La Fiscalía acabó retirando la acusación contra el acusado, que atribuyó la denuncia a una "venganza" de la madre del niño
Y. H. GRANADA
La Fiscalía retiró ayer los cargos que había formulado contra un vecino de Albuñol que, en 2011, fue denunciado por presuntos abusos sexuales a un niño de cinco años de nacionalidad rumana al que su esposa y él cuidaban. El Ministerio Público, que según las fuentes consultadas inicialmente solicitaba para el hombre 10 años de cárcel, acabó concluyendo que el testimonio del menor, pese a que las psicólogas lo habían calificado de "creíble", no constituía prueba suficiente como para enervar la presunción de inocencia del procesado y enviarlo a prisión.
De este modo, el hombre, de unos 50 años y que negó categóricamente los hechos que se le imputaban, salió absuelto de la Audiencia Provincial de Granada, a la que había entrado como presunto autor de un delito continuado de abusos sexuales.
"No he abusado jamás den la vida ni de ese ni de ningún niño", subrayó tajante durante el interrogatorio del fiscal, al que explicó que si la madre del crío le denunció fue por "venganza", ya que él la había sorprendido besándose con otro hombre y temía que se lo contase a su marido.
El acusado recordó que tanto él como su mujer han tenido en los últimos años bajo su cuidado a otros hijos de inmigrantes lituanos y rumanos mientras éstos trabajaban, sin que nunca hayan tenido problema alguno.
"Al niño lo he querido yo como si fuera mi hijo", aseguró el encausado, que negó haberse quedado solo con el menor en el cortijo que posee en la zona en las fechas de los supuestos abusos: marzo de 2011. Además, en dicha vivienda, como recalcó, no hay puertas en las habitaciones, por lo que todo el mundo que estuviera dentro podía ver lo que ocurría en sus dependencias.
Su esposa corroboró su versión y aseguró que si su marido hubiera cometido los hechos denunciados lo habría dejado de inmediato. La mujer, que por sus problemas de audición tuvo que declarar a escasos centímetros del estrado, mostró en un momento determinado al fiscal sus dos manos y las puso encima de la mesa por su marido, en señal de confianza plena hacia él.
"Yo a ese niño lo acogí como mío por circunstancias de la vida y me limité a educarlo como a nuestros hijos", manifestó la señora, que insistió en que si ella hubiera visto "lo más mínimo" lo habría denunciado. Explicó que el crío se portaba regular en casa y que fue por ese motivo por el que decidió comunicar a su madre que dejaba de cuidarlo, amenazándole ella a continuación con denunciarla "a la Guardia Civil para que fuera a la cárcel".
Ni la denunciante ni el menor acudieron a la vista, al hallarse ambos en Rumanía y no tener intención de regresar a España.
La intervención de la psicóloga que exploró al menor tras los supuestos abusos se realizó mediante vídeoconferencia. Durante el acto, la especialista consideró que el relato del crío era "creíble" y descartó que estuviera inducido por su madre. Otra perito señaló que el niño no presentaba síntomas de haber sufrido abusos, aunque aclaró que eso no significaba que en un futuro no aparecieran.
El acusado, tras la decisión del fiscal, abandonó el tribunal libre de todo cargo. Su absolución tendrá que ser ahora reflejada en una sentencia.
De este modo, el hombre, de unos 50 años y que negó categóricamente los hechos que se le imputaban, salió absuelto de la Audiencia Provincial de Granada, a la que había entrado como presunto autor de un delito continuado de abusos sexuales.
"No he abusado jamás den la vida ni de ese ni de ningún niño", subrayó tajante durante el interrogatorio del fiscal, al que explicó que si la madre del crío le denunció fue por "venganza", ya que él la había sorprendido besándose con otro hombre y temía que se lo contase a su marido.
El acusado recordó que tanto él como su mujer han tenido en los últimos años bajo su cuidado a otros hijos de inmigrantes lituanos y rumanos mientras éstos trabajaban, sin que nunca hayan tenido problema alguno.
"Al niño lo he querido yo como si fuera mi hijo", aseguró el encausado, que negó haberse quedado solo con el menor en el cortijo que posee en la zona en las fechas de los supuestos abusos: marzo de 2011. Además, en dicha vivienda, como recalcó, no hay puertas en las habitaciones, por lo que todo el mundo que estuviera dentro podía ver lo que ocurría en sus dependencias.
Su esposa corroboró su versión y aseguró que si su marido hubiera cometido los hechos denunciados lo habría dejado de inmediato. La mujer, que por sus problemas de audición tuvo que declarar a escasos centímetros del estrado, mostró en un momento determinado al fiscal sus dos manos y las puso encima de la mesa por su marido, en señal de confianza plena hacia él.
"Yo a ese niño lo acogí como mío por circunstancias de la vida y me limité a educarlo como a nuestros hijos", manifestó la señora, que insistió en que si ella hubiera visto "lo más mínimo" lo habría denunciado. Explicó que el crío se portaba regular en casa y que fue por ese motivo por el que decidió comunicar a su madre que dejaba de cuidarlo, amenazándole ella a continuación con denunciarla "a la Guardia Civil para que fuera a la cárcel".
Ni la denunciante ni el menor acudieron a la vista, al hallarse ambos en Rumanía y no tener intención de regresar a España.
La intervención de la psicóloga que exploró al menor tras los supuestos abusos se realizó mediante vídeoconferencia. Durante el acto, la especialista consideró que el relato del crío era "creíble" y descartó que estuviera inducido por su madre. Otra perito señaló que el niño no presentaba síntomas de haber sufrido abusos, aunque aclaró que eso no significaba que en un futuro no aparecieran.
El acusado, tras la decisión del fiscal, abandonó el tribunal libre de todo cargo. Su absolución tendrá que ser ahora reflejada en una sentencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario