jueves, 26 de enero de 2017

ESTE INDIO DOMA A LOS CABALLOS CON CARICIAS HORSE PRESS


Imagen del vídeo que reproducimos en este artículo sobre la doma india.

La infalible técnica de amansar de los apaches se globaliza. El join up demuestra que es más eficaz premiar los aciertos que castigar con la fusta los errores del potro
No existe técnica científica ni ecuación etológica para amansar un caballo pero sí métodos antiguos. Algunos se han normalizado después de varios siglos e incluso aceptado como válidos por los eficaces resultados obtenidos tanto en la doma como en el carácter del caballo. La doma india es el mejor ejemplo. En países como México, Argentina, Chile e incluso Estados Unidos y Canadá, nada quieren saber de fustas y frenos de forja que rompen la nariz y endurecen la boca en la edad infantil del cuadrúpedo. Mejor premiar los aciertos del aprendizaje con caricias y recompensas que castigar los errores con la fusta y la autoridad humana. Mejor convencido que sometido.

Indios y vaqueros

El hombre indio sabe reconocer e interpretar las señales hasta modificar la conducta del caballo y convertirlo en un ser confiado y entregado. A base de paciencia (y de golosinas), se establece una relación basada en la comunicación gestual y sensitiva con el animal. La letra con sangre no entra. En la filosofía india el aprendizaje entra con paciencia, psicología y premios. Premiar con una golosina al caballo o al potro después de un examen bien hecho es motivarlo para el próximo ejercicio. La fusta también la recordará con nitidez pero pueden hacer de él un animal desconfiado e inseguro porque la memoria equina es prodigiosa.
El vídeo demuestra que la técnica de los aborígenes americanos no falla. El domador, también conocidos como susurradores, se enfrenta al noble bruto a cuerpo descubierto hasta tumbarlo y gobernarlo. Lo hace hablándole, acariciando, tocando sin dolor zonas concretas del cuerpo equino y mirando a los ojos para transmitir las señales.
Uno de los grandes etólogos del continente americano, Chico Ramírez, insiste en sus numerosas visitas a España en que “el caballo no necesita ningún material para ‘hacerle la cara’ (expresión utilizada en el argot ecuestre de Andalucía para referirse al desbrave). Puede parecer una doma más rápida pero a la larga solo traerá problemas, como lesiones en el cuello, dorso y articulaciones, además de desarrollar un carácter defensivo que va contra su naturaleza”. Chico Ramírez lo tiene claro: “Dejen de usar en este momento métodos artificiales y comiencen a practicar la doma natural, que es la más eficaz y saludable”.

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