La consejera de Cultura, Rosa Aguilar, ha presentado hoy estos nuevos usos de este enclave de la fortaleza nazarí que recupera el uso cultural que ya tuvo en los siglos XIX y XX.
A partir de enero, cada sábado la Torre de la Justicia contará con una variada programación de actividades culturales destinadas a todo tipo de público, especialmente infantil y juvenil.
Según Aguilar, la Torre de la Justicia va a convertirse en un lugar de convivencia con el mundo de las artes donde la música y la palabra serán protagonistas.
La consejera ha asistido junto al director del Patronato de la Alhambra y Generalife, Reynaldo Fernández Manzano, la delegada del Gobierno en Granada, Sandra García, y el alcalde de la ciudad, Francisco Cuenca, al ensayo del recital de piano con el que oficialmente se inaugurará este espacio, el próximo 7 de enero.
El violinista Pablo Martos y el pianista Calio Alonso interpretarán extractos de la pieza de Rimsky Korsakov Sherezade, basada en la obra "Las mil y una noches".
A esta actividad se sumarán otros músicos de la ciudad que conformarán un "maratón musical", desde las 10.00 hasta las 14.00.
Además de punto de encuentro con la música, la Torre de la Justicia se convertirá en espacio para la lectura y el préstamo de libros.
Con esta iniciativa, se recupera la finalidad didáctica que se desarrolló en las habitaciones superiores de la Torre de la Justicia durante los siglos XIX y XX.
De hecho, fue el origen de la Biblioteca de la Alhambra, que conservaba y albergaba parte del legado del Duque de Loring y de las donaciones realizadas en 1909 por el Conde de Romanones.
La restauración del interior de la Puerta de la Justicia ha contado con un presupuesto de 430.135 euros y ha sido llevada a cabo por el Servicio de Conservación del Patronato de la Alhambra y Generalife, bajo la dirección técnica del arquitecto granadino Pedro Salmerón.
La Torre de la Justicia alberga uno de los principales accesos al recinto de la Alhambra, desde el momento de su construcción, durante el reinado de Yúsuf I, en 1348, y está formada por una planta rectangular dividida en dos pisos y una terraza, que se integra en la muralla de la ciudad palatina, junto con otras 26 torres diferentes.
Residencia del alcaide de la Puerta desde la conquista de la ciudad por los Reyes Católicos hasta la llegada de las tropas francesas, en 1810, pocos años después se convirtió en vivienda de los guardas del recinto hasta que, desde la última década del siglo XIX y principios del XX, se ha destinado a uso administrativo y, ocasionalmente, residencial.
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