Un usuario que llene el tanque dos veces al mes de gasolina paga 192 euros más al año en la estación más cara Los consumidores piden imponer precios máximos
L. QUERO / A. R. GRANADA
Los habitantes de la Costa sufren, como todos, la espectacular subida del combustible de los últimos años, pero tienen la suerte de disponer de las gasolineras más baratas de la provincia, sobre todo para el diésel. El precio de llenar con gasóil un depósito de 50 litros puede oscilar casi 10 euros, en función de la estación de servicio escogida.
Las diferencias por cada litro alcanzan los 19 céntimos de euros. Según los datos oficiales suministrados por las propias gasolineras y publicados casi diariamente por el Ministerio de Industria, el precio del litro de diésel oscila entre los 1,23 euros de la estación más barata de la provincia, situada en Motril, hasta los 1,43 euros de la más cara, ubicada en Orce. En el caso de la gasolina 95, la horquilla va desde los 1,35 euros por litro en Ogíjares a los 1,52 euros en la Avenida de Andalucía de la capital.
Nadie, o casi nadie, va a desplazarse decenas de kilómetros para buscar una gasolinera más barata. Sin embargo, no está de más comprobar cuál es el precio de las zonas que frecuentamos porque el ahorro puede ser considerable. Si un conductor llena un tanque de 50 litros en un vehículo de gasolina 95 en la estación más barata de la provincia tendría que pagar 68 euros y si lo hace en la más cara 76 euros, por lo que la diferencia es de 8 euros. Si se parte de la base de que un conductor medio puede llenar el tanque un par de veces al mes, el ahorro o el sobrecoste, en función de dónde se reposte, sería de 16 euros mensuales o 192 euros anuales.
Esta diferencia de precio entre estaciones es llamativa porque los impuestos son los mismos para todos. Fuentes de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) reconocen que "hay mucha diferencia de precios" y lo achacan "a las distintas tipologías de contrato, a la estrategia comercial de cada uno o a los distintos tipos de negocio, porque no es lo mismo una estación de servicio que tenga un hipermercado o que esté 24 horas abierta que otra que no tenga esas cosas". Lógicamente, cuantos más servicios dé una estación más coste le supone a su propietario, aunque también se da el caso de gasolineras con precios altos y servicios reducidos.
En la provincia de Granada hay 229 gasolineras y no todas funcionan igual. En algunos casos los propietarios son independientes y tienen cierta libertad para manejar los precios y, en otros, solo cobran una comisión fija que asciende a unos 7 céntimos por litro, independientemente del precio final de éste.
Ignacio Fernández, gerente de la Agrupación Andaluza de Vendedores al por menor de Carburantes y Combustibles (Agavecar), explicó que "si sube el precio del combustible el principal perjudicado es el gasolinero porque cae mucho la demanda y el empresario cobra un precio fijo, por lo que a los gasolineros les gustaría que el precio disminuyera". El representante de esta patronal señaló que en los últimos año ha caído un 30% la demanda y "aunque el sector puede llorar solo con un ojo, está en crisis como cualquier otro hasta el punto de que ha habido cierre de estaciones y otros ya no dan servicio nocturno".
En este sentido, Fernández aseguró que "si se ha eliminado personal en las estaciones de servicio no es por gusto", sino por el coste, y agregó que a las empresas les interesa más tener a trabajadores sirviendo el combustible que el autoservicio porque la atención es más rápida y la rotación de vehículos resulta más alta.
Los impuestos representan prácticamente la mitad del precio y otra gran parte se la lleva el coste en sí del combustible o el transporte. Los empresarios aseguran que el margen que tienen sobre cada litro es muy escaso y prefieren que se venda más cantidad a que el precio sea alto.
En cualquier caso, al consumidor final eso le resulta indiferente. Lo único que sabe el cliente es que cada vez tiene que gastar más dinero para repostar los mismos litros y que el precio de la gasolina y el diésel ha crecido, de media, un 2% en solo una semana, coincidiendo con la mayor demanda veraniega.
El presidente de la asociación de consumidores Facua-Granada, Luis Romero, explicó a este periódico que el problema de los altos precios deriva sobre todo de los grandes márgenes de beneficio de las petroleras, que en los últimos años ha aumentado más de un 20%. "El mercado está copado y no existe competencia real", declaró Romero, quien sostiene también que la variación de precios entre las diferentes gasolineras de la provincia es en realidad "mínima". Prueba de ello es que un hipotético desplazamiento para acceder a la estación de servicio más barata para el consumidor sería contraproducente, pues el consumo por el trayecto le sale más caro.
Facua pide que se vuelva al sistema de precio máximo para que se puedan controlar y sea más asequible repostar.
Las diferencias por cada litro alcanzan los 19 céntimos de euros. Según los datos oficiales suministrados por las propias gasolineras y publicados casi diariamente por el Ministerio de Industria, el precio del litro de diésel oscila entre los 1,23 euros de la estación más barata de la provincia, situada en Motril, hasta los 1,43 euros de la más cara, ubicada en Orce. En el caso de la gasolina 95, la horquilla va desde los 1,35 euros por litro en Ogíjares a los 1,52 euros en la Avenida de Andalucía de la capital.
Nadie, o casi nadie, va a desplazarse decenas de kilómetros para buscar una gasolinera más barata. Sin embargo, no está de más comprobar cuál es el precio de las zonas que frecuentamos porque el ahorro puede ser considerable. Si un conductor llena un tanque de 50 litros en un vehículo de gasolina 95 en la estación más barata de la provincia tendría que pagar 68 euros y si lo hace en la más cara 76 euros, por lo que la diferencia es de 8 euros. Si se parte de la base de que un conductor medio puede llenar el tanque un par de veces al mes, el ahorro o el sobrecoste, en función de dónde se reposte, sería de 16 euros mensuales o 192 euros anuales.
Esta diferencia de precio entre estaciones es llamativa porque los impuestos son los mismos para todos. Fuentes de la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) reconocen que "hay mucha diferencia de precios" y lo achacan "a las distintas tipologías de contrato, a la estrategia comercial de cada uno o a los distintos tipos de negocio, porque no es lo mismo una estación de servicio que tenga un hipermercado o que esté 24 horas abierta que otra que no tenga esas cosas". Lógicamente, cuantos más servicios dé una estación más coste le supone a su propietario, aunque también se da el caso de gasolineras con precios altos y servicios reducidos.
En la provincia de Granada hay 229 gasolineras y no todas funcionan igual. En algunos casos los propietarios son independientes y tienen cierta libertad para manejar los precios y, en otros, solo cobran una comisión fija que asciende a unos 7 céntimos por litro, independientemente del precio final de éste.
Ignacio Fernández, gerente de la Agrupación Andaluza de Vendedores al por menor de Carburantes y Combustibles (Agavecar), explicó que "si sube el precio del combustible el principal perjudicado es el gasolinero porque cae mucho la demanda y el empresario cobra un precio fijo, por lo que a los gasolineros les gustaría que el precio disminuyera". El representante de esta patronal señaló que en los últimos año ha caído un 30% la demanda y "aunque el sector puede llorar solo con un ojo, está en crisis como cualquier otro hasta el punto de que ha habido cierre de estaciones y otros ya no dan servicio nocturno".
En este sentido, Fernández aseguró que "si se ha eliminado personal en las estaciones de servicio no es por gusto", sino por el coste, y agregó que a las empresas les interesa más tener a trabajadores sirviendo el combustible que el autoservicio porque la atención es más rápida y la rotación de vehículos resulta más alta.
Los impuestos representan prácticamente la mitad del precio y otra gran parte se la lleva el coste en sí del combustible o el transporte. Los empresarios aseguran que el margen que tienen sobre cada litro es muy escaso y prefieren que se venda más cantidad a que el precio sea alto.
En cualquier caso, al consumidor final eso le resulta indiferente. Lo único que sabe el cliente es que cada vez tiene que gastar más dinero para repostar los mismos litros y que el precio de la gasolina y el diésel ha crecido, de media, un 2% en solo una semana, coincidiendo con la mayor demanda veraniega.
El presidente de la asociación de consumidores Facua-Granada, Luis Romero, explicó a este periódico que el problema de los altos precios deriva sobre todo de los grandes márgenes de beneficio de las petroleras, que en los últimos años ha aumentado más de un 20%. "El mercado está copado y no existe competencia real", declaró Romero, quien sostiene también que la variación de precios entre las diferentes gasolineras de la provincia es en realidad "mínima". Prueba de ello es que un hipotético desplazamiento para acceder a la estación de servicio más barata para el consumidor sería contraproducente, pues el consumo por el trayecto le sale más caro.
Facua pide que se vuelva al sistema de precio máximo para que se puedan controlar y sea más asequible repostar.
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