Emilio Congregado, director del Máster de Economía, Finanzas y Computación de la UNIA
-¿Podría describir brevemente y para el gran público lo que es el Big Data’?
El “análisis masivo de datos” hace referencia a la necesidad de tratar y analizar la gran cantidad de información que gracias a los desarrollos de las tecnologías de la información y comunicaciones somos capaces de generar en cualquier actividad que realizamos. Desde nuestros móviles, cuando efectuamos una compra con nuestra tarjeta, cuando compramos por la web, cuando usamos las plataformas digitales, cuando surfeamos por internet o cuando intervenimos en las redes sociales incluso, estamos emitiendo información sobre nuestros hábitos, nuestras preferencias, nuestros intereses.
Esa información, que es almacenada por empresas y operadores, es una materia prima excelente para llegar a consumidores y productores, un nuevo canal de distribución y una fuente ingente de datos que ayuda a mejorar la efectividad de las acciones de marketing de las empresas, a discriminar grupos de consumidores, a establecer alertas a los bancos cuando un cliente entra en riesgo de insolvencia, a ofertar productos cuando detectan una necesidad potencial y, en general, a mejorar la eficiencia de los procesos y la actividad económica en general.
Para ello hace falta analizar estos datos, con una combinación de conocimientos económicos y de técnicas de análisis computacional y estadístico. Esa es la profesión del científico de datos, una de las profesiones de más alta demanda y empleabilidad de la actualidad.
-¿Qué se sabe de nosotros y quién sabe más de nosotros?
Quizás pensar en esto nos da un poco de vértigo. Cuando compramos y pagamos con nuestra tarjeta vamos dejando un rastro a nuestro banco, sobre qué compramos, cuándo y dónde lo hacemos, acerca de nuestro ritmo de gasto, de nuestro nivel de endeudamiento. Cuando hacemos la compra online, estamos reflejando qué artículos nos gustan, e incluso por cuáles estamos dispuestos a pagar más; estamos revelando nuestras preferencias e incluso brindando a las empresas a que puedan segmentarnos como consumidores en grupos, y en base a ello, fijarnos precios distintos.
La verdad es que cuando esto lo llevamos al terreno de los seguros, especialmente al del aseguramiento sanitario, da qué pensar acerca de los límites a establecer.
-¿Puede decirse que el Big Data nos permitirá acelerar el viaje hacia el futuro? Hacernos más sanos, más rápidos, más seguros, más eficientes....
En efecto, lo realmente importante es que nos proporciona las claves para mejorar la eficiencia, el conocimiento, la salud, el diagnóstico, la seguridad y, además, para crear valor y riqueza.
-"Los analistas de datos son y serán una de las profesiones de más alta demanda, según las previsiones de profesionales y analistas". ¿En qué datos se apoya esta afirmación?
Esas son las previsiones de las consultoras especializadas en el análisis de tendencias en el mercado laboral. Junto al sector STEM, y sólo en España, se generarán en los próximos años 900.000 empleos en este sector. Actualmente, la demanda de analistas de datos dobla la oferta de los mismos. Las empresas buscan posicionarse para diseñar sus estrategias de digitalización y de uso de la información de que disponen. Grandes empresas como Facebook o Google compiten por estos analistas e incluso existe una batalla soterrada sobre imponer los programas con los que realizar el análisis de datos. En España Indra anuncia una estrategia decidida por contratar todos los analistas de datos que pueda. Las empresas son conscientes que para posicionarse ante la nueva revolución en marcha, el instalar sensores o almacenar información no basta, sólo es un prerrequisito para poder extraer el valor de los datos y para ello necesitan especialistas.
Emilio Congregado en su despacho de la Universidad de Huelva. / EMILIO DE LA ROSA
-En la presentación del máster de la UNIA se anunció que en los próximos años se necesitarán 10 millones de expertos en este campo a nivel mundial. ¿Qué profesionales están llamados a formarse como científicos del Big Data? ¿Qué habilidades ha de tener este tipo de analistas?
Lo que tratamos desde nuestro programa es justamente dotar a nuestros estudiantes de estas competencias. No se trata de crear técnicos especializados en la captura y almacenamiento de datos o de expertos en sensores o en minería de texto, ya que estas tareas recaen en otros perfiles profesionales como el de los ingenieros informáticos o de telecomunicaciones, sino de enseñar a nuestros estudiantes las herramientas que permitan la puesta en valor de esos datos gracias a la combinación de sus conocimientos de los mercados, de las finanzas, de la organización y del análisis económico.
-Según nos cuenta, esta tecnología permitirá abordar al individuo de las sociedades más avanzadas como objetivo único al que ofrecer productos y servicios a la medida ¿Hasta qué punto hará cambiar las estrategias de negocio, de márketing?
Sin duda, la customización, el cambio del canal de distribución o la efectividad de la publicidad no es más que una faceta de todo este proceso. Las mejoras y automatizaciones de diagnósticos, el avance para el conocimiento, la mejora de eficiencia, y el podernos anticipar a los cambios, patologías o fallos son el verdadero potencial del análisis masivo de datos.
-¿Y en el campo de la salud? ¿Cuál es el principal rendimiento que puede extraerse del Big Data?
Sin ser un experto en este campo, la modelización del comportamiento de tumores y la predicción y mejora de las pruebas diagnósticas son ya una realidad. El Big Data se extiende de manera transversal por todos los campos del conocimiento científico y tecnológico, incluido por supuesto el de la salud.
-¿Cuáles son las principales aplicaciones empresariales y financieras que puede tener el manejo de esta información y su correcta interpretación?
Las aplicaciones en este ámbito son numerosas. En el mundo del marketing y de la distribución comercial, detectando las pautas de comportamiento de los consumidores o desarrollando sistemas de recomendación. En el mundo de las finanzas, anticipando los cambios en los mercados. En el terreno de previsión y seguimiento de errores en sistemas de producción, optimizando procesos y la logística. Incluso en el campo del análisis económico, ayudándonos a modelizar y entender el funcionamiento de los mercados, detectando de forma anticipada sus patologías y simulando sus tratamientos.
Emilio Congregado, ante el cartel del máster que dirige. / EMILIO DE LA ROSA
-La digitalización lo está abarcando todo. ¿En qué punto del camino nos encontramos? ¿Hasta dónde llegaremos?
La extracción y almacenamiento masivo de la información generada gracias a la introducción de componentes electrónicos o la interconexión de objetos cotidianos con internet –la llamada IoT o internet de las cosas– es un proceso al que no está siendo ajeno ningún sector. En este punto existe un amplio consenso en que la digitalización de los sectores (incluido el sector industrial, y el desarrollo de llamada industria 4.0) es el factor de competitividad decisivo que ha de transformar los procesos para hacerlos más eficientes.
Desde mi perspectiva, las sociedades que sean capaces de asignar el talento hacia las actividades y profesiones que faciliten el desarrollo del sector digital estarán en disposición de liderar el crecimiento y la innovación en las próximas décadas. Aunque en nuestro país y en nuestra región estamos en una etapa inicial, tenemos los mimbres para acelerar este cambio, para liderarlo y para conseguir la transformación digital de nuestro sector productivo.
Con respecto al alcance de todo esto creo que no arriesgo mucho si digo que todo este proceso cambiará canales de distribución, formas de organización productiva, e incluso la aparición de nuevas formas de empleo y la desaparición de otras. Día a día desayunamos con titulares como que una empresa utiliza el Big Data para clasificar a sus clientes o para automatizar los pedidos o para detectar fallos en sus procesos productivos. Es un cambio radical con características de revolución tecnológica y que va a afectar a todos los campos de la actividad económica, científica y tecnológica.
-Le he oído decir que físicos y matemáticos están realizando tareas que, tradicionalmente, han correspondido a economistas. ¿Por qué cree que su profesión no se está alineando a tiempo con las demandas del mercado?
Los economistas y sobre todo los académicos suelen ser renuentes al cambio. Actualización y cambios son palabras que la Universidad en general, y la española, en particular suelen llevar mal, sobre todo cuando el cambio obliga a saltar los límites convencionales de nuestras disciplinas. Por un lado, nos cuesta salir de nuestras zonas de confort, pero además estos cambios dejan desubicados a muchos investigadores y docentes y desactualizados a muchos profesionales.
Cuando escuchamos que los puestos de analistas financieros son llevados a cabo por matemáticos y físicos quiere decir que algo no estamos haciendo bien, y que nos tenemos que desplazar hacia la computación y el análisis de datos. Afortunadamente es un proceso que ya se inició hace mucho tiempo y que sólo hemos de acelerarlo.
-¿Este máster sería como un acelerador de conocimiento que vendría a enmendar este retardo?
En efecto, este programa es un reflejo de ello. Es el fruto del esfuerzo multidisciplinar de un conjunto de docentes, que salen de sus respectivas zonas de confort, para afrontar el reto de ofrecer una formación actualizada a los tiempos que ha de convertirse en factor de competitividad para el conjunto de la sociedad a la vez que en factor de alta empleabilidad y elevados salarios para sus egresados.
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