El autor de 'Un girasol flotante' recoge el Pozo de Plata en la Casa-Museo de Fuente Vaqueros en un acto en el que volvió a sonar tras su restauración el piano del poeta
G. CAPPA GRANADA
A las puertas de la Casa-Museo Federico García Lorca de Fuente Vaqueros se juntaban ayer las fans de Andy & Lucas que esperaban su actuación y los espectadores que no pudieron entrar al acto del Cinco a las Cinco que conmemoraba el 115 aniversario del nacimiento del autor de Romancero gitano. El gran protagonista del acto, el poeta Antonio Carvajal, recibió con los ojos emborronados por la emoción el Pozo de Plata que otorga la Diputación en reconocimiento a su trayectoria poética y de difusión de la obra de García Lorca. Carvajal, que fue director de la Casa-Museo en la que transcurrió el acto, comenzó su intervención dejando claro su objetivo cuando se sienta ante una página en blanco: "Que la gente que me lea me quiera". En un año intenso en cuanto a distinciones tras recibir el Premio Nacional de Poesía por Un girasol flotante,Carvajal se mostró "hondamente" emocionado después de recibir el Pozo de Plata que en años anteriores recibieron amigos del autor como Claude Couffon. "Llevo casi 30 años intentando convencer a los sucesivos responsables políticos de la necesidad de abrir este Patronato a los legados de los escritores y artistas granadinos contemporáneos, que no se pierda para esta ciudad ni un documento más", apuntó el premiado. "No creo que el Patronato vaya a enriquecerse con muchos más documentos de Federico García Lorca, sí se debe entender en cambio que el nombre de nuestro maravilloso poeta, dramaturgo y músico puede amparar a quienes, como yo, consideramos un privilegio llevar nuestras vidas enriquecidas por su obra y amparadas por su prestigio".
Y aunque la emoción parecía al principio del acto que iba a entrecortar su voz, Antonio Carvajal se mostró cada vez más firme a la hora de dejar su particular hoja de ruta ante los representantes de las instituciones. "No se puede crear una fundación para cada escritor, pero sí puede haber una institución que los acoja a todos bajo su patrocinio". En este momento, Carvajal puso un punto melodramático a su discurso: "Y no me gustaría morir sin verlo, igual que el AVE o la A-7", dijo el autor de Tigres en el jardín ante el público que abarrotaba el patio de la Casa-Museo, tanto que hasta bastantes personas se tuvieron que quedar en la calle, algo inimaginable en el 99% de los actos literarios. A continuación citó a su "amigo y maestro" Vicente Aleixandre en uno de sus últimos poemas: "Como Moisés, consideraré mi vida perfecta si consigo que los otros vean esas realidades por las que lucho y por las que suspiro".
Para despedirse, Carvajal recitó el poema De otro modo de Federico García Lorca. Y lo hizo de memoria, sin necesidad de mirar papel alguno, como hizo con los poemas que, por petición popular, fue desgranando después.
Por su parte, el delegado de Cultura de la Diputación, José Antonio González Alcalá, recordó cómo el primer libro de Carvajal, Tigres en el jardín, "irrumpió en el panorama literario de la España de entonces con ese tono vitalista, epicúreo y sensual, tan a contracorriente de las modas imperantes". Y dio un salto de casi 45 años para hablar de la última publicación del escritor, Un girasol flotante, "un extraordinario poemario que es un canto a la amistad, el amor, el afecto y a valores como la honestidad, la generosidad o la entrega".
González Alcalá se refirió en su intervención a la polémica por la no inclusión de Carvajal en la famosa antología de los novísimos, que marcó quiénes eran los poetas destacados de la España de los 70 y por dónde debería discurrir su poesía. "Y se refiere a su no presencia allí no sólo para reparar una injusticia histórica, pues hoy puede decirse alto y claro que Carvajal es muy superior a muchos de los poetas de esta antología, sino porque su proyecto igualaba en innovación al de los escritores incluidos en este canon, aunque de otro modo". En su opinión, si bien comparte con ellos su preocupación por el lenguaje, "nuestro poeta necesitó inventarse una tradición en la que sentirse mínimamente guarecido, unos padres y unos referentes literarios que no estaban en los escaparates ni en las almonedas, dispuestos a ser adquiridos al mejor postor". Por su parte, Luisa García Chamorro, vicepresidenta primera de la Diputación, destacó que el premiado, sin pretenderlo, se ha convertido en un "mecenas" para los creadores. "Músicos, pintores, dibujantes y poetas han sentido el fértil aliento y la cálida palabra de Antonio Carvajal".
Tras la entrega del galardón, Juan Carlos Friebe leyó poemas acompañado de Antonio Camarero al piano, un instrumento histórico que en su día fue usado por Federico y que volvió a resonar con música de Manuel de Falla tras su recuperación con motivo del bicentenario de la Diputación de Granada.
A esta actividad, en la que no faltó la tradicional limonada con hierbabuena, se sumó la inauguración de la exposición Patrimonio Lorquiano. La Colección de Fuente Vaqueros, que reúne una selección del patrimonio más valioso y representativo del Patronato Cultural Federico García Lorca de la Diputación.
En el recorrido expositivo, en la conocida como Sala Granero, se pueden conocer manuscritos, fotografías de época, primeras ediciones sobre las que hizo dibujos, además de obras de Gregorio Prieto, Manuel Angeles Ortiz o Salvador Dalí, entre otros.
Y aunque la emoción parecía al principio del acto que iba a entrecortar su voz, Antonio Carvajal se mostró cada vez más firme a la hora de dejar su particular hoja de ruta ante los representantes de las instituciones. "No se puede crear una fundación para cada escritor, pero sí puede haber una institución que los acoja a todos bajo su patrocinio". En este momento, Carvajal puso un punto melodramático a su discurso: "Y no me gustaría morir sin verlo, igual que el AVE o la A-7", dijo el autor de Tigres en el jardín ante el público que abarrotaba el patio de la Casa-Museo, tanto que hasta bastantes personas se tuvieron que quedar en la calle, algo inimaginable en el 99% de los actos literarios. A continuación citó a su "amigo y maestro" Vicente Aleixandre en uno de sus últimos poemas: "Como Moisés, consideraré mi vida perfecta si consigo que los otros vean esas realidades por las que lucho y por las que suspiro".
Para despedirse, Carvajal recitó el poema De otro modo de Federico García Lorca. Y lo hizo de memoria, sin necesidad de mirar papel alguno, como hizo con los poemas que, por petición popular, fue desgranando después.
Por su parte, el delegado de Cultura de la Diputación, José Antonio González Alcalá, recordó cómo el primer libro de Carvajal, Tigres en el jardín, "irrumpió en el panorama literario de la España de entonces con ese tono vitalista, epicúreo y sensual, tan a contracorriente de las modas imperantes". Y dio un salto de casi 45 años para hablar de la última publicación del escritor, Un girasol flotante, "un extraordinario poemario que es un canto a la amistad, el amor, el afecto y a valores como la honestidad, la generosidad o la entrega".
González Alcalá se refirió en su intervención a la polémica por la no inclusión de Carvajal en la famosa antología de los novísimos, que marcó quiénes eran los poetas destacados de la España de los 70 y por dónde debería discurrir su poesía. "Y se refiere a su no presencia allí no sólo para reparar una injusticia histórica, pues hoy puede decirse alto y claro que Carvajal es muy superior a muchos de los poetas de esta antología, sino porque su proyecto igualaba en innovación al de los escritores incluidos en este canon, aunque de otro modo". En su opinión, si bien comparte con ellos su preocupación por el lenguaje, "nuestro poeta necesitó inventarse una tradición en la que sentirse mínimamente guarecido, unos padres y unos referentes literarios que no estaban en los escaparates ni en las almonedas, dispuestos a ser adquiridos al mejor postor". Por su parte, Luisa García Chamorro, vicepresidenta primera de la Diputación, destacó que el premiado, sin pretenderlo, se ha convertido en un "mecenas" para los creadores. "Músicos, pintores, dibujantes y poetas han sentido el fértil aliento y la cálida palabra de Antonio Carvajal".
Tras la entrega del galardón, Juan Carlos Friebe leyó poemas acompañado de Antonio Camarero al piano, un instrumento histórico que en su día fue usado por Federico y que volvió a resonar con música de Manuel de Falla tras su recuperación con motivo del bicentenario de la Diputación de Granada.
A esta actividad, en la que no faltó la tradicional limonada con hierbabuena, se sumó la inauguración de la exposición Patrimonio Lorquiano. La Colección de Fuente Vaqueros, que reúne una selección del patrimonio más valioso y representativo del Patronato Cultural Federico García Lorca de la Diputación.
En el recorrido expositivo, en la conocida como Sala Granero, se pueden conocer manuscritos, fotografías de época, primeras ediciones sobre las que hizo dibujos, además de obras de Gregorio Prieto, Manuel Angeles Ortiz o Salvador Dalí, entre otros.
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