Escribo en Google "Todos los andaluces…", y Google me completa: "…son gitanos". Todo está ya inventado
Todos los hombres sois iguales -dicen-. Todos vais a lo que vais". Y los madrileños, unos chulos. Los malagueños, los catetos; los granadinos, malafollás; para sarasas, en Cádiz y "hay quien dice de Jaén": Andújar, gente granuja; Arjona, gente ladrona; Arjonilla, gente pilla; Marmolejo, cuerno viejo…. En Loja, ya se sabe. Todos los vascos son etarras. Escribo en Google "Todos los andaluces…", y Google me completa: "…son gitanos". Todo está ya inventado.
Todos los árabes son musulmanes; todos los musulmanes, islamistas, y todos los islamistas, yihadistas. La juventud está corrompida, dicen. Todos los africanos son negros. Los gordos son simpáticos. ¡Pero qué buenas están todas las extranjeras! Todas las portuguesas son bigotudas. No hay quinto malo. Todo me pasa a mí. Todos lo políticos son unos corruptos; todos los homosexuales, unos promiscuos; todos los curas, unos pederastas. Cuando el río suena… Los borrachos y los niños siempre dicen la verdad. Como en España no se vive en ningún lado. Nada nuevo bajo el sol. Todas las rubias son tontas y todas las pelirrojas -no hay más que leerme- nos pasamos de listas. Mujer tenías que ser.
Seguimos para bingo, ¡siempre toca!: nadie es imprescindible. El amor todo lo puede. Los artistas lo que no quieren es doblarla, ¡pico y pala! Todo está en internet. Nunca te fíes de un hombre que baila bien. Y también habemos -desmontaba el racismo con bella candidez Camarón por martinetes- gitanos buenos. "¡Sevilla sin sevillanos!", válgame Abel Infanzón. ¡Y no hay un día mejor que otro! En esta vida todo se paga. Nunca te fíes de los articulistas: no saben lo que se dicen.
Todos los totalitarismos, dogmatismos, xenofobias y demagogias -reconocidos o sutiles- se nutren de generalización. Más nos vale en estos nuevos tiempos aguzar nuestra sana sospecha de siempre sobre lo absoluto. Todos los "todo" son peligrosos, incluido éste.
Sin embargo, sostengo con firmeza que nadie es más que nadie. Digo, junto al poeta, que todo pasa y todo queda, y que todo amor que termina es un cementerio de abrazos. Dije "o todos o ninguno", dije "nunca mais". Sostengo que todo viaje es espacial, todo colon es irritable y todos los relojes son -pregúntenselo a Bergson- falsos. Que cada día es año nuevo. Que cada uno es cada más. Toda guerra es fratricida. Toda muerte es prematura. Todo hijo es único, y toda ilusión o entusiasmo que podamos insuflarle es poco. Toda tuya, inquieta lectora; toda tuya, curioso lector.
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