Accidentes y suicidios, causas más frecuente de fallecimiento entre las personas que sufren esta enfermedad
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E. PRESS | MADRID
Las personas con epilepsia tienen diez veces más probabilidades de morir prematuramente, antes de mediados de los cincuenta, en comparación con la población general, según un estudio realizado durante 40 años en Suecia, publicado en la revista 'The Lancet' y financiado parcialmente por el Wellcome Trust de Reino Unido.
Los resultados revelan una sorprendente correlación entre la muerte prematura y la enfermedad mental en estos pacientes, ya que las personas con epilepsia son cuatro veces más propensos a haber recibido un diagnóstico psiquiátrico en su vida en comparación con la población general. Las cifras son considerablemente más altas de lo que se pensaba y tienen importantes implicaciones para la gestión de la epilepsia, según los autores.
Investigadores de la Universidad de Oxford y el Instituto Karolinska estudiaron durante 40 años (1969 y 2009) a 69.995 pacientes con epilepsia nacidos en Suecia entre 1954 y 2009. Compararon la mortalidad y la causa de la muerte de estos pacientes con 660.869 personas emparejados de la población general. El estudio también analizó a los hermanos no afectados de las personas con epilepsia, con el fin de descartar la influencia de factores del entorno, como los de riesgo genético y educación.
A lo largo del estudio, casi el 9% (6.155) de las personas con epilepsia murieron en comparación con menos el 1% (4.892) de las personas de la población general. La causa más importante de muerte entre los epilépticos que no fue claramente relacionada con el proceso de la enfermedad fueron los accidentes o suicidios, lo que representa casi el 16% de las muertes, y tres cuartas partes de estas muertes se produjeron entre los pacientes que también tenían un diagnóstico psiquiátrico.
Aunque el suicidio y las muertes por accidentes son todavía relativamente raras, las probabilidades de suicidarse de una persona con epilepsia durante el estudio fueron cuatro veces más altas que la población general y había una fuerte correlación con la enfermedad mental y el abuso de sustancias.
Dr Seena Fazel, investigador senior de 'Clinical Wellcome' de la Universidad de Oxford y autor principal del estudio, subraya: "Este es el informe más grande hasta la fecha que examina las asociaciones psiquiátricas de la epilepsia y su contribución a la mortalidad prematura. Nuestra conclusión de que tres cuartas partes de los suicidios y las muertes por accidente fueron en epilépticos que también tenían un diagnóstico de enfermedad mental les identifica como una población de alto riesgo en la que centrar las estrategias de prevención y tratamiento más intensivo".
"La mejora de la identificación, el seguimiento y el tratamiento de problemas psiquiátricos en pacientes con epilepsia pueden contribuir de manera importante a la reducción del riesgo de muerte prematura que actualmente estamos viendo en estos pacientes", afirma. El estudio también revela que las probabilidades de morir en un accidente no de coche, como por intoxicación de drogas o ahogamiento, fueron más de cinco veces superiores para las personas con epilepsia que en la población control. "Nuestros resultados también ponen de relieve que los accidentes en general son una de las principales causas evitables de muerte en los pacientes con epilepsia y sugieren que las advertencias específicas, además de los ya dadas sobre la conducción, deberán indicarse a los pacientes en el momento del diagnóstico para asegurarse de que son conscientes de los riesgos", añade el doctor Fazel.
"A pesar de que es bien reconocido que los trastornos psiquiátricos y de adicciones se producen en la epilepsia, en los países de altos ingresos, la epilepsia a menudo es controlada únicamente por los neurólogos. Los resultados de este estudio sugieren que los servicios clínicos de epilepsia deben revisar su relación con los servicios psiquiátricos y de adicciones como una prioridad", concluye el profesor Charles Newton, del programa 'Wellcome Trust 'en el Instituto de Investigación Médica de Kenia (KEMRI) y el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oxford.
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