Las cuatro salas con ayuda del Consistorio dieron 72.000 comidas en 2013 El proyecto cuenta con un presupuesto de 187.280 euros
V. GOMARIZ BELDA GRANADA 
A cuatro días de que finalice el año, la Concejalía de Familia y Bienestar Social del Ayuntamiento de Granada ha hecho balance de la actividad registrada en los cuatro comedores sociales que mantiene activos en la capital. Alrededor de 300 usuarios demandaron en 2013 el citado servicio. Los distritos Norte y Chana acogen estas instalaciones que cuentan con un presupuesto municipal anual de casi 190.000 euros.
El edil de Familia y Bienestar Social, Fernando Egea, presentó ayer los datos cosechados en las distintas salas. El Ayuntamiento como tal facilita la asistencia alimentaria a través de dos comedores.
El primero de ellos, ubicado en la Chana, pretende dar cobertura a personas mayores con bajos recursos económicos. Gracias a esta iniciativa, también se favorece la relación social entre los asistentes, se previenen episodios de crisis personal, de soledad y aislamiento. Egea explicó que "se combaten así los problemas de salud y los de índole económica" que impidan o dificulten una alimentación diaria suficiente. Hasta medio centenar de jubilados asisten diariamente, de lunes a sábados; lo que supone una cifra aproximada de 15.650 almuerzos al año.
En el caso del comedor social municipal del distrito Norte, los condicionantes son distintos. Aquí se atiende a personas en "grave situación de exclusión social". Esto supone un plus a las circunstancias de abandono personal y reducidos ingresos económicos. La asistencia diaria de este tipo de usuarios permite la intervención de los trabajadores sociales que desarrollan su labor en el área más deprimida de la capital. Una media de 38 personas, de las que un 70% son hombres con graves problemas de desestructuración familiar, demandan esta prestación. Al año se sirven 11.894 comidas. Dentro de la partida total que el Ayuntamiento destina a los comedores sociales, estos dos reciben un total de 114.000 euros.
Cabe destacar que la labor desarrollada por el área que dirige Fernando Egea, va más allá de los centros de titularidad municipal.
Otros tres comedores de la ciudad cuentan con el respaldo de la administración local. El que más volumen de usuarios registra es el que gestiona la Asociación Sociocultural de Adultos Cartuja. Este colectivo recibió una subvención de 40.000 euros para el funcionamiento de un proyecto que incluye la alimentación (desayuno y merienda) de los menores de tres centros de atención infantil dependientes de la asociación. Estos son el Centro de Atención Familiar, el Centro Infantil La Cartuja y el Centro Infantil Sagrada Familia. Por otro lado, presta atención a 10 familias que precisan apoyo social temporal. Hasta 156 menores se benefician de este programa.
En la misma localización geográfica, la obra social de San Vicente de Paúl, dirigida por las Hijas de la Caridad, cuenta con otro espacio para atender a las familias más desfavorecidas y personas que viven solas. Estos vecinos "tienen la oportunidad de conseguir alimentación básica", apuntó el concejal. El Ayuntamiento destina una ayuda económica de 28.280 euros, cantidad proporcional a 7.300 comidas que dan cobertura a una veintena de usuarios.
Por otro lado, en el Centro existe otro comedor que recibe 5.000 euros para su labor asistencial.
El edil de Familia y Bienestar Social, Fernando Egea, presentó ayer los datos cosechados en las distintas salas. El Ayuntamiento como tal facilita la asistencia alimentaria a través de dos comedores.
El primero de ellos, ubicado en la Chana, pretende dar cobertura a personas mayores con bajos recursos económicos. Gracias a esta iniciativa, también se favorece la relación social entre los asistentes, se previenen episodios de crisis personal, de soledad y aislamiento. Egea explicó que "se combaten así los problemas de salud y los de índole económica" que impidan o dificulten una alimentación diaria suficiente. Hasta medio centenar de jubilados asisten diariamente, de lunes a sábados; lo que supone una cifra aproximada de 15.650 almuerzos al año.
En el caso del comedor social municipal del distrito Norte, los condicionantes son distintos. Aquí se atiende a personas en "grave situación de exclusión social". Esto supone un plus a las circunstancias de abandono personal y reducidos ingresos económicos. La asistencia diaria de este tipo de usuarios permite la intervención de los trabajadores sociales que desarrollan su labor en el área más deprimida de la capital. Una media de 38 personas, de las que un 70% son hombres con graves problemas de desestructuración familiar, demandan esta prestación. Al año se sirven 11.894 comidas. Dentro de la partida total que el Ayuntamiento destina a los comedores sociales, estos dos reciben un total de 114.000 euros.
Cabe destacar que la labor desarrollada por el área que dirige Fernando Egea, va más allá de los centros de titularidad municipal.
Otros tres comedores de la ciudad cuentan con el respaldo de la administración local. El que más volumen de usuarios registra es el que gestiona la Asociación Sociocultural de Adultos Cartuja. Este colectivo recibió una subvención de 40.000 euros para el funcionamiento de un proyecto que incluye la alimentación (desayuno y merienda) de los menores de tres centros de atención infantil dependientes de la asociación. Estos son el Centro de Atención Familiar, el Centro Infantil La Cartuja y el Centro Infantil Sagrada Familia. Por otro lado, presta atención a 10 familias que precisan apoyo social temporal. Hasta 156 menores se benefician de este programa.
En la misma localización geográfica, la obra social de San Vicente de Paúl, dirigida por las Hijas de la Caridad, cuenta con otro espacio para atender a las familias más desfavorecidas y personas que viven solas. Estos vecinos "tienen la oportunidad de conseguir alimentación básica", apuntó el concejal. El Ayuntamiento destina una ayuda económica de 28.280 euros, cantidad proporcional a 7.300 comidas que dan cobertura a una veintena de usuarios.
Por otro lado, en el Centro existe otro comedor que recibe 5.000 euros para su labor asistencial.
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