El edil cumple una década al mando de la vida cultural de la ciudad y, además de descartase como sucesor de Torres Hurtado, afirma que su época en la Concejalía está llegando a su fin
G. CAPPA GRANADAJuan García Montero, una década en la Concejalía de Cultura.Juan García Montero es, junto al alcalde, el único miembro del equipo de Gobierno que llegó al Ayuntamiento en 2003 que no ha cambiado de sillón. Diez años después se ha convertido en el concejal de Cultura más longevo de la democracia aunque, en un hipotética cuarto mandato, aspira a cambiar de Concejalía y abordar otras responsabilidades.
-¿Qué balance hace de sus diez años como concejal de Cultura?
-Han pasado diez años y, en mi caso, siempre desde la responsabilidad de ser concejal de Cultura. Yo creo, si no recuerdo mal, que soy el único concejal que no ha cambiado de área y en toda la historia de la democracia soy el concejal de Cultura que más tiempo ha permanecido en el cargo. Yo llegué al Ayuntamiento con 33 años y ahora son 44 años, es una década de experiencia en la gestión pública y es gratificante ver cómo se han incorporado nuevas actividades a la vida cultural de la ciudad y cómo se han consolidado otros proyectos que habían nacido con un impulso débil, me refiero por ejemplo al festival de magia Hocus Pocus, que cuando llegué estaba parado y ahora es una de las citas imprescindibles. Si hay algo de lo que me siento orgulloso es de la puesta en marcha del Retroback, que tiene una entidad propia en el conjunto de festivales de España.
-En cambio, el Premio Lorca de Poesía, que nació como una gran apuesta con su presentación en Nueva York y con la presencia de los Príncipes de Asturias en el acto de entrega, parece que ha perdido algo de impulso, al menos en cuanto a repercusión mediática...
-La poesía no es un género literario de masas, un best seller de poesía puede vender 7.000 ejemplares y un best seller de novela puede llegar a los 300.000 ejemplares.
-¿El hecho de que algunos premiados no hayan podido acudir a recibir el galardón, caso de Blanca Varela o Fina García Marruz, ha restado visibilidad al premio?
-El Ayuntamiento no tiene nada que ver en las decisiones del jurado. En el caso de Blanca Varela es que había una imposibilidad física, pero está claro que gusta tener al premiado. Yo valoro el Premio Lorca en un contexto en el que también están la puesta en marcha de la compañía García Lorca, y por último el Centro Lorca, que estoy convencido de que en esta legislatura lo vamos a ver abierto.
-Técnicos relacionados con el Centro Lorca admiten en privado que hasta echan de menos los enfrentamientos políticos de antaño porque al menos daban visibilidad a un proyecto estancado pese a estar terminado en un 95%.
-Es que no hay un problema de avance político, el consenso está ahí y el Ayuntamiento, que no tenía que poner nada más, va a aportar algo más de un millón de euros. Es sobre todo una cuestión administrativa sobre cómo encauzar los fondos FEDER, cómo canalizar los llamados fondos noruegos... Todo eso se ha limado, hay una buena relación entre el consejero de Cultura, el alcalde, el Ministerio y la Diputación, pero nos ha pillado en una coyuntura económica muy mala. Ahí está el Centro Lorca prácticamente terminado y lo vamos a ver abierto en breve. Yo ya me imagino el día en que vengan los camiones con todos los manuscritos y se depositen en la Plaza de la Romanilla. En torno a este legado vamos a tener un centro cultural con una sala de exposiciones de 500 metros cuadrados, con un nuevo teatro con unas posibilidades muy parecidas a las del Teatro Isabel la Católica, con espacios para talleres, presentaciones de libros...
-Hay dos etapas claras en su mandato, una primera de poner en marcha proyectos y una segunda de consolidación y recortes con la crisis. ¿Llegará una tercera con el adiós de algunos festivales?
-Al principio de esta legislatura nos planteamos como objetivo mantener nuestra programación cultural y puedo decir que se ha mantenido. ¿Qué nos hemos tenido que ajustar? De acuerdo, pero siguen el Festival de Jazz, el de Tango, el de Música y Danza, el Hocus Pocus, Retroback, Festival Internacional de Poesía... La ciudad exige mucho y el mundo cultural granadino es muy importante.
-En la presentación del último Festival de Poesía se le notó molesto cuando los periodistas preguntaron por la polémica en torno al Premio Alhambra. ¿Cree que el ataque a los directores del festival tenía otros objetivos?
-No entendí ese ataque porque unas personas como Dani [Rodríguez Moya] y Fernando [Valverde] ponen muchísima ilusión y capean con los retrasos en los pagos que tenemos todas las instituciones, invitan a personajes de reconocido prestigio internacional... El Festival no se merece tener un frente en contra. Estamos trabajando para que el próximo Festival de Poesía cuente con ayuda del Ministerio de Cultura.
-En los primeros mandatos estaban en minoría en el consejo rector de la OCG y en el de la Orquesta Ciudad de Granada. Ahora, con la Diputación y el Gobierno de España en manos del PP, tienen mayoría política. ¿Están usando el rodillo?
-En materia cultural sabemos estar de acuerdo prácticamente en todo, aunque luego trascienda la crítica. La inmensa mayoría de la programación cultural la hacemos de manera conjunta, como la Feria del Libro, Festival de Música y Danza, Hocus Pocus, OCG...
-¿Se está acabando su etapa como concejal de Cultura o, de ganar las próximas elecciones, piensa continuar en el puesto?
-De alguna manera, una vez que el Centro Lorca esté terminado y el legado esté en la Plaza de la Romanilla, creo que mi labor como concejal de Cultura puede estar terminada. Es una apreciación personal y es un tópico decir eso de que estaré donde me diga mi partido, me gusta ser concejal del Ayuntamiento de Granada y me gustaría abordar otras responsabilidades a las órdenes de nuestro alcalde.
-Torres Hurtado manifestó la semana pasada que piensa seguir como alcalde hasta 2033. ¿Que su nombre haya sonado en alguna ocasión en la lista sucesoria obedece a elucubraciones o a un interés suyo en ser alcalde?
-En ningún caso, yo soy un modesto concejal, no tengo ninguna aspiración de ser alcalde de Granada, nunca me lo he planteado y no me lo he propuesto. Además, creo que no sería un buen alcalde, yo me siento bien como concejal.
-En este último mandato, en el que ejerce la portavocía de su grupo municipal, se le ve presentar un festival de teatro y, casi sin solución de continuidad, entrar a saco en el terreno político y en las últimas polémicas de la ciudad. ¿Le ha desgastado como concejal de Cultura ejercer de portavoz del PP en el Ayuntamiento?
-En un partido hay una estructura que hace que tengas determinadas responsabilidad que tú vas aceptando porque formas parte de esa maquinaria.
-Pero en el caso de la Biblioteca de las Palomas, en su faceta de portavoz, se ha llevado los comentarios más críticos y, en algunos casos, han ido a lo personal.
-Es así, pero es que además es una crítica injusta, lo que hemos hecho en el Zaidín no es cerrar una biblioteca, hemos abierto una biblioteca como diez veces más grande que la de Las Palomas. La decisión, objetivamente, es esa. A veces hay que tomar las decisiones más inteligentes aunque no estén sustentadas por el corazón. Hay gente que nos ha criticado con el corazón, y eso lo respetamos, pero ha habido también una crítica oportunista y eso es muy desagradable. Para la ciudad, en vez de quedar como el concejal que abrió una gran biblioteca en el Zaidín, he quedado como el que cerró la Biblioteca de las Palomas. Francamente no es así, los hechos nos dan la razón, gracias a esta decisión más de 10.000 granadinos se han sumado a la red de bibliotecas. Hemos inaugurado la biblioteca del distrito Beiro, con 1.000 socios en muy poco espacio de tiempo. A Miguel Ríos le pregunté si había estado en la nueva biblioteca, donde sólo el área infantil es más grande que la de Las Palomas.
-¿Echa de menos sus sonadas disputas con Pedro Benzal, el anterior delegado de la Junta?
-Pedro es un hombre con un trato cercano, muy agradable. En su etapa de delegado hemos quedado los dos con nuestras mujeres para salir de cervezas. El otro día pensaba en Pedro Benzal cuando veía los toldos de Reyes Católicos y recordaba la polémica que se originó en su momento.
-En el anterior mandato, como consejero delegado de TG7 se le veía tan integrado que hasta antes de sentarse a dar una rueda de prensa cogía un folio para que el cámara hiciera el balance de blancos. ¿Su gestión en la televisión fue sobre todo en el plano económico?
-Es un mundo apasionante y, al margen de las cuestiones de gestión, es una televisión que se ha convertido en la líder de la televisión local granadina y una de las más destacadas a nivel autonómico. Lo cierto es que me han apasionado las cuestiones técnicas, como preparar los directos para la Virgen de las Angustias. Hay que tener en cuenta que comenzamos con un presupuesto de 400.000 euros, una cantidad mínima para una televisión, y nos tuvimos que poner manos a la obra para conseguir patrocinios privados y buscar fórmulas de financiación. Al final, cuando comenzó este mandato, le pedí al alcalde que me relevara y hay que reconocer que Juan Antonio Fuentes está haciendo ahora una gran labor.
-Hay polémicas que le persiguen desde hace 10 años, como la programación del teatro Isabel la Católica.
-Hay dos formas de gestionar un teatro, la forma en que la Junta gestiona el Teatro Alhambra y como el Ayuntamiento gestiona el Isabel la Católica. Por número de programación, espectadores, implicación de la ciudadanía y rentabilidad económica no se pueden comparar ambos teatros. Respeto la línea del Teatro Alhambra que controla desde Sevilla la Junta para decidir qué se tiene que ver y quién va recibir el dinero público. Nosotros compartimos con todos los ciudadanos nuestras posibilidades, ha habido conciertos de Granada en Off, está el ciclo Granada Telón Abierto para agrupaciones aficionadas, zarzuela, ópera, actividades de las asociaciones de vecinos, galas a beneficio de Cáritas... Lo mismo hay zarzuela que está cantando Aute o se está dando el pregón de la Semana Santa. Un ejemplo de nuestra gestión es que cuando llegué de concejal me encontré el Auditorio Manuel de Falla en un estado de ruina urbanística, con goteras insoportables, sin calefacción y una deuda de un millón de euros. Ahora, el auditorio está gestionado al céntimo, hemos pagado la deuda generada por el Tripartito y hemos invertido cuatro millones en su reforma. Esa es la diferencia entre un Tripartito en época de vacas gordas y la gestión del PP en época de vacas flacas. Estoy convencido de que PSOE, IU y UPyD aspiran a repetir el tripartito en las próximas elecciones porque sería su única posibilidad. Frente a eso está la gestión seria del PP.
-¿Corre peligro la OCG?
-Para nada, aunque es el momento de hacer un esfuerzo institucional para blindar a la orquesta, para hacer posible que siga siendo una parte esencial de la cultura. Para el Ayuntamiento es una prioridad proteger a la OCG. Hay que hacer ajustes económicos para pagar las nóminas, mantener los puestos de trabajo y que no sea una angustia para el gerente llegar a fin de mes. Las instituciones no estamos al día en los pagos, es verdad, hay un medio millón de euros que preocupa y el Ayuntamiento hará el próximo año una aportación económica mayor que este año, ya he hablado con el concejal de Economía y Hacienda para que esto sea así. El Ayuntamiento pone la misma aportación que la Junta y, además, 70.000 euros para compensar esa deuda histórica que no es tal. Además, ponemos 300.000 euros en especie del Manuel de Falla, pero no en concepto de alquiler, es la calefacción, la limpieza, los encargados, técnicos de luces...
-¿Le siguen llegando propuestas de nuevos festivales
-Sí porque Granada es una ciudad muy activa, pero creo que el calendario de festivales está organizado. Si se fija bien, el Festival de Música y Danza dura este año tres semanas completas y una de ellas está dedicada al flamenco. Eso es el festival flamenco dedicado a Enrique Morente que íbamos a poner en marcha y que hemos encuadrado aquí con el apoyo de todas las instituciones.
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