Los grupos granadinos y la música alternativa protagonizan la segunda edición del Festival Cañaveral
ROSA FERNÁNDEZ SALOBREÑA
Que la fusión de lo alternativo, lo tradicional y lo indie se ha puesto de moda y que a la gente le gusta, es un hecho, cosa que se comprobó incuestionablemente la noche del sábado con la celebración de la segunda edición del Festival Cañaveral de Salobreña, que presentó su apuesta por el cambio con actuaciones de renombre granadino como Lagartija Nick y Niños Mutantes.
El encargado de abrir el apetito musical fue el grupo novel Chocolata, que consiguió con su estilo mestizo y propio compuesto por tres ingredientes principales: el flamenco, el jazz, y el abanico de la música latinoamericana, animar al público asistente al polideportivo Los Trances, donde se celebró esta segunda edición del festival costense, con un repertorio de temas procedentes de su disco De un suspiro.
Una vez abierto el apetito se subió al escenario uno de los grupos estrella, Lagartija Nick, los veteranos granadinos que con la formación original hipnotizaron al público de Salobreña con su selección de su disco Hipnosis, uno de los más importantes de su carrera y cuyos temas coreó un público en su mayoría treintañero. Crearon un ambiente en el que parecía que estaban en familia y en el que Antonio Arias bromeó incluso con los que parecían amigos allí congregados. Sin duda, el emblemático grupo de música rock, referente del underground granadino, fue uno de los ganchos del II Festival Cañaveral.
Con su eléctrica y enérgica actuación transportaron a sus seguidores al año 91 en el que grababan su primer disco, y como se pudo comprobar siguen tal y como en sus inicios. Sólo por el lujo de contar con la formación original ya merecía la pena.
A continuación llegó uno de los momentos más esperados de la noche, la actuación de Niños Mutantes, que presentaron su premiado Náufragos, aunque también interpretaron algunos temas de su ya extensa discografía, con 7 discos a sus espaldas.
A pesar de la vorágine en la que está 'sumergida' la formación, demostraron estar en forma para su gira que les está llevando de norte a sur de la geografía española.
La fuerza de sus canciones y de su gran directo inundó Los Trances en un repertorio de lo más variado y en el que no faltaron guiños a las protestas sociales. El público recibió con gratitud al grupo granadino y le regaló acompañándoles en todos los temas que interpretaban y arropándoles con un aplauso que inundaba la sala del polideportivo, que estaba "hasta la bandera" con un total de mil personas, 400 más que la primera edición.
Por último, DJ Óscar Lamota, realizó un recorrido por casi todos los estilos de la música negra, desde soul hasta hip hop pasando por los rotundos bajos del reggae o por los salvajes ritmos funk y adentrándose en los mas oscuros temas de la música Disco -todo ello pinchado con viejos vinilos a 45 rpm.-, que hicieron bailar al público hasta altas horas de la madrugada
El encargado de abrir el apetito musical fue el grupo novel Chocolata, que consiguió con su estilo mestizo y propio compuesto por tres ingredientes principales: el flamenco, el jazz, y el abanico de la música latinoamericana, animar al público asistente al polideportivo Los Trances, donde se celebró esta segunda edición del festival costense, con un repertorio de temas procedentes de su disco De un suspiro.
Una vez abierto el apetito se subió al escenario uno de los grupos estrella, Lagartija Nick, los veteranos granadinos que con la formación original hipnotizaron al público de Salobreña con su selección de su disco Hipnosis, uno de los más importantes de su carrera y cuyos temas coreó un público en su mayoría treintañero. Crearon un ambiente en el que parecía que estaban en familia y en el que Antonio Arias bromeó incluso con los que parecían amigos allí congregados. Sin duda, el emblemático grupo de música rock, referente del underground granadino, fue uno de los ganchos del II Festival Cañaveral.
Con su eléctrica y enérgica actuación transportaron a sus seguidores al año 91 en el que grababan su primer disco, y como se pudo comprobar siguen tal y como en sus inicios. Sólo por el lujo de contar con la formación original ya merecía la pena.
A continuación llegó uno de los momentos más esperados de la noche, la actuación de Niños Mutantes, que presentaron su premiado Náufragos, aunque también interpretaron algunos temas de su ya extensa discografía, con 7 discos a sus espaldas.
A pesar de la vorágine en la que está 'sumergida' la formación, demostraron estar en forma para su gira que les está llevando de norte a sur de la geografía española.
La fuerza de sus canciones y de su gran directo inundó Los Trances en un repertorio de lo más variado y en el que no faltaron guiños a las protestas sociales. El público recibió con gratitud al grupo granadino y le regaló acompañándoles en todos los temas que interpretaban y arropándoles con un aplauso que inundaba la sala del polideportivo, que estaba "hasta la bandera" con un total de mil personas, 400 más que la primera edición.
Por último, DJ Óscar Lamota, realizó un recorrido por casi todos los estilos de la música negra, desde soul hasta hip hop pasando por los rotundos bajos del reggae o por los salvajes ritmos funk y adentrándose en los mas oscuros temas de la música Disco -todo ello pinchado con viejos vinilos a 45 rpm.-, que hicieron bailar al público hasta altas horas de la madrugada
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