TRIBUNA
Ablación de la memoria |
Hemos sufrido un olvido generalizado de lo que supuso la vida en España en los momentos más avanzados de nuestra historia cercana. Desde los años 20 del siglo pasado, hasta la espantosa Guerra Civil, en nuestro país mucha gente buscaba la modernidad. Nos los borraron de la memoria, como, por otra parte, hicieron con todo; muy poco a poco, con mucho esfuerzo, empezamos a recuperarlos, pero al olvido generalizado, el de las mujeres, como siempre, fue aún más rotundo; el trabajo que tuvimos que realizar, para recuperar, por ejemplo, a Clara Campoamor, la mujer que hizo la proeza de conseguir la ciudadanía para las mujeres con la consecución del derecho al voto, fue grande.
En mi libro Una mujer de mujeres escribí, citando a Amelia Valcárcel, que "este olvido se debe a "la ablación de la memoria histórica". "Nuestras vidas se vivieron como si esas personas no hubieran existido jamás. Supimos de ellas (no de todas, añado), cuando ya éramos personas adultas, con nuestras claves estabilizadas por otras vías… No fueron nuestras cuando deberían haberlo sido".
Son muy importantes los trabajos que se están realizando por muchas personas e instituciones, públicas y privadas, para recuperar la memoria rota de nuestras vidas. Entre ellas, hoy citaré a la editorial sevillana Renacimiento, que con sus publicaciones -Biblioteca Elena Fortún, Biblioteca de la Memoria Histórica-, nos está proporcionando la posibilidad de conocer la vida y obra de personas admirables, muy olvidadas, especialmente mujeres, de las que pondré tres ejemplos.
Me ha interesado, especialmente, y así lo he escrito, la recuperación de la obra y vida de Elena Fortún (1886-1952), en la Biblioteca que lleva su nombre, que está reeditando todos los libros de Celia. Celia en la revolución ha sido un gran descubrimiento, en ella la Celia de nuestra infancia, de tantas infancias, nos cuenta la crueldad de la guerra civil. Nos lo habían ocultado. Andrés Trapiello cuenta en el prólogo que hace a la edición de Renacimiento de 2016 que, cuando se reeditó tardíamente en 1987, "lo que sucedió con este libro fue misteriosamente, un caso único. Apenas publicado desapareció de las librerías y únicamente en el mercado de viejo ha ido apareciendo desde entonces, con cuenta gotas". Y añade "es una de las grandes novelas de la Guerra Civil. La que le hubiera gustado escribir a Baroja y no pudo". ¿No pudo Baroja y si pudo Fortún? ¿Y por qué nos ocultaron? La última gran obra publicada es Oculto sendero (2016), su novela autobiográfica inédita, su testamento literario, que sobrecoge el alma, con una maravillosa introducción de Nuria Capdevila-Arguelles, que nos ha permitido romper los estereotipos que sobre Elena Fortún nos habían creado. Murió en 1952 y es una novela de una modernidad que asusta. El desgarrador dolor de las lesbianas.
También de gran interés son las Memorias de Mercedes Formica (1931-1947), gaditana, vinculada, en su juventud, con la Falange, pero que luchó, como abogada que era para cambiar la degradante situación jurídica de la mujer, hasta lograr que se redactara la reforma del Código Civil del 58, conocida como la reformica, que fue un importante paso para avanzar en la igualdad jurídica entre hombres y mujeres en nuestro país. Se sustituyó el concepto "casa del marido" por "hogar conyugal", lo que permitía a la mujer quedarse con la casa en caso de separación. Desapareció el humillante concepto de "depósito de la mujer"; se acabó con el poder absoluto del esposo para enajenar bienes matrimoniales y las mujeres viudas, que contrajeran nuevo matrimonio, mantendrían la patria potestad de sus hijos del primer matrimonio. No estuvo nada mal y debemos también recordarla y reconocerla. De ella escribe Inmaculada de la Fuente que era, "una feminista emboscada en la Falange".
El último y fascinante libro que esta misma editorial ha publicado se llama Connie. Biografía de Constancia de la Mora, (2017), escrito por Soledad Fox Maura, catedrática en el Williams College de Massachusetts, con prólogo de Paul Preston. Es una muy completa biografía sobre la autora de Doble esplendor (1939), en la que nos cuenta muy bien cómo, quién y por qué, se escribió esta autobiografía de una mujer republicana, nieta de Antonio Maura, hermana de Marichu de la Mora, falangista de pro, como la hermana lo era comunista, divorciada y mujer del republicano comunista Hidalgo de Cisneros.
La vida de Connie, truncada en un accidente de tráfico en Guatemala con 44 años, es realmente apasionante. En Doble esplendor, Connie, se define como "republicana, liberal y anticapitalista"; la escribió en inglés en EEUU para que sirviera de propaganda de la República, ocultando su militancia comunista, porque no estaba muy bien visto. "Sus memorias fueron un inmenso éxito de ventas y con ellas logró exponer la causa republicana al público norteamericano como no había hecho nadie". De Doble esplendor, Soledad Fox Maura escribe que fue "una dramatización de la historia de Constancia", una mujer que, como tantas otras, el final de la guerra civil supuso el exilio y la obligación de rehacer su vida en el extranjero, que es lo que se cuenta en este maravilloso libro que nos permite sentirnos más completas, porque gracias a trabajos de edición como este vamos llenando huecos y recuperando esa memoria que nos habían arrebatado.
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