El Centro de Estudios Lorquianos inauguró ayer una muestra que gira en torno a las 'Obra completas' de 1955
R. C. GRANADA |
El Centro de Estudios Lorquianos de Fuente Vaqueros acoge la exposición Un poeta reunido, que toma su nombre del artículo publicado por Antonio Gallego Morell en 1955 en ABC sobre la primera edición de las Obras Completas de García Lorca, y recoge todo el material que atesoró Arturo del Hoyo en la preparación de esta publicación. Esta documentación ha sido donada por el investigador Aitor Larrabide a la Casa Natal de Fuente Vaqueros.
En la muestra se encontrarán documentos del propio Lorca como manuscritos, dibujos, fotografías y partituras, además de otros de amigos de Federico que también han enriquecido el patrimonio que tiene la Diputación Provincial en el Patronato García Lorca, según el diputado provincial de Cultura, José Antonio González Alcalá.
Según escribió Morell en el artículo, "el grueso tomo de Lorca en los escaparates de las librerías ha impresionado a los jóvenes escritores de nuestro tiempo... Este poeta reunido por Arturo del Hoyo nos llega de la mano de Jorge Guillén (...) y Lorca pasa así a ser un clásico más de nuestra literatura", escribió el intelectual granadino.
Con el mismo título, en 1986, Arturo del Hoyo relataría en primera persona la gestación y el proceso para reunir por primera vez en España la prolífica creación de Lorca: la implicación de la familia del poeta recién retornados de América, y de José Aguilar, sobrino del editor, quien creyó desde el primer momento en este proyecto. El resultado, cuenta, fue un hermoso tomo de 1.730 páginas, impresas en papel biblia, encuadernados en piel, incluido dentro de la colección Obras eternas. En el año 1954, en España, "no solo se había reunido la obra de Lorca, sino también se había reunido al poeta con su pueblo". Como parte de la programación del 115 aniversario del nacimiento del poeta, cuando han pasado cerca de 60 años de la publicación de la editorial Aguilar, se expone en Fuente Vaqueros una importante colección de documentos y bibliografía sobre García Lorca que perteneció a Arturo del Hoyo y que él utilizó en las revisión de las sucesivas ediciones de este corpus lorquiano, donada por Aitor Larrabide al Patronato Federico García Lorca, sumándose de esta manera a un rico patrimonio, ya de todos. Como complemento de la exposición se muestran también los documentos cedidos por los sobrinos de Arturo del Hoyo, que completan, ilustran y enriquecen el conocimiento del hombre y de su faceta como escritor.
Por otra parte, esta noche se inaugura la muestra Patrimonio Lorquiano. La Colección de Fuente Vaqueros, donde el Patronato Lorca muestra una selección de su patrimonio más representativo y valioso. Así, la sala Granero recibe una colección que ha servido para innumerables exposiciones temáticas. Los visitantes tendrán la oportunidad de hacer un recorrido por las diversas etapas creativas de Lorca a través de los manuscritos de puño y letra del propio poeta, fotografías de la época, primeras ediciones sobre las que él hizo dibujos y firmas a modo de dedicatoria, a lo que se suman obras de Gregorio Prieto, Manuel Ángeles Ortiz o Salvador Dalí, entre otros. Entre documentos y recuerdos extraídos de los legados personales del poeta Fernando Villalón -que mantuvo correspondencia con todos los miembros de la Generación del 27- o del hispanista Ian Gibson, descansarán en las vitrinas cartas donadas por Anna María Dalí o los dibujos que regaló a su amigo granadino Eduardo Rodríguez Valdivieso para ilustrar un Romancero gitano.
En la muestra se encontrarán documentos del propio Lorca como manuscritos, dibujos, fotografías y partituras, además de otros de amigos de Federico que también han enriquecido el patrimonio que tiene la Diputación Provincial en el Patronato García Lorca, según el diputado provincial de Cultura, José Antonio González Alcalá.
Según escribió Morell en el artículo, "el grueso tomo de Lorca en los escaparates de las librerías ha impresionado a los jóvenes escritores de nuestro tiempo... Este poeta reunido por Arturo del Hoyo nos llega de la mano de Jorge Guillén (...) y Lorca pasa así a ser un clásico más de nuestra literatura", escribió el intelectual granadino.
Con el mismo título, en 1986, Arturo del Hoyo relataría en primera persona la gestación y el proceso para reunir por primera vez en España la prolífica creación de Lorca: la implicación de la familia del poeta recién retornados de América, y de José Aguilar, sobrino del editor, quien creyó desde el primer momento en este proyecto. El resultado, cuenta, fue un hermoso tomo de 1.730 páginas, impresas en papel biblia, encuadernados en piel, incluido dentro de la colección Obras eternas. En el año 1954, en España, "no solo se había reunido la obra de Lorca, sino también se había reunido al poeta con su pueblo". Como parte de la programación del 115 aniversario del nacimiento del poeta, cuando han pasado cerca de 60 años de la publicación de la editorial Aguilar, se expone en Fuente Vaqueros una importante colección de documentos y bibliografía sobre García Lorca que perteneció a Arturo del Hoyo y que él utilizó en las revisión de las sucesivas ediciones de este corpus lorquiano, donada por Aitor Larrabide al Patronato Federico García Lorca, sumándose de esta manera a un rico patrimonio, ya de todos. Como complemento de la exposición se muestran también los documentos cedidos por los sobrinos de Arturo del Hoyo, que completan, ilustran y enriquecen el conocimiento del hombre y de su faceta como escritor.
Por otra parte, esta noche se inaugura la muestra Patrimonio Lorquiano. La Colección de Fuente Vaqueros, donde el Patronato Lorca muestra una selección de su patrimonio más representativo y valioso. Así, la sala Granero recibe una colección que ha servido para innumerables exposiciones temáticas. Los visitantes tendrán la oportunidad de hacer un recorrido por las diversas etapas creativas de Lorca a través de los manuscritos de puño y letra del propio poeta, fotografías de la época, primeras ediciones sobre las que él hizo dibujos y firmas a modo de dedicatoria, a lo que se suman obras de Gregorio Prieto, Manuel Ángeles Ortiz o Salvador Dalí, entre otros. Entre documentos y recuerdos extraídos de los legados personales del poeta Fernando Villalón -que mantuvo correspondencia con todos los miembros de la Generación del 27- o del hispanista Ian Gibson, descansarán en las vitrinas cartas donadas por Anna María Dalí o los dibujos que regaló a su amigo granadino Eduardo Rodríguez Valdivieso para ilustrar un Romancero gitano.
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