Un teniente huido de la antigua URSS dio nombre a la bella cala albuñolense
EULALIA GARCÍA | SALVADOR RODRÍGUEZ | GRANADA
Tranquilidad en la playa El Ruso. :: SALVADOR RODRÍGUEZ |
Albuñol es una localidad de interior de la comarca de la Costa que tiene una población de casi siete mil habitantes. A tan solo siete kilómetros del pueblo se encuentra la playa de El Ruso, un refugio nudista que emana paz y tranquilidad. Hay dos formas de llegar a esta playa, o bien por el mar desde el pueblo cercano de Rubite o a pie desde la salida de la carretera nacional 340. Aunque a pie el acceso es más accidentado ya que para bajar hasta la playa hay que atravesar un largo sendero en pendiente de arena y polvo.
Sin embargo, la parte más complicada de la bajada es el tramo en el que el camino parece desaparecer y se trueca con un frondoso paraje de cañaveras y aloe vera. Para atravesar este entramado es necesario caminar agachado y a través un túnel hasta llegar a la playa.
Una vez abajo, todo cambia de color. El verde de los cañaverales es ahora el azul turquesa del agua. Nada más entrar en este refugio se ve de frente un pequeño monolito con una inscripción grabada y rodeado de un montón de piedras que forman un círculo.
Una pareja de bañistas llegados de Granada explica que ellos suelen venir a esta playa todos los veranos durante cuatro o cinco días. «Es un pequeño paraíso aislado, lo que más me gusta de esta playa es que puedes traerte al perro sin problemas siempre y cuando no moleste a los demás». La playa de 'El Ruso' es en realidad dos calas conectadas por un resquicio de orilla, aunque donde más acampa la gente es en la segunda cala, ya que está más resguardada y es más tranquila.
Aunque el verdadero nombre de esta playa es Lance Nuevo, se la rebautizó 'El Ruso' a raíz de que en 1921 un teniente ruso llamado Basilio Lukianov huyera de la Unión Soviética y se instalara en esta preciosa cala. Según cuentan era un hombre astuto y fuerte que siempre supo salir adelante con lo que obtenía de la madre naturaleza y ayudaba a campesinos y pescadores por igual.
Se convirtió en un personaje importante y dio nombre a esta playa porque fue quien construyó el acceso a la misma y una fuentecilla que permanece en la zona. Tal es el afecto que siguen sintiendo los rabiteños hacia este músico militar que tras casi cuarenta años después de su muerte le siguen dejando flores frescas sobre su tumba.
Pasar una jornada en esta playa es una excelente manera de desconectar de la vida de la ciudad, vivir en armonía con la naturaleza y, además, una manera muy rentable de irse de vacaciones. Muchos vienen solos y otros en pareja como Carlos y Laura, que se conocieron en esta playa hace cinco años y desde entonces vienen todos los veranos. Laura practica el nudismo y el yoga, es natural de Granada donde trabaja como técnico de laboratorio. «Conocí a Carlos mientras realizaba el saludo al sol que es ejercicio de yoga, un ritual hippie que se hace por las mañanas para dar la bienvenida al nuevo día».
La playa tiene unos 300 metros de longitud y diez de ancho, sus aguas son cristalinas y templadas, y la arena está compuesta por piedras de pequeño tamaño. Además está rodeada por los dos costados por grandes rocas, lo que hace de ella una playa idónea para perderse y descansar.
Situada a muy pocos metros de la playa de 'El Ruso', está la conocida como 'Playilla' un lugar muy poco concurrido, ya que el acceso no está bien señalizado, aunque no es muy complicado. Para llegar a esta playa sólo es necesario seguir el sendero que tiene una pendiente no muy inclinada y que ya está marcado.
A mitad de camino hay una cruz de unos dos metros de altura, que posiblemente recuerde a algún fallecido. La Playilla es una playa para disfrutarla desde que te bajas del coche hasta que llegas al mar, porque por el camino se pueden divisar bellas vistas sobre el mar, por lo que es un espacio muy aconsejable para los amantes de la fotografía. Esta playa de arena oscura y aguas cristalinas está rodeada de unos grandes acantilados y cuevas naturales cavadas sobre la propia roca, la vegetación en este paraje es árida. Al ser una playa poco frecuentada por bañistas es idónea para actividades acuáticas como el piragüismo o el buceo. Además, también se puede acceder muy fácilmente desde la playa de 'El Ruso' por medio del mar. Gema García, natural de Zaragoza es una bañista asidua a esta playa. «Vengo todos los años a la Costa Tropical, pero lo que verdaderamente busco en el sur no es la cervecita y la tapa tan característica de Granada sino la tranquilidad y el sosiego que encuentro en la Playilla, me paso horas frente al mar, leyendo un libro y escuchando el sonido del mar».
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