La temporada baja, de noviembre hasta Semana Santa, clausura una de cada tres camas
R. FERNÁNDEZ MOTRIL , LITORAL 
Por segundo año consecutivo, una de cada tres plazas de los hoteles de la Costa cierra por temporada baja, lo que supone unas 2.000 camas menos disponibles de cara al invierno. Si el ejercicio pasado era el peor de los últimos años en este sentido, este repite. El fenómeno suele darse desde noviembre y se prolonga hasta prácticamente Semana Santa. La explicación no hay más que verla en un simple vistazo a los negocios del litoral, que se ha notado especialmente este fin de semana: poca afluencia de público y, mientras la Sierra o la capital viven sus momentos dulces, la Costa después del verano tiene que ingeniárselas para sobrevivir y ello a pesar de tener un clima envidiable durante los doce meses del año.
El presidente de la Asociación de Hoteleros de la Costa Tropical, Rafael Lamelas, explica que "una vez que pasan los cien días fuertes del año en la temporada estival, septiembre y octubre no suelen ser malos, pero los seis o siete meses de invierno, hasta finales de marzo, son muy largos y cuesta mucho mantener estos negocios abiertos".
Según Lamelas, este año vienen a estar cerrados más o menos el mismo número de plazas hoteleras que el año pasado. Así, hay unos cinco establecimientos cerrados y los que permanecen abiertos trabajan sobre todo los fines de semana con grupos y con los jubilados del Imserso, operación que este año no parará ningún mes de la temporada baja.
La mayoría de los que han echado la persiana pertenecen a grandes cadenas hoteleras y algunos incluso dan "excusas" como que están haciendo "reformas" para no mantener el negocio abierto todo el año. La razón que muchos sí exponen abiertamente es que no hay demanda ni ingresos como para hacer frente a los elevados gastos que supone tener un local de estas características abierto.
Algunos de ellos volverán a recibir clientes de manera especial, para celebrar Nochebuena o fin de año, unos días en los que merece la pena tener abierto a pesar de que "los costes son altos: músicos, camareros, horas extra ...". Sin embargo, se cubren los gastos y aún quedan beneficios. El resto del mes de diciembre es uno de los más desastrosos en ocupación de todo el año excepto el puente de la Constitución, y, aunque el último fue muy largo, los hoteles apenas estuvieron medio llenos ya que los potenciales clientes prefirieron irse a otros lugares como Sierra Nevada.
La solución, para Lamelas, está clara: "es necesario hacer más promoción del destino especialmente enfocada a los meses de invierno porque los precios son muy bajos en el Caribe y Canarias, por ejemplo, y hay que competir".
El presidente de la Asociación de Hoteleros de la Costa Tropical, Rafael Lamelas, explica que "una vez que pasan los cien días fuertes del año en la temporada estival, septiembre y octubre no suelen ser malos, pero los seis o siete meses de invierno, hasta finales de marzo, son muy largos y cuesta mucho mantener estos negocios abiertos".
Según Lamelas, este año vienen a estar cerrados más o menos el mismo número de plazas hoteleras que el año pasado. Así, hay unos cinco establecimientos cerrados y los que permanecen abiertos trabajan sobre todo los fines de semana con grupos y con los jubilados del Imserso, operación que este año no parará ningún mes de la temporada baja.
La mayoría de los que han echado la persiana pertenecen a grandes cadenas hoteleras y algunos incluso dan "excusas" como que están haciendo "reformas" para no mantener el negocio abierto todo el año. La razón que muchos sí exponen abiertamente es que no hay demanda ni ingresos como para hacer frente a los elevados gastos que supone tener un local de estas características abierto.
Algunos de ellos volverán a recibir clientes de manera especial, para celebrar Nochebuena o fin de año, unos días en los que merece la pena tener abierto a pesar de que "los costes son altos: músicos, camareros, horas extra ...". Sin embargo, se cubren los gastos y aún quedan beneficios. El resto del mes de diciembre es uno de los más desastrosos en ocupación de todo el año excepto el puente de la Constitución, y, aunque el último fue muy largo, los hoteles apenas estuvieron medio llenos ya que los potenciales clientes prefirieron irse a otros lugares como Sierra Nevada.
La solución, para Lamelas, está clara: "es necesario hacer más promoción del destino especialmente enfocada a los meses de invierno porque los precios son muy bajos en el Caribe y Canarias, por ejemplo, y hay que competir".
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