Es químico y trabajó para Cepsa en el Campo de Gibraltar. Viudo y padre de ocho hijos avisa que el Fondo español de Garantía Agraria podría perder hasta 80 millones anuales.
FEDE DURÁN |
–Qué extraño que una entidad tan altruista cargue con el nombre de banco.
–Recordará aquella célebre foto en blanco y negro del New York Times retratando la miseria en España: varias personas se arremolinaban en torno a los contenedores en busca de comida.
–Con esas cifras lo vergonzoso es que aún haya hambre en el mundo.
–Sorprendentemente, desde 2007 hasta hoy, los números de la federación han mejorado. La gente aporta más que antes de la crisis.
–Qué contracultural que sea en un país con tan poco respeto por los mayores justo donde éstos den uno de los mejores ejemplos de gestión.
–Ustedes, como el precursor Van Hengel, se nutren de donaciones.
–¿Cómo es posible que el PP de Sanlúcar haya organizado un desayuno a periodistas y les haya ofrecido zumos del banco de alimentos?
–Desconozco el porqué pero le explicaré al menos el origen. El primer banco de alimentos se creó en Phoenix, Arizona, en 1967, y nació de una manera muy peculiar. John Van Hengel observa en una recogida de frutas y legumbres a una señora casada, con su marido en la cárcel y madre de familia numerosa, y se da cuenta de que mantiene a sus hijos muy bien. Le pregunta cómo lo hace. Entonces ella le habla de la comida que cae y nadie recupera durante la descarga a medianoche en un supermercado y de cómo con esos excedentes mantiene a los suyos. Van Hengel se queda con la idea, acumula los alimentos que le donan y los redistribuye entre la gente que los necesita.
–Recordará aquella célebre foto en blanco y negro del New York Times retratando la miseria en España: varias personas se arremolinaban en torno a los contenedores en busca de comida.
–En España hay tres millones de personas que sufren pobreza severa, es decir, que sobreviven con menos de 307 euros al mes, según Cáritas. Es una cifra tremenda que en Europa se eleva a 30 millones. La UE tira la mitad de los alimentos que produce: 98 millones de toneladas anuales que suponen 180 kilos por persona y año. En España son alrededor de 9 millones de toneladas las que van a la basura. De esos 180 kilos por persona y año, el 42% se tira en los hogares. Y eso son 70 kilos por persona, 200 gramos al día. El 39% en la industria, un 14% en la restauración y el 5% en la distribución. O sea, un porcentaje aún menor se tira en los supermercados y es lo que aparece en los contenedores y nos encoge el corazón. No es que la gente recurra a los contenedores para buscar alimentos, es que tiramos la mitad de lo que producimos, y ésa es de alguna manera una cuestión cultural. Tendremos que acudir a una mayor sobriedad en los gastos para que este sistema tenga algún sentido.
–Con esas cifras lo vergonzoso es que aún haya hambre en el mundo.
–La tercera parte de los alimentos que se producen en el planeta se desperdician. Con el 15% que se recuperase, se arreglaba el problema de los 1.000 millones de personas infraalimentadas. En realidad, se muere tanta gente de hambre como por mala nutrición, exceso de comida, proteínas y grasas. Es un despropósito absoluto.
–Sorprendentemente, desde 2007 hasta hoy, los números de la federación han mejorado. La gente aporta más que antes de la crisis.
–En España somos 55 bancos manejados por 2.000 voluntarios absolutos: nadie cobra un duro, el porcentaje de remunerados es del 1,7%. En 2007 atendíamos a unas 700.000 personas. Hemos pasado en 2013 a 1,6 millones. Esos voluntarios son generalmente profesionales jubilados. Los parados buscan trabajo, como es lógico, y no pueden dedicarle tiempo a esto. Crecemos a razón de un 20% anual. En 2007, cuando empezó la crisis, pensábamos que de alguna manera se iba a producir un parón importante, porque las empresas y las familias tenían que reducir costos. Efectivamente esto fue así entre 2007 y 2009. Sin embargo, en 2010, como si se hubiese despertado la conciencia de la solidaridad, se empieza a crecer en torno al 20% anual, el mayor repunte de todos los bancos europeos. En Europa hay 254 bancos de alimentos en 21 países. Nadie tiene más que Francia (79), pero nosotros movemos 105 millones de kilos al año y ellos algo más de 80. Los bancos españoles son un ejemplo.
–Qué contracultural que sea en un país con tan poco respeto por los mayores justo donde éstos den uno de los mejores ejemplos de gestión.
–El planteamiento de los bancos de alimentos es tan sencillo que permite que los jubilados, que a veces parecen personas que ya no sirven para nada, puedan mostrar su valía. No olvidemos que se trata de profesionales con 30 ó 40 años de experiencia en la industria, la economía.... ellos son los que sacan estos bancos adelante, tienen unos conocimientos y unas relaciones que los hacen ideales para ayudar a la gente. Aparte del aspecto terapéutico que implica tener algo que hacer además de ir a por el periódico todas las mañanas y pasear por los jardines de la ciudad.
–Ustedes, como el precursor Van Hengel, se nutren de donaciones.
–El apoyo del sector público es prácticamente nulo. El Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales dona 50.000 euros al año. Nuestra financiación es privada. Luego cada banco se busca la vida. Nos gusta que sea así, que no dependamos de lo público. Somos apolíticos y aconfesionales, como un médico que intenta curar a un enfermo sin importarle su religión o sus ideas.
–¿Cómo es posible que el PP de Sanlúcar haya organizado un desayuno a periodistas y les haya ofrecido zumos del banco de alimentos?
–Es un caso desgraciado y nadie entiende cómo pudo ocurrir. Tuvo que haber salido de alguna entidad benéfica, porque no entregamos alimentos a nadie más. El que esos zumos hayan ido a parar a la mesa de una rueda de prensa del PP es un disparate. El banco de Cádiz tiene siete entidades beneficiarias, y estamos hablando con las siete, intentando saber qué ha pasado. No hemos sido capaces de averiguar nada. Espero que el responsable lo admita en público, pida perdón y lo explique. Hay que tener un mínimo de gallardía.
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