoy convencido de que van a fructificar en algo.
-Cines del Sur incorpora este año al Milenio incluso en el nombre del festival. ¿Cómo ha conseguido cuadrar un programa para dar contenido a la efeméride y que no sea un pastiche y se quede en algo vacuo?
-Por un lado hemos cerrado con Al Jazeera el acuerdo de colaboración para proyectar los documentales más importantes del mundo árabe, por otro lado vamos a hacer una sección completa de cine marroquí y vamos a proyectar las películas más importantes de los últimos cinco años, lo que creo que tiene todo el sentido. Realmente, nuestra cultura andalusí tiene mucho que ver con Marruecos más que con otros lugares, es algo evidente. Hemos invitado al Festival de Cine de Memoria Común de Nador porque hay una cosas evidente, tenemos un pasado que hay que reivindicar. Que haya una conmemoración sobre eso tiene un interés puntual, a mi me interesan menos los acontecimientos puntuales como un concierto y prefiero propuestas que se repitan cada año. Cuando nos propusieron ser una bienal lo rechazamos porque nos asegurábamos una posible edición con más presupuesto, pero unas grandísimas posibilidades de desaparecer, porque la gente al final quiere que cada mes de junio exista una cita con un determinado tipo de cine. Después de los momentos de dudas de los últimos años, que ya no te pregunten si vamos a seguir o no y se de por hecho que va a haber Cines del Sur es todo un éxito.
-Ha dicho en alguna ocasión que no quiere autocensurarse pero, por ejemplo, ¿traería a Cines del Sur una película que justifique la violencia de género?
-En un mundo en el que los conflictos están a la orden del día, más aún que en el mundo occidental, donde son menos evidentes y menos larvados, ¿cómo no va a haber películas que tomen una postura respecto al conflicto? En un momento determinado podemos proyectar una película prosaharui y después otra que defienda todo lo contrario. Qué hacemos nosotros, ¿negarnos a proyectar una película? ¿Con qué criterio? Nosotros no estamos en ese conflicto, tenemos muy claro qué películas sobrepasan los límites, pero nuestra primera barrera es la calidad del cine, hasta el momento no nos hemos encontrado con este dilema. Pero sí hemos proyectado a Panahi cuando podría haber causado un conflicto internacional con Irán. ¿Qué hacemos en ese caso? Elegimos el cine.
-¿Traer a todos los directores de las películas de la competición oficial y a los actores se llevaba buena parte del presupuesto?
-Era la cuarta parte del presupuesto, unos 250.000 euros, lo que es mucho dinero, casi el doble del presupuesto actual. Claro, era una cantidad de aquellos tiempos, ahora no hay duda de que eso es inviable. Las directoras italianas que presentaron el viernes su película se han pagado ellas su billete. Estamos en un momento en que los cimientos son más sólidos y empezamos a construir, a lo mejor hubiera sido mejor nacer como estamos ahora porque conocer el suelo está bien, si somos inteligentes podemos crecer con facilidad, de hecho este año hemos crecido un poquito.
-¿Qué pueden hacer en este sentido?
-Tenemos que reinventar muchas cosas, si ya no podemos traer a los directores tenemos que intentar que ellos envíen alguna presentación o contar con ellos de manera interactiva... Es una de las cosas que queremos hacer en 2014, plantear coloquios on-line con los directores. Están cambiando muchas cosas, hace tres año hubiese sido imposible seleccionar y conseguir cuarenta películas en un mes escaso, pero ahora las distribuidoras tienen sus películas en plataformas privadas de internet y los programadores pueden verlas a través de una contraseña y te ahorras el tiempo de contactar con la productora y que te mande el DVD.
-¿Ya no hay que tener presencia física en los grandes festivales de cine asiático o africano?
-Eso se echa de menos, es una cuestión de credibilidad, si nosotros no tuviésemos todo el trabajo previo que hemos hecho los últimos años no nos prestaba películas ni el tato. Es verdad que los programadores, y yo mismo, seguimos viajando a los festivales porque somos gente de cine, pero al festival no le cuesta dinero. Nuestra colaboración con Al Jazeera viene porque yo tenía relaciones previas con ellos, con viajes pagados de mi bolsillo o invitado por ellos.
-¿Tienen previsto estrechar relaciones con la Facultad de Comunicación Audiovisual? ¿Es un caladero de espectadores?
-Es así, pero tiene el handicap de que Cines del Sur coincide con la época del final de los exámenes. Cines del Sur va a ser una asignatura de postgrado en la Facultad de Comunicación, el año que viene llegarán los primeros estudiantes. Estamos cerrando un seminario sobre el festival con créditos para los estudiantes.... Hay un festival imaginario y paralelo en la Universidad, eso está claro. Si un estudiante de Comunicación Audiovisual no está interesado en Cines del Sur debería dedicarse a otra cosa. Si una persona interesada en esto no quiere ver otras formas de hacer cine...
-Entre tanto drama, tiene Cines del Sur cabida para el cine freak?
-Hemos tenido ya cosas muy divertidas. Estuvimos como locos detrás de una sección de superhéroes asiáticos, pero al final no la conseguimos. Más pronto que tarde vamos a tener cosas de otro tipo.
-¿Cómo se ha sentido estos últimos dos años mientras caían todos los festivales a su alrededor?
-Lo cierto es que hay un convencimiento de la bondad de este festival en la Junta de Andalucía. Este es el tercer consejero de Cultura que tenemos y el hecho de que en Granada se defienda el festival es algo fundamental porque que se cayera Cines del Sur entraba dentro de lo previsible, de lo lógico.
-Fue un proyecto de Manuel Chaves, tampoco parece que se mantenga como una deuda moral con el expresidente...
-Además hubo elecciones el año pasado. Lo mejor de todo es que yo he aceptado seguir en el festival a cambio de que siga en 2014, estoy dispuesto a hacer 2013 con la certeza de que habrá uno en 2014, luego ya veremos con qué dimensiones y con qué presupuesto, pero saber de antemano esto nos permite ponernos a trabajar. La idea es mantenernos en el ritmo que estamos ahora, pero buscando nuevos apoyos que no puedes encontrar si estás siempre con la incertidumbre de si vas a continuar o no. Por ejemplo, la Fundación Japón apoya este año con ocho películas, es un ciclo completo que teníamos hablado desde octubre, pero yo no podía confirmarles que íbamos a traer las películas porque no tenía confirmado que iba a haber festival. Ya no es un problema de dinero, es un problema de capacidad de acción. Si voy al extranjero y le planteo a Al Jazzeera un acuerdo a largo plazo no sé si estoy mintiendo. Pero no se trata de que yo quede mal, que es lo menos importante, es que el festival tiene luego que volver a esos sitios para seguir haciendo programaciones.
-¿Temió en algún momento que quedara reducido a un cine club?
-Hemos conseguido asentar un festival bastante decente, cuando repasamos las anteriores ediciones estamos ahora casi al mismo nivel de programación que el primer año, tenemos muchas salas... Es verdad que se ha perdido la ampulosidad del festival de entonces con las pantallas de cine en las calles, pero eso es algo que es muy sencillo de recuperar en el futuro.
-En cuanto a los directores que han participado en el festival, ¿Brillante Mendoza ha sido el que ha conseguido una mayor proyección internacional?
-También hemos tenido a Panahi y a Zhan Yuang, que vuelve este año con Beijing Flickers, aunque es verdad que cuando vinieron ya eran directores conocidos. Depende de a qué nos referimos cuando hablamos de éxito, si hablamos de directores que mantienen una continuidad como Brillante es evidente, pero hay directores como Shivajee Chandrabhushan, que gracias al premio a Frozen en Cines del Sur consiguió hacer una segunda película que tiene terminada y vendrá a Granada en 2014. Yousry Nasrallah, un director egipcio muy consolidado en el mundo árabe, también viene este año. Este cine tiene sus dimensiones, Brillante es un referente, pero cada uno es muy conocido en su pequeño mundo.
-¿Qué destaca de la programación de este año?
-La película africana de este año, Nairobi Half Life, es una de esta película de cine dentro del cine, está dirigida por un keniata y los programadores estaban muy sorprendidos porque nunca habíamos tenido una película de Kenia, era una película que tenía muchos novios pero que hemos conseguido estrenarla aquí. After the Battle, la película de Nasrallah, es una historia de amor, como un Romeo y Julieta, con un caballero que va a la Plaza de Tahir a atacar a los manifestantes que se enamora de una joven rica, divorciada e intelectual de izquierdas, una historia de amor imposible. Tenemos películas de todos nuestros ámbitos, tenemos asiáticas, africanas, árabes y latinoamericanas casi en la misma proporción. Lo que está muy bien son los ciclos paralelos a la Sección Oficial, en el futuro vamos a apostar porque se proyecte más Cines del Sur fuera de las fechas propias del festival. En el ciclo de musicales contamos con un documental sobre Silvio Rodríguez y una película de dos directoras italianas sobre una bailarina china que se ha convertido en una megaestrella en el mundo árabe y que se estrenó este viernes en Granada. También tenemos un ciclo de documentales de Al Jazeera, que espero sea el inicio de una colaboración estable con ellos, una de mis principales líneas de trabajo en el futuro.
¿Se está haciendo mucho cine sobre las revoluciones árabes?
-Sí, tenemos un documental sobre una argelina que es una sin techo que está batallando dentro de la revolución tunecina protegiendo a su familia. El cine árabe sabe contar historias muy personales en el contexto del drama de un país.
-En España somos más cautos a la hora de filmar nuestra historia reciente, ¿le sorprende que todavía no haya ninguna película sobre el 15-M pero sí novelas como la de Alejandro Pedregosa?
-Una vez me llegó un productor y me dijo que por qué no preparábamos una película sobre los movimientos sociales en España, y realmente te das cuenta de que ese tema no se ha tratado sustancialmente, hay cortos pero ni siquiera hay un gran documental sobre los movimientos sociales. En relación a la literatura, el mundo del cine tiene menos reflejos, si muere el Papa al día siguiente ya hay cuatro libros sobre el nuevo que era un completo desconocido. El problema del cine actual es de viabilidad.
-Pero todavía sigue habiendo cosas que chirrían, como la película que acaba de presentar Antonia San Juan, con una gran subvención de la Comunidad Autónoma de Canarias...
-Estos casos se dan cada vez menos, este año no se sabe qué número de películas se van a producir en España, pero serán muy pocas, y los actores y directores están sin trabajo.
-¿Tiene algún proyecto sobre los movimientos sociales en España dado el vacío que existe?
-Sí, estamos detrás de hacer algo, pero hay que ver cómo lo abordamos para que no se convierta en un panfleto ni en algo insípido. Me gustaría hacer ficción sobre los movimientos sociales más que un documental, ver lo que nace alrededor, porque estoy convencido de que van a fructificar en algo.
-Cines del Sur incorpora este año al Milenio incluso en el nombre del festival. ¿Cómo ha conseguido cuadrar un programa para dar contenido a la efeméride y que no sea un pastiche y se quede en algo vacuo?
-Por un lado hemos cerrado con Al Jazeera el acuerdo de colaboración para proyectar los documentales más importantes del mundo árabe, por otro lado vamos a hacer una sección completa de cine marroquí y vamos a proyectar las películas más importantes de los últimos cinco años, lo que creo que tiene todo el sentido. Realmente, nuestra cultura andalusí tiene mucho que ver con Marruecos más que con otros lugares, es algo evidente. Hemos invitado al Festival de Cine de Memoria Común de Nador porque hay una cosas evidente, tenemos un pasado que hay que reivindicar. Que haya una conmemoración sobre eso tiene un interés puntual, a mi me interesan menos los acontecimientos puntuales como un concierto y prefiero propuestas que se repitan cada año. Cuando nos propusieron ser una bienal lo rechazamos porque nos asegurábamos una posible edición con más presupuesto, pero unas grandísimas posibilidades de desaparecer, porque la gente al final quiere que cada mes de junio exista una cita con un determinado tipo de cine. Después de los momentos de dudas de los últimos años, que ya no te pregunten si vamos a seguir o no y se de por hecho que va a haber Cines del Sur es todo un éxito.
-Ha dicho en alguna ocasión que no quiere autocensurarse pero, por ejemplo, ¿traería a Cines del Sur una película que justifique la violencia de género?
-En un mundo en el que los conflictos están a la orden del día, más aún que en el mundo occidental, donde son menos evidentes y menos larvados, ¿cómo no va a haber películas que tomen una postura respecto al conflicto? En un momento determinado podemos proyectar una película prosaharui y después otra que defienda todo lo contrario. Qué hacemos nosotros, ¿negarnos a proyectar una película? ¿Con qué criterio? Nosotros no estamos en ese conflicto, tenemos muy claro qué películas sobrepasan los límites, pero nuestra primera barrera es la calidad del cine, hasta el momento no nos hemos encontrado con este dilema. Pero sí hemos proyectado a Panahi cuando podría haber causado un conflicto internacional con Irán. ¿Qué hacemos en ese caso? Elegimos el cine.
-¿Traer a todos los directores de las películas de la competición oficial y a los actores se llevaba buena parte del presupuesto?
-Era la cuarta parte del presupuesto, unos 250.000 euros, lo que es mucho dinero, casi el doble del presupuesto actual. Claro, era una cantidad de aquellos tiempos, ahora no hay duda de que eso es inviable. Las directoras italianas que presentaron el viernes su película se han pagado ellas su billete. Estamos en un momento en que los cimientos son más sólidos y empezamos a construir, a lo mejor hubiera sido mejor nacer como estamos ahora porque conocer el suelo está bien, si somos inteligentes podemos crecer con facilidad, de hecho este año hemos crecido un poquito.
-¿Qué pueden hacer en este sentido?
-Tenemos que reinventar muchas cosas, si ya no podemos traer a los directores tenemos que intentar que ellos envíen alguna presentación o contar con ellos de manera interactiva... Es una de las cosas que queremos hacer en 2014, plantear coloquios on-line con los directores. Están cambiando muchas cosas, hace tres año hubiese sido imposible seleccionar y conseguir cuarenta películas en un mes escaso, pero ahora las distribuidoras tienen sus películas en plataformas privadas de internet y los programadores pueden verlas a través de una contraseña y te ahorras el tiempo de contactar con la productora y que te mande el DVD.
-¿Ya no hay que tener presencia física en los grandes festivales de cine asiático o africano?
-Eso se echa de menos, es una cuestión de credibilidad, si nosotros no tuviésemos todo el trabajo previo que hemos hecho los últimos años no nos prestaba películas ni el tato. Es verdad que los programadores, y yo mismo, seguimos viajando a los festivales porque somos gente de cine, pero al festival no le cuesta dinero. Nuestra colaboración con Al Jazeera viene porque yo tenía relaciones previas con ellos, con viajes pagados de mi bolsillo o invitado por ellos.
-¿Tienen previsto estrechar relaciones con la Facultad de Comunicación Audiovisual? ¿Es un caladero de espectadores?
-Es así, pero tiene el handicap de que Cines del Sur coincide con la época del final de los exámenes. Cines del Sur va a ser una asignatura de postgrado en la Facultad de Comunicación, el año que viene llegarán los primeros estudiantes. Estamos cerrando un seminario sobre el festival con créditos para los estudiantes.... Hay un festival imaginario y paralelo en la Universidad, eso está claro. Si un estudiante de Comunicación Audiovisual no está interesado en Cines del Sur debería dedicarse a otra cosa. Si una persona interesada en esto no quiere ver otras formas de hacer cine...
-Entre tanto drama, tiene Cines del Sur cabida para el cine freak?
-Hemos tenido ya cosas muy divertidas. Estuvimos como locos detrás de una sección de superhéroes asiáticos, pero al final no la conseguimos. Más pronto que tarde vamos a tener cosas de otro tipo.
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