La activista social recoge hoy el premio que concede Granad Abierta a la plataforma de la que ella es portavoz por su lucha contra el drama social de los desahucios
BELÉN RICO GRANADA
"Nuestro objetivo no es recoger premios pero los agradecemos como reconocimiento a nuestra labor de altavoz de esas miles de personas anónimas que luchan cada día en este país para lograr una sociedad más democrática". Con esas palabras manifestó ayer su agradecimiento la coordinadora de la Plataforma Afectados por la Hipoteca, Ada Colau, por el premio que Granada Abierta le entregará esta misma tarde. "Los premios más importantes son los más pequeños, los que vienen de la sociedad civil. A las instituciones les exigimos que cambien las políticas, no que nos premien", señaló ayer la reivindicativa portavoz, que coordina una plataforma que reúne ya "a 200 grupos de distintas provincias y no se sabe el número personas, porque no hay ningún carné". Una lucha cuyos principales puntos son "la dación en pago, la moratoria de los desahucios y el alquiler social" como "demandas de mínimos para hacer frente a la hemorragia social", pero que tiene un recorrido y unas miras mucho más amplias.
-En febrero cumpliréis cinco años de existencia. ¿Cómo ha sido la intrahistoria de este lustro?
-Ha habido varios puntos de inflexión. El primero, cuando empezamos a parar desahucios seis meses antes del 15 M, en noviembre de 2010 y tuvimos bastante repercusión. Luego, con el 15 M, el movimiento que estaba sólo en Cataluña y en Murcia se extendió por todo el Estado. Fue un momento de mucha visibilidad. Este año con la comparecencia en el Congreso y lo que hemos conseguido de Europa ha sido otro momento importante.
-¿Cuáles han sido los principales logros de estos cinco años?
-Todavía no hemos conseguido la dación en pago, cambiar la ley, aunque estamos seguros que tarde o temprano lo lograremos. Sí hemos obtenido varias grandes victorias, lo que demuestra que tenemos más poder del que creemos. Hemos conseguido forzar a los bancos a negociar cientos de daciones en pago y alquileres sociales y hemos parado más de mil desahucios, todo gracias a la movilización. Y hemos sumado apoyos de los jueces, de Europa... También hemos logrado una Iniciativa Legislativa Popular que contó con más de millón y medio de firmas.
-Y si usted tuviese que destacar un logro por el que merecen este premio y otros muchos que han recibido este año, ¿cuál sería?
-Lo más importante es demostarnos que si las instituciones no están por la labor, todos, si nos apoyamos unos a otros y somos solidarios, podemos tener una segunda oportunidad. Eso es fundamental en los momentos que estamos viviendo ahora, porque la gente que pasa por esto se desespera.
-Además de triunfos, también se han vivido momentos muy dramáticos, como los suicidios.
-Los suicidios son el fracaso de toda una sociedad porque todas esas pérdidas por motivos económicos se podían haber evitado. Nosotros cada semana luchamos por el dolor de miles de familias que no llegan al suicidio pero han sufrido un trauma comparable al de un accidente, y es que el problema del desahucio lleva un sufrimiento asociado que no sale en las estadísticas.
-Uno de esos dramas sí ha salido ahora a la luz con el suceso de Sevilla de este fin de semana.
-Sí. El drama es que tenemos unas instituciones secuestradas por intereses económicos y aunque hay más recursos que nunca -comida y vivienda sí hay- están peor gestionados. Esto se está produciendo sólo por la avaricia de unos pocos.
-Los que estáis en esta lucha activa, ¿habéis sufrido muchos problemas legales?
-En general hemos encontrado sensibilidad en el poder judicial porque entienden que la ley es injusta pero ahora, con el Gobierno del Partido Popular, está aumentando la represión, y no sólo para nosotros, para toda la ciudadanía. Eso es sólo un síntoma de debilidad del Gobierno: ha perdido la legitimidad, no tiene argumentos, inclumple sistemáticamente su programa, rescata a la banca en lugar de a las personas... Con políticas tan poco populares sólo le queda intentar asustar con multas y represión. Pero no lo van a poder hacer, porque a la gente le va la vida en ello; nos lo quieren quitar todo, la educación, la sanidad y la vivienda...
-El miércoles el PP se negó a impedir los cortes de luz o gas a quienes no pueden pagarlos. ¿Es una muestra más de esa línea política?
-Y además se nota que están legislando sobre problemas que desconocen completamente: no saben lo que es pasar frío con niños, con personas mayores o enfermos en casa. Eso los está alejando de la ciudadanía, los está deslegitimando completamente y les va costar el Gobierno. No tienen ni idea de lo que le está pasando a la gente en la calle.
-En febrero cumpliréis cinco años de existencia. ¿Cómo ha sido la intrahistoria de este lustro?
-Ha habido varios puntos de inflexión. El primero, cuando empezamos a parar desahucios seis meses antes del 15 M, en noviembre de 2010 y tuvimos bastante repercusión. Luego, con el 15 M, el movimiento que estaba sólo en Cataluña y en Murcia se extendió por todo el Estado. Fue un momento de mucha visibilidad. Este año con la comparecencia en el Congreso y lo que hemos conseguido de Europa ha sido otro momento importante.
-¿Cuáles han sido los principales logros de estos cinco años?
-Todavía no hemos conseguido la dación en pago, cambiar la ley, aunque estamos seguros que tarde o temprano lo lograremos. Sí hemos obtenido varias grandes victorias, lo que demuestra que tenemos más poder del que creemos. Hemos conseguido forzar a los bancos a negociar cientos de daciones en pago y alquileres sociales y hemos parado más de mil desahucios, todo gracias a la movilización. Y hemos sumado apoyos de los jueces, de Europa... También hemos logrado una Iniciativa Legislativa Popular que contó con más de millón y medio de firmas.
-Y si usted tuviese que destacar un logro por el que merecen este premio y otros muchos que han recibido este año, ¿cuál sería?
-Lo más importante es demostarnos que si las instituciones no están por la labor, todos, si nos apoyamos unos a otros y somos solidarios, podemos tener una segunda oportunidad. Eso es fundamental en los momentos que estamos viviendo ahora, porque la gente que pasa por esto se desespera.
-Además de triunfos, también se han vivido momentos muy dramáticos, como los suicidios.
-Los suicidios son el fracaso de toda una sociedad porque todas esas pérdidas por motivos económicos se podían haber evitado. Nosotros cada semana luchamos por el dolor de miles de familias que no llegan al suicidio pero han sufrido un trauma comparable al de un accidente, y es que el problema del desahucio lleva un sufrimiento asociado que no sale en las estadísticas.
-Uno de esos dramas sí ha salido ahora a la luz con el suceso de Sevilla de este fin de semana.
-Sí. El drama es que tenemos unas instituciones secuestradas por intereses económicos y aunque hay más recursos que nunca -comida y vivienda sí hay- están peor gestionados. Esto se está produciendo sólo por la avaricia de unos pocos.
-Los que estáis en esta lucha activa, ¿habéis sufrido muchos problemas legales?
-En general hemos encontrado sensibilidad en el poder judicial porque entienden que la ley es injusta pero ahora, con el Gobierno del Partido Popular, está aumentando la represión, y no sólo para nosotros, para toda la ciudadanía. Eso es sólo un síntoma de debilidad del Gobierno: ha perdido la legitimidad, no tiene argumentos, inclumple sistemáticamente su programa, rescata a la banca en lugar de a las personas... Con políticas tan poco populares sólo le queda intentar asustar con multas y represión. Pero no lo van a poder hacer, porque a la gente le va la vida en ello; nos lo quieren quitar todo, la educación, la sanidad y la vivienda...
-El miércoles el PP se negó a impedir los cortes de luz o gas a quienes no pueden pagarlos. ¿Es una muestra más de esa línea política?
-Y además se nota que están legislando sobre problemas que desconocen completamente: no saben lo que es pasar frío con niños, con personas mayores o enfermos en casa. Eso los está alejando de la ciudadanía, los está deslegitimando completamente y les va costar el Gobierno. No tienen ni idea de lo que le está pasando a la gente en la calle.
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