Ámbitos como la educación o la salud suelen favorecer el empleo femenino. :: IDEAL
Andalucía es la región europea con más paro, como
acaba de certificar Eurostat, por delante de Macedonia o la isla
Reunión. Supera en 17 veces a la zona más favorecida, Alta Baviera.
Aunque en los mejores momentos del ciclo económico la tasa de desempleo
andaluza no bajó del 12%, el 36,3% actual es un indicador espeluznante
que sitúa el mercado laboral en el ojo del huracán. Se esperaba una
reactivación en el pasado mes de marzo, y así lo anunció en estas mismas
páginas la presidenta de la Junta, pero las cifras lo desmintieron.
No obstante, interesa ver qué pasa más allá del
dato puntual de cada mes. ¿Hay razones para concebir esperanzas en un
cambio de tendencia? ¿Se atisban corrientes subterráneas en el proceloso
mar de los números que indiquen que el empleo comienza a crecer? No es
una cuestión menor, sin duda. El análisis que hace tanto la Junta de
Andalucía como la Confederación de Empresarios da razones para pensar
que algo está cambiando, aunque los sindicatos rechazan de plano esta
idea.
Gaspar Llanes, secretario general de Economía de
la consejería que dirige José Sánchez Maldonado, cree que puede hablarse
de un «optimismo fundado», aunque con más de un millón de parados
registrados la prudencia debe ser la norma. También piensa así Manuel
Carlos Alba, director del departamento de relaciones laborales de la
CEA, para quien «los datos macroeconómicos laborales reflejan una
tendencia distinta a la observada hasta ahora».
Llanes aplica en su interpretación de la
estadística el factor estacionalidad: «La economía no se mueve
uniformemente. En verano está la mayor actividad del turismo, en febrero
el olivar en Jaén, en marzo la fresa en Huelva, están las oscilaciones
del mercado de hidrocarburos, si la Semana Santa cae en marzo o abril,
etc».
Así explica que en marzo Andalucía hubiera tenido
el mismo dato que España, es decir un crecimiento del empleo, si se le
aplica la estacionalidad: «El paro en el sector primario creció en 8.887
personas, de las 10.060 del total del mes, sobre todo en Córdoba y
Jaén. El fin de la campaña del olivar es determinante en Andalucía, no
en España, pasa todos los marzos. Si se hubieran dado los contratos de
Semana Santa, la evolución sería similar a la nacional», donde el
desempleo bajó en 16.620 personas. Llanes defiende la lectura
interanual: «Marzo 2014 sobre marzo 2013 el paro registrado en Andalucía
ha descendido un 4,2%, con casi cincuenta mil parados menos,
exactamente 46.998».
Además, Andalucía es la comunidad en la que más
baja el desempleo en los últimos doce meses en términos absolutos y
aporta uno de cada cinco parados menos que registra España, ya que
absorbe el 19,6% del descenso interanual nacional.
Más afiliaciones
La prueba definitiva de que algo mejora en el
mercado laboral andaluz es el número de afiliados a la Seguridad Social,
lo que Llanes llama la 'estadística robusta' de la creación de empleo,
los que pagan las cotizaciones. Así, en marzo crecieron en 4.711
cotizantes, un 0,18%, pero en la interanual la subida es de 43.178, un
1,64%. No sólo es la comunidad que más crece y aporta uno de cada tres
nuevos afiliados de los últimos doce meses, es que además la tendencia
empezó aquí antes: «Andalucía registra nuevos afiliados desde el año
pasado, antes que España, que empezó en febrero 2014. En diciembre de
2013 ya creció la afiliación andaluza en un 0,7%. Ahora está en el 1,6%
interanual, el doble que el dato nacional». A juicio del secretario
general de Economía es ya «una mejora sostenida y sólida, que no se va a
destruir en un mes, un dato tendencial que indica que la actividad
económica crece más que el doble nacional. Es el dato más importante».
La Junta valora también la comparativa en
contratación: en marzo de 2014 se firmaron 102.966 contratos más que en
marzo de 2013, un 43% más, de modo que la comunidad se convierte en la
que mejor se comporta en términos absolutos y porcentuales. Incluso
crecieron sobre febrero, en un 11,8%.
Temporalidad y jóvenes
Los contratos temporales, dice Llanes, son los
primeros que se activan, «luego vienen los indefinidos». También se
anticipan los cualificados y ya el año pasado crecieron un 1,9% para los
jóvenes con estudios universitarios.
Respecto al empleo juvenil, afirma que la
situación es compleja: «Cuando se empieza a crear empleo se activan los
activos, es decir que la gente se anima a ir al INEM, en especial los
jóvenes, de ahí el crecimiento de los parados sin empleo anterior.
También el empleo que se crea es en buena parte para jóvenes».
Sin embargo, reconoce que «en los procesos de
recuperación económica la calidad del empleo es muy mala. En un 95% los
nuevos contratos son temporales y además a tiempo parcial. La
negociación colectiva ha caído en un 60% y los salarios han bajado».
El perfil medio del contrato es para un hombre
joven e universitario, que accede a un trabajo a tiempo parcial y con
carácter temporal. «Conforme mejora la situación se traslada al empleo
indefinido y a otros colectivos», confía el secretario general de
Economía.
¿Y qué pasa con la población activa en Andalucía?
Llanes explica que a los analistas les choca que la tasa de actividad de
la comunidad es más alta que la media europea, similar a la de
Alemania y superior a la de Francia e Italia y lo explica en que «es una
población con más jóvenes y en la que más jóvenes quieren trabajar, a
causa del abandono escolar. Durante el ciclo de bonanza, al encontrar
trabajo en construcción, supermercados etc, muchos chicos dejaron los
estudios y ahora están en el paro. La tasa de actividad ha subido
durante la crisis, excepto durante el último año, cuando decreció un
0,5%, lo que nunca se había producido, sobre todo hombres. Se atribuye
al regreso a las aulas, el abandono escolar ha mejorado para situarse
ahora en un 25% , y ha caído la actividad de los jóvenes menores de 25
años en un 7% porque están estudiando».
Diferencias por sexos
También sufren más las mujeres que los hombres.
Llanes lo atribuye a que «la activación depende del sector privado
porque el público cae al 3%». Hay empleos en construcción, industrias,
empresas turísticas más adecuados para perfiles masculinos. «Es la
estructura económica, no depende de decisiones políticas», asegura.
Según su tesis, el sector público favorece el empleo femenino porque
aprueban las oposiciones más mujeres que hombres y por tratarse de
puestos en salud o educación, más femeninos.
«No podemos estar contentos desde el punto de
vista económico, pero dejar de destruir empleo es lo primero para salir
de la crisis. La gente que tiene un salario activa un 'circulo virtuoso'
de consumo y hace que la rueda de la economía gire hacia delante»,
concluye el secretario general de Economía.
Manuel Carlos Alba, director del departamento de
relaciones laborales de la CEA, coincide con Llanes en las últimas
cifras de empleo vienen a reflejar que Andalucía, salvo la agricultura
por el fin de la campaña en Jaén, registra un cambio de tendencia. Eso
no significa perspectiva de vuelco, pero sí una incipiente recuperación
que se refleja en el mercado laboral y en la contratación, «entender que
se está en otra senda». El crecimiento «será lento y complejo, pero la
dirección es distinta que en los últimos cinco años».
Para la CEA, la recuperación «va a venir poco a
poco, no de golpe y porrazo vamos a estar de pronto como en 2006. Bajar
la tasa de paro será un proceso difícil y costoso. Mientras haya un
millón y medio de parados en Andalucía no se puede decir que todo va
bien».
Destaca que el porcentaje de contratos indefinidos
es algo mayor que el año pasado, un 3,16% y coincide en que la
afiliación a la Seguridad Social registra un cambio ostensible desde el
último año.
Alba defiende que esta recuperación se registra
desde el segundo semestre de 2012, por efectos de la reforma laboral:
«No era de esperar que por sí sola resolviera todos los problemas, son
necesarios más factores, medidas fiscales, estímulo al acceso a los
recursos financieros, pero sí que ha servido y no es una opinión
subjetiva, puede constatarse por un análisis económico. La reforma
laboral ha ayudado a sobrevivir a muchas empresas y ha mantenido puestos
de trabajo que de otra forma se hubieran perdido», afirma. «Es una
visión sesgada atribuir a la reforma laboral el aumento del paro, que se
debe al deterioro de los cinco años de crisis, pero se observa que la
destrucción de empleo se atempera algo desde la reforma laboral».
Precariedad y flexibilidad
Asimismo, el representante de la CEA rechaza
hablar de precariedad en el empleo «de forma peyorativa» porque «no es
necesariamente un trabajo de mala calidad, puede ser por necesidad
empresarial pero también del trabajador, que busca solo unas horas de
ocupación, porque tiene otro empleo o ha de dedicarse a la familia.
Perseguimos el uso fraudulento, pero no se puede generalizar, como
tampoco el fraude en las prestaciones de desempleo por la economía
sumergida».
Alba insiste en reclamar más flexibilidad del
mercado del trabajo. ¿Cómo? Sobre todo pide «ajustar los costes de las
cotizaciones, que es el mayor gravamen de las empresas para contratar y,
por tanto, para crear empleo». Después, acabar con «el encorsetamiento»
de distintas modalidades de contratación, tanto de los contratos por
obra y servicio, para que se adapten a la duración de éstos, no tengan
un marco temporal fijo; como de los contratos a tiempo parcial y de los
formativos o de prácticas, para hacer frente al dramático paro juvenil
andaluz.
El dirigente empresarial alerta que la esperanza
puede verse frustrada si en el nuevo proceso de negociación colectiva se
rompe la tendencia de moderación salarial de 2013: «Se hizo un
esfuerzo muy importante que ha contribuido a la estabilidad y ha
posibilitado que sobrevivan muchas empresas», explica. El incremento
medio de los sueldos ha sido del 0,3%, un dato histórico y la
congelación salarial rigió para más del 40% de los convenios.
Moderación salarial
De modo que la CEA espera que en 2014 se mantenga
el mismo referente salarial de incremento del 0,6%: «No sería oportuno
pensar que por la incipiente recuperación deba romperse, también porque
al estar en una situación de baja inflación, incluso deflación, no se
pierde poder adquisitivo. Mantener la moderación salarial es un objetivo
imprescindible. No se puede trasladar a ámbitos de la negociación
colectiva las expectativas económicas, porque sería perjudicial».
Por lo demás, la Confederación mantiene su
mensaje: «Es esencial abrir el acceso de las empresas a la financiación
como impulso a la actividad empresarial, que es lo que va a facilitar
el empleo. Si no hay actividad económica no hay empleo».
Por su parte, el responsable de empleo de UGT,
Oscar Martín, que no comparte en absoluto el análisis de la Junta ni de
la CEA, reprocha la falta de una respuesta contundente por parte del
Gobierno central y de la Junta de Andalucía, que «no priorizan de manera
eficaz» sus políticas de empleo.
Las líneas de lucha contra el paro emprendidas «se
diseñan y publicitan, pero luego no se ejecutan de manera adecuada y no
dan resultados, no se realiza el esfuerzo final, y los problemas no
tienen que ver con la dotación económica, porque sí están dotados»,
reprocha Martín.
Aunque el responsable de empleo de UGT cree que
los convenios de la presidenta de la Junta, Susana Díaz, con las
empresas del Ibex pueden ayudar, «todo lo que sea remar en la dirección
del empleo y la inserción lo hace», no cree que vaya más allá del gesto
de buena voluntad. «La solución no pasa por un convenio o por varios,
sino por un plan integral, estratégico, que suponga un cambio de modelo
económico».
De la misma visión participa CC OO, cuyo
secretario general andaluz, Francisco Carbonero, ha dicho que la
realidad de la situación económica actual «no tiene nada que ver con las
esperanzas del PP o con el optimismo poco fundado del Gobierno
andaluz». No cree en mejorías, porque «no ve» en las empresas andaluzas
«expectativas de crecimiento».
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