viernes, 17 de enero de 2014

Eclosión, veinte maneras de volar granadahoy.com

Mario Fiestas inaugura en la Escuela de Arte de Granada la exposición de escultura 'En el nido del cuco'
R. CASTRO GRANADA 
Del papel a la joya y de la joya a la escultura. Éste es el proceso que siguen muchas de las obras de Mario Fiestas, un joven escultor granadino que ayer presentó en la Escuela de Arte de Granada la exposición Eclosión. En el nido del cuco. Una muestra formada por una veintena de esculturas repletas de imaginación y ensueño donde la madera, el hierro, el bronce y la piedra se entremezclan para cobijar a este pequeño pájaro, el cuco, auténtico protagonista de esta original exposición. 

"Las casas de cuco siempre han estado presentes en mi vida. Ya las dibujaba cuando estudiaba en la Escuela de Arte de Granada y, finalmente, motivado por una de mis profesoras, Adela Montoro, decidí trasladarlos del papel a la realidad", explica Fiestas que ahora cursa cuarto de Bellas Artes en Poznan, (Polonia), gracias a una beca Erasmus concedida por la Universidad de Granada. 

El experimento no le salió nada mal. Lo que en un principio fue una especie de prueba acabó por convertirse en Eclosión. En el nido del cuco, protagonizada por multitud de piezas bajo nombres como Albaycín, Cheesecuco, o la serie El origen, La impronta, La eclosión, La sabia espera y El fin con las que ayer supo ganarse a numerosos asistentes que ayer no quisieron perderse la inauguración. 

En cada pieza, según cuenta, expresa sentimientos, fragmentos de su vida y reflexiones sobre la libertad de los seres humanos, que, a su juicio, no es demasiada pues, inevitablemente, según Fiestas "todos vinimos anclados en cierto modo a nuestras raíces, a nuestra casa, a las personas que nos rodean y ese sentimiento siempre está presente por muy lejos que volemos". En este sentido, el joven artista destaca cómo, para realizar muchas de las esculturas, no ha dudado en introducir diversos elementos que se encontraban en su casa y que habían perdido toda su utilidad hasta que él volvió a darles vida. "Una de las esculturas que más aprecio, aunque no sea la más espectacular, es una de las Cuconeras, que tiene un marco verde que no es más que la barandilla de la escalera que teníamos puesta en casa", reconoce. Aunque también hay muchos otros objetos, como piezas que alumnos de Bellas Artes abandonan su suerte en los pasillos de la Facultad a las que él ha dado alguna utilidad para crear Eclosión, incluso, elementos naturales, como dos nidos de pájaro que forman parte de la obra En el nido del cuco y que encontró mientras podaba la yedra que siempre ha decorado la puerta de su casa. Asimismo y para que las piezas cobren una mayor dosis de realidad, muchos de los pedestales son maceteros, repletos de tierra, piedras y césped, ya que según afirma, las casas de cuco suelen estar en los árboles y este toque verde les otorga esa naturaleza que otra base no aporta. 

También destacan y mucho, las dos Cucadas que son, en realidad, los bocetos de las esculturas La impronta y La sabia espera que en primer lugar realizó en al paca en un tamaño minúsculo y que luego llevó a la gran escala. Una técnica que ha sido posible gracias a las diferentes disciplinas que ha estudiado en los últimos años y que finalmente han dado como resultado esta muestra que mezcla todas las técnicas que ha aprendido. "Lo normal es hacer un boceto en plastilina, escayola, pero yo decidí aprovechar mis conocimientos en joyería para después hacer bien los pliegos de las esculturas en gran tamaño", remarca Fiestas. 

Mario Yoel Fiestas Moreno se crió entre escayolas y moldes y no tardó demasiado en darse cuenta de que su verdadera vocación se encontraba en el arte. Así y tras la realización de un grado medio de Joyería y otro superior de Escultura en la Escuela de Arte de Granada, decidió entrar en la Facultad de Bellas Artes para embaucarse definitivamente en esta formación de manera profesional. 

Durante este tiempo ha realizado numerosas esculturas, una de ellas, (la casa de cuco en hierro) galardonada con la mención de honor en los premios Alonso Cano de 2013. También trabajado en los talleres de los artistas Miguel Moreno y Miguel Barranco. También ha participado en otras exposiciones como 1984 y Cuadros colgados de un gancho en el Colegio Oficial de Arquitectos que reunió las obras de una veintena de jóvenes artistas urbanos como Sex, El niño de las pinturas, La tonta del bote, o Emilio Cerezo.

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