Neurocirujano y maestro de la mejor escuela de profesionales de toda Europa. Sus discípulos se encumbran hoy en día como los mayores referentes de esta especialidad en España. En Granada dejó un legado difícil de superar
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JOSÉ R. VILLALBA | GRANADA
Ventura Arjona (a la derecha) fue pionero en introducir la radiocirugía en Andalucía y de los primeros del país. :: RAMÓN L. PÉREZ
El portero de la selección española y del Real Madrid, Iker Casillas, tiene aseguradas sus manos por 7,4 millones de euros, son su herramienta de trabajo y sin ellas se acabó el trabajo de parar balones para el mejor guardameta del mundo, con permiso del cancerbero talismán del Granada, Roberto. Sin embargo hay otras manos dedicadas a parar la muerte y la enfermedad cuyo valor podría pesarse en oro. El exjefe del servicio de Neurocirugía del Hospital Virgen de las Nieves Ventura Arjona Morón tiene dos manos que si cotizaran en la bolsa de Wall Street se convertirían en un valor seguro y siempre al alza. Este gaditano de Algeciras ha cumplido este verano 76 años, la mitad de su vida la ha dedicado en cuerpo y alma a la neurocirugía en el Hospital Virgen de las Nieves de Granada, donde ha dejado uno de los mayores legados de esta especialidad existentes en este país: la mejor escuela de neurocirujanos, así como la introducción en Europa de técnicas microquirúrgicas que hoy se aplican en todos los servicios de esta especialidad. En el Virgen de las Nieves realizó estudios sobre el tratamiento quirúrgico del párkinson y cirugía de la epilepsia.
«Si volviera a nacer sería neurocirujano otra vez y repetiría todo lo hecho hasta hoy. Granada es una ciudad que me ha tratado con mucho cariño». Pronuncia estas palabras desde su retiro veraniego en Cádiz, tierra que le vio nacer y adonde siempre que puede vuelve. «Estoy de vacaciones en agosto, porque yo sigo trabajando en la consulta privada y sigo siendo doctor emérito en el Virgen de las Nieves, aunque la actividad ya no es la misma que antes». Este 'pulmón' de la neurocirugía ve ahora como uno de sus discípulos, Miguel Ángel Arráez, se ha convertido en el «mejor» o está «entre los mejores» neurocirujanos del país y ejerce desde el hospital Carlos Haya de Málaga, mientras que el doctor Katati fue uno de «sus mejores alumnos», según sus propias palabras, y hoy ejerce como neurocirujano en el hospital de Traumatología, aunque se lo han rifado los mejores centros sanitarios de este país.
En sus palabras siempre queda un gran poso de agradecimiento a esta ciudad, a la que llegó en el año 1973 después de un largo periplo por el extranjero y tras ganar unas oposiciones de jefe de servicio de Neurocirugía. Su formación se completó con estudios avanzados en Microcirugía en el Kantonspital y la Universidad de Zurich, Cirugía Estereotáctica, en el Hospital Karolinska de Estocolmo, Radiocirugía en el Bringham Hospital y Lahey Clinic de la Universidad de Harvard, y Neuroendoscopia en la Universidad de Mainz.
«En Granada han nacido mis cuatro hijos, dos son abogados, otro piloto de aviones y solo uno se ha hecho médico. También tengo una nieta, que es una delicia». Además de disfrutar de su familia tanto como puede para devolverle el tiempo que su profesión le ha robado, le gusta leer prensa de forma pausada, es casi un ritual.
Ha pasado su vida entregado a la sanidad pública y él ha sido uno de los profesionales que más han contribuido a convertir la de este país en una de las mejores del mundo. «Teníamos un gran equipo en el Hospital Virgen de las Nieves», de hecho todos los servicios de neurocirugía de esta comunidad autónoma están dirigidos por quienes antaño fueron discípulos suyos. «Soy un eterno defensor de la sanidad pública, pero reconozco que hay margen para optimizar más aún los recursos. El aparato burocrático y administrativo de los centros de gobierno sanitarios es demasiado grande y en demasiadas ocasiones hay pacientes hospitalizados que no requieren ingreso. También se debería apostar más por el tratamiento ambulatorio para evitar esos ingresos».
Este granadino de adopción ha presidido la Sociedad española de Neurocirugía y ha sido delegado en la sociedad mundial de esta especialidad. «En las reuniones científicas que solemos hacer en estas sociedades suele encontrarme con mucha de la gente que estuvo en mi equipo y para mí es todo un orgullo ver cómo crecen profesionalmente».
Este hombre de 76 años, meticuloso como nadie en su trabajo y persona sencilla, también recibió la medalla de Andalucía, además de ser hijo predilecto de Algeciras desde el año 2003. Quizá Granada a la que tanto le ha dado, le deba el nombramiento que su tierra natal sí le ha concedido.
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