La Operación Verano trae consigo un incremento de trabajo para las fuerzas de seguridad
R. FERNÁNDEZ MOTRIL , MOTRIL "Buenos días. Documentación, por favor". La frase es repetida por los agentes del Grupo de Fronteras del Puerto de Motril, en algunos casos, más de mil veces al día. Están entrenados para comprobar en apenas unos minutos que la documentación que portan los viajeros es la exigida por la ley tanto para entrar como para salir de la frontera española. Muchos de los policías, un tercio del total, se han desplazado hasta la localidad costera por periodo de 45 días (momento en el que serán relevados por otros) para reforzar el trabajo de sus compañeros en el marco de la Operación Verano.
El plan tiene como finalidad apoyar la seguridad en las principales zonas turísticas de la provincia, vías de comunicación urbanas e interurbanas, estaciones, puertos, aeropuertos, establecimientos hoteleros, playas y acontecimientos que conlleven grandes aglomeraciones de personas.
Un buen número de los desplazados actuales a la dársena granadina viene de Madrid, desde la Unidad General de Fronteras, por lo que, según el inspector jefe de Fronteras de la Policía Nacional en el Puerto de Motril, Carlos Villacreces, esto ha facilitado mucho el periodo de adaptación. Vienen mentalizados de que van a pasar un verano con un servicio muy intenso. "Vivimos prácticamente para esto", reconocen los agentes, que asumen la movilidad como parte de su profesión.
Sus competencias no solo se centran en el control de entrada y salida de pasajeros (y seguridad) en el marco de la Operación Paso del Estrecho (que en estas fechas "condiciona todo") sino también en el control de tripulantes o de llegada de yates a Marina del Este o al Club Náutico e incluso a otros embarcaderos de la provincia, siempre que tengan a bordo extranjeros. Así, realizan los trámites de los turistas que vienen en esta época, aunque también en cualquier estación. Uno de los casos más habituales es el de los marineros en tránsito, cuando alguno tiene que salir del barco de forma inesperada por causas diversas. Sin embargo, en estas fechas el grueso del trabajo viene por la OPE, aunque haya turistas en una Costa que no está tan saturada como otras.
En este marco han hallado de todo, como hace unos días, cuando se descolgaron cinco polizones de los cabos del buque que une Motril con Melilla. Además, los inmigrantes ilegales suelen estar escondidos en los maleteros, los bajos de los coches o en la bodega del ferry. Incluso algunos han saltado al mar nada más llegar al Puerto. Asimismo, ha habido menores que han viajado solos en el barco alegando que iban a encontrarse aquí con algún familiar.
En la salida también se han encontrado con casos peculiares, como el de un hombre que se presentó en la frontera sin pasaporte y sin dinero y quería irse a su casa en Marruecos. "Nos decía que le solucionáramos nosotros el tema", señala el inspector.
En cualquier caso, la persona que no cumpla los requisitos tiene que ser rechazada en frontera. A través de los tres controles de vehículos realizan el 80% de las comprobaciones, cifra que llega al 98% en el caso del viajero marroquí. Una vez que los viajeros, procedentes en su mayoría de Francia, España o Bélgica, se sitúan en el control tanto de vehículos como de peatones, los policías tienen que averiguar rápidamente a través de la documentación aportada si se trata de mayores o menores de edad, si son nacionales o extranjeros y, en tal caso, si son comunitarios o extracomunitarios.
Dependiendo de unas circunstancias u otras, necesitarán de: un DNI, un pasaporte, un visado o una tarjeta de residencia, y cualquiera de ellos tiene que estar en vigor y ser válido. Después de haber tocado miles de estos documentos saben con el simple tacto o vista si son falsificados o "buenos". Mientras, el compañero en la base de datos está comprobando que no consta ninguna reclamación judicial sobre esa persona. Esta labor exige una gran concentración para hacerla de forma ágil y exhaustiva. "Y se mira todo", asegura Villacreces, es decir, fotografías, encuadernación, papel y, por supuesto, los datos. Después se estampa el correspondiente sello, de entrada o de salida.
En este puesto también están asistiendo al cambio cultural que se está experimentado en Marruecos. Se da la circunstancia de que mientras los padres siguen manteniendo la nacionalidad marroquí, los hijos ya suelen ser ciudadanos comunitarios.
Además del Grupo del Puerto, están asistidos también por la UIP, otros policías que se han desplazado a la Costa granadina para apoyar a la Comisaría de Motril.
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