Jesús Joaquín Hijona y su equipo fueron premiados en el XXXII Congreso de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO)
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ROSA GÁMIZ | GRANADA
El doctor Hijona, a la izquierda, junto con parte de su equipo de investigación del Hospital Materno Infantil de Jaén. :: IDEAL
Tras recibir el premio nacional en el XXXII Congreso de la Sociedad Española de la Ginecología y Obstetricia (SEGO), celebrado en Tenerife el pasado mayo, el doctor Jesús Joaquín Hijona Elósegui y su equipo, ginecólogos adscritos a la Unidad de Gestión Clínica del Complejo Hospitalario de Jaén, continúan con la investigación para identificar la ruptura de la bolsa fetal antes del parto en mujeres que aparentemente no presentan ningún síntoma.
La importancia del estudio reside en que esta complicación en el embarazo puede resultar muy peligrosa, tanto para el hijo como para la madre, ya que si la bolsa se rompe ambos quedan expuestos a posibles infecciones. Aunque los casos de personas con membrana amniótica rota prematuramente se reducen a un 7 u 8%, no debemos desprestigiar el hallazgo, pues como explica el facultativo, «supone una situación de riesgo y si no es diagnosticada puede conllevar incluso a la muerte del niño y la mujer». Lo que no significa, aclara Hijona, «que quiera crear un falso alarmismo, sino que intento concienciar a los propios ginecólogos».
No obstante, una vez se detecte la rotura puede ser tratada con antibióticos con el fin de intentar retrasar el alumbramiento lo máximo posible para que el niño se forme bien. Pero si el caso es demasiado grave y la mujer se encuentra en los últimos meses de la gestación, se puede llegar a inducir el nacimiento del bebé.
La novedad de este proyecto se halla, por un lado, en que se desvela la incógnita de que la bolsa se puede romper antes del parto, y por otro, en la averiguación de cómo detectarlo, puesto que el problema hasta ahora pasaba inadvertido ante la ausencia de manifestaciones clínicas claras y ecografías que lo puedan sospechar.
Pese a que el motivo de que se quiebre esta membrana puede ser que la mujer presente una constitución débil de bolsa, la manipulación de la misma, como el pinchar en el útero para la prueba de diagnóstico del síndrome de down, traumatismos abdominales, el constante movimiento de algunos niños durante el embarazo, que la mujer dilate o la apertura del cuello del útero, a parte de esto, no hay un predíctor claro de por qué ocurre. Por tanto, tampoco existe prevención, «lo que aconsejamos es que ante la duda de que la tienen rota, acudan urgentemente al médico», recomienda este doctorado en la Universidad de Granada con una tesis sobre los factores asociados al aborto espontáneo.
De momento, el indicador de la fractura de la bolsa es la presencia de una proteína de la placenta conocida como PAMG-1 en las secreciones vaginales de las mujeres en proceso de parto. A pesar de ello, en la ampliación del estudio que está llevando a cabo el equipo liderado por Jesús Hijona se está observando también la proteína IGFDE-1 y se está comprobando cuál de ellas es más fiable para el test. Asimismo, otra línea de trabajo de esta nueva investigación es ver qué ocurre en las mujeres a lo largo del embarazo, porque en la anterior se hizo solo con pacientes al final de la gestación, es decir, a partir del séptimo mes de estado.
«Si encontramos los mismos resultados en muchos más pacientes, quizás en un futuro las embarazadas tengan que someterse a esta prueba igual que si fuese una ecografía», cuenta el facultativo.
Pero para todo ello, se requiere una gran inversión, tanto de tiempo como de dinero, y el ginecólogo granadino, quien asegura dedicarse a la investigación por mera 'afición', es consciente de que se encuentra en desventaja con respecto a las grandes multinacionales farmacéuticas: «No somos la Bayern». Así, resalta el hecho de que su equipo no disponga apenas de recursos: «No tenemos tiempo, porque nos encontramos en un contexto de trabajo diario, ni dotación económica, pues trabajamos con prestaciones al hospital y algunas solicitudes de ayudas, pero es muy complicado encontrar financiación».
De este modo, agradece el préstamo de material ofrecido por el Hospital de Jaén y expresa su inquietud ante la incertidumbre de si el centro podrá seguir ayudándolos, porque -como dice- «ahora, tal y como están las cosas, lo prioritario es atender a los enfermos».
Pera pesar de las dificultades se siente orgulloso de los avances: «No estamos realizando estudios moleculares sobre el cáncer, que también son importantes, pero nuestro hallazgo es más práctico en el día a día». Además, advierte que «no solo en Madrid y en Barcelona se investiga, aquí en Andalucía también estamos sacando cosas decentes».
Meses de investigación
La idea del proyecto surgió cuando estos ginecólogos comenzaron a encontrarse con pacientes con infecciones de útero sin síntomas aparentes, por lo que se plantearon la posibilidad de que la bolsa se rompiese antes del parto. Entonces, decidieron empezar un estudio, que realizarían a unas 150 embarazadas y que les llevaría once meses de investigación, tres de los cuales serían dedicados a a gestiones burocráticas como la autorización del comité de ética, y el resto a obtener las muestras. El resultado fue que entre el 3 y el 5% de las mujeres examinadas mostraron rotura de la bolsa fetal y no lo sabían ni ellas ni los especialistas.
Sin embargo, cabe señalar que anteriormente se realizó un estudio preliminar con unas 30 o 40 pacientes que fue presentado al congreso regional y este lo calificó como ponencia oficial. «Este reconocimiento junto con el del SEGO a nivel nacional ha sido muy importante para nosotros» declara el sanitario.
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