- La despoblación de la comarca, a debate en el Parlamento Europeo tras un informe presentado en Bruselas
- Murtas, Bérchules y Torvizcón, las localidades con mayor pérdida de habitantes
En la actualidad existen tres municipios con menos de 200 habitantes: Juviles, Lobras y Carataunas. |
La despoblación es uno de los grandes problemas que afrontan las zonas rurales desde mediados del siglo pasado, en zonas como la Alpujarra lo están notando de manera notable con gran parte de su población envejecida y el resto emigrando a las capitales en busca de mejores oportunidades.
El eurodiputado, Sergio Gutiérrez, ha presentado en el Parlamento Europeo el informe Despliegue de los instrumentos de la política de cohesión por parte de las regiones para afrontar el cambio demográfico, conscientes de que "es uno de los mayores retos a los que deben enfrentarse las regiones europeas ahora y en el futuro".
Las cifras reflejadas en dicho informe muestran que la Alpujarra y el Valle de Lecrín cada vez tienen menos población y más envejecida. En la actualidad, en la provincia de Granada existen tres municipios con menos de 200 habitantes y los tres se encuentran en la Alpujarra: Juviles (148 habitantes de los que un 25,7% supera los 65 años), Lobras (159 habitantes de los que un 34% supera los 65 años) y Carataunas (178 habitantes de los que un 26,4% supera los 65 años).
Otros datos también reflejan que entre los 15 municipios con menos población de la provincia de Granada hay nueve pertenecientes a la comarca alpujarreña, que han visto reducida su población en más de la mitad desde 1960. Desde este año, Almegíjar ha perdido 1.049 habitantes, quedando reducida en 377 habitantes; Bérchules ha perdido 2.099 habitantes, quedando 769; Busquístar ha perdido 1.014, quedando 276; Cádiar ha perdido 891, quedando 1.528 habitantes; Cástaras ha perdido 1.172 habitantes quedando 244; Lanjarón ha perdido 1.439, quedando 3589; Murtas ha perdido 2.630, quedando 495; o Torvizcón que ha perdido 1.797 habitantes, quedando actualmente en 682.
Estos datos hacen urgente "abordar los desequilibrios demográficos junto a sus peculiaridades y características especiales", según el eurodiputado socialista, Sergio Gutiérrez. Asimismo, Gutiérrez expuso en el informe cuatro grandes retos para abordar la despoblación: la baja densidad de población, el envejecimiento de la población -más del 20% de los habitantes de la Alpujarra y el Valle de Lecrín son mayores de 65 años-, la caída de las tasas de natalidad y la pérdida continua de población.
Como indicó Sergio Gutiérrez en el informe, "las políticas destinadas a contrarrestar este fenómeno deben prever la comercialización de servicios, el establecimiento de sistemas de transporte altamente flexibles, políticas fiscales para compensar los costes de movilidad e incentivos para la prestación de servicios itinerantes en zonas rurales o de servicios en centros pequeños. Casos conocidos en la provincia de Granada como la exclusión financiera aumenta el riesgo de despoblación. Por el contrario políticas de igualdad como los colegios rurales, garantiza la educación pública en el territorio y asienta a las familias al mismo".
Por todo ello, el eurodiputado ha pedido una "mayor coordinación de los instrumentos de la Unión en los diferentes sectores políticos", como la política agrícola común, los Fondos Estructurales y de Inversión Europeos (Fondos EIE), la cooperación territorial europea, el Fondo Europeo de Inversiones Estratégicas (FEIE) y el Mecanismo «Conectar Europa», para garantizar un enfoque más amplio del cambio demográfico.
Además, Gutiérrez reiteró a la Comisión su petición de que adopte una estrategia sobre el cambio demográfico que produzca sinergias y maximice el impacto positivo sobre los ciudadanos europeos, ya que considera que una ayuda efectiva de la Unión a las políticas de inmigración en los Estados miembros puede mitigar la pérdida de población en las regiones en declive; considera que las autoridades locales y regionales deben estar facultadas para elaborar y aplicar políticas que fomenten la integración social y el multiculturalismo.
También puso de relieve el hecho de que el Fondo Europeo de Desarrollo Regional puede ayudar a las regiones que experimentan cambios demográficos estimulando la creación de infraestructuras del transporte, de las telecomunicaciones y de los servicios públicos; mejorando las perspectivas de empleo en las regiones en declive y ayudando a contener las tendencias a la migración interior.
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