El Ayuntamiento demanda a las constructoras Hermanos García Motril y Aquescenic
ROSA FERNÁNDEZ ALMUÑÉCARUno de los técnicos explica el estado del interior de la instalación.
El tiburón blanco nadaba ayer plácidamente dentro del Acuario de Almuñécar al margen del enfrentamiento político que se vivía en el exterior entre el concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento sexitano, Luis Aragón, y el ex alcalde de la ciudad costera, Juan Carlos Benavides, que una vez más se quedó a las puertas de la instalación y con las ganas de visitarla, a causa de los problemas que rodean a este recurso turístico, que lleva cerrado seis meses.
Un grupo de periodistas sí pudieron conocer el buen estado en el que se encuentran los animales y que contrasta con las deficiencias en el aquarium: fugas de agua, suelos levantados, humedades ... No obstante, los responsables del equipo de Gobierno adelantaron que a mediados del próximo mes "podría estar abierto de nuevo al público".
La conclusión a la que llegan y que desgranaron los técnicos es que se trató de un "despilfarro total". En este sentido, destacaron que se trataba de una instalación nueva que sufrió ya en los primeros meses una inundación de dos metros de altura, "por lo que hemos interpuesto demandas de responsabilidad en los tribunales a los constructores Aquescenic y Hermanos García Motril".
La alcaldesa, Trinidad Herrera, responsabilizó a los anteriores gestores del estado actual. "Nos encontramos ante unas instalaciones que han costado a los ciudadanos más de 11 millones de euros, cuya construcción fue deficiente desde los inicios, y ésta es una conclusión extraída de los informes técnicos", así intentó acallar los rumores que culpan a su equipo de Gobierno de un mal mantenimiento en los dos años de su mandato.
Por su parte, el concejal de Medio Ambiente, Luis Aragón, echó la culpa a "una mala gestión a la hora de poner en funcionamiento estas instalaciones, cuando no hemos obtenido respuesta de la empresa de Aliart, y los trabajadores son los principales perjudicados, hemos tenido que esperar a que venciera el contrato para poder cerrar, y encargado a Ingeniería y Proyectos una auditoría, la cual ha valorado en 600.000 euros la reparación".
Andrés Alonso, portavoz de la Auditoría Ingenieros y Proyectos, encargada de estudiar el estado del acuario, dijo que las instalaciones se encuentran "en un ambiente húmedo con un mantenimiento muy bajo, y ahora están obsoletas, teníamos un acuario que tanto para los trabajadores como para los visitantes es peligroso y no vamos a poner en peligro la seguridad de éstos, ya que no es la falta de mantenimiento lo que ha llevado al cierre del acuario".
Juan José Fernández, ingeniero municipal, explicó que detectaron "fallos de mantenimiento desde las primeras visitas de control, cerramos la instalación por dos problemáticas: impermeabilización de los muros, ya que cuando sube el nivel freático entra agua en el suelo hasta 30 o 35 centímetros de agua, junto con la estructura metálica que soporta la segunda planta, lo que ocasiona un peligro, y hay zonas en las que se ha partido la estructura, por lo que hay que sustituir la planta, además de problemas en la instalación eléctrica en un ambiente húmedo es aún más problemático".
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