Dejó Londres para celebrar un cumpleaños en la Taha de Pitres, donde reside desde hace más de cinco años, cuando vislumbró su futuro: traerse a actuar a Andalucía, entre otros, a los músicos que había enseñado a tocar en Sheffield
IRENE RIVAS | GRANADA
En los 90, cuando esta londinense llamada Cat Jary aún trabajaba en Inglaterra, ya sabía que algún día desarrollaría su propio proyecto musical. Lo que probablemente no sospechara en aquel momento es que su deseo estaría ligado a la Alpujarra y que la vida se lo concedería el día de su cumpleaños.
Ocurrió en 2002. Cat había decidido pasar un fin de semana celebrando esa fecha en la comarca granadina. Entonces, la idea se proyectó en su cabeza como una película de secuencias perfectamente hilvanadas: «Vi las eras y las montañas, que para mí son plataformas perfectas para montar conciertos ahí y hablé con los jóvenes de Sheffield». Esos chicos a los que se refiere son los de la Orquesta Joven de Sheffield (Yorkshire, Inglaterra), donde Cat fue profesora durante 15 años. De ahí que fuera conocedora de la gira que, cada año, realizaban los alumnos. Pensó que esas montañas que tenía delante de sus ojos podían ser un buen escenario para los intérpretes.
Habló con el director y con los chicos. A todo el mundo le pareció una buena idea y, un año más tarde, en 2004, los músicos ingleses viajaron hasta Pitres, Almuñécar y Granada para dar vida a la primera edición de 'Música en las Montañas', el festival que encarna aquella ilusión de una chelista de acabar creando un proyecto propio. Ahora, con casi una década de vida, aglutina un número importante de seguidores que disfruta con los conciertos de las eras, plazas e iglesias que suceden, fundamentalmente, en los pueblos de La Taha.
«Durante los primeros años seguí viviendo en Londres pero luego me vine aquí, a Ferreirola, que es donde resido todo el año. Es un lugar con posibilidades y para un músico, con estas montañas, es como estar dentro de una gran aventura». Desde aquel inicio, en el que casi no hablaba español hasta ahora, que se maneja a la perfección, ha conseguido que el festival una a músicos de cualquier parte del mundo con los que están en la Alpujarra. «Por aquí ha pasado, por ejemplo, Bernard Gregor-Smith -miembro fundado del prestigioso Lindsay Quartet-. Mezclamos gente con mucha formación con otros que tienen poca experiencia porque es una manera de aglutinar a músicos de todo el mundo con la Alpujarra y que vengan de Japón, China, de América y Europa, de Escandinavia o Australia-. Cada año Cat orquesta decenas de conciertos con centenares de intérpretes tanto alpujarreños como forasteros: «Ahora son los artistas los que me buscan. Ellos se organizan y me cuentan. Yo espero en Ferreirola a ver qué encuentro y voy programando los conciertos que salen». Y salir salen, y muchos, como ocurrió con Guga Murray & David Defries, un dúo de trompeta y guitarra, afincado en Granada, de origen inglés y brasileño.
Cat, que no saca rentabilidad económica de ese proyecto, sigue tocando y desarrollándose con los músicos de la zona. Ella es, además, maestra en la Técnica Alexander que emplea en su trabajo con músicos lesionados o que sufran tensión. Los gastos se sufragan gracias a los propios asistentes, que abonan el desplazamiento, la manutención y alojamiento. También con los amigos del festival que, de forma anónima, ofrecen cosas, invitan a los músicos que lo necesitan a su pueblo, les proporcionan un lugar para dormir o les dan comida. «Es muy sencilla la manera de financiarlo», asegura. Todos los que tienen voluntad de que aquello salga adelante suman esfuerzos.
Tiene unos enormes ojos claros que pasan desapercibidos en el pueblo porque Cat es una ferreiroleña más. Pero si en la conversación sale a relucir el coro del municipio le burbujean y entonces es imposible apartar la vista de ellos. Fueron los propios vecinos los que le preguntaron a ella si quería formar un coro. «¡Sí!», les dijo. Y desde entonces, hace ya 6 años, le insufla su aire inglés a ese coro alpujarreño. Suenan a gloria con denominación de origen: 'Música en las Montañas'. Y a la montaña le pusieron música, en 2009, cuando Jary congregó a intérpretes de distintos puntos de España para que se unieran a su coro, a una orquesta y juntos ofrecer el concierto conmemorativo del X Aniversario del Parque Nacional de Sierra Nevada y el XX de la Ley de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía, que se presentó al público bajo el nombre de 'Música para Sierra Nevada'.
Y así, la joven chelista que ya cumplió aquel sueño, sigue cosechando y cantando nuevas ilusiones en su casa de la Alpujarra.
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