El 11,7% de los hogares andaluces paga con retraso las cuotas hipotecarias o las facturas corrientes de comunidad, luz o agua
Los
miles de desempleados, los cientos de trabajadores que han visto
recortados sus sueldos y sus derechos o los empresarios que viven con el
agua al cuello saben de primera mano que estos son tiempos difíciles,
que los indicios de recuperación aún no se han trasladado a la economía
real, dando un respiro merecido a las economías familiares. Pese a que
la destrucción de empleo no sea tan feroz como al principio de la
crisis, son muchas, demasiadas, las familias que llegan a duras penas a
final de mes. No hay cifras exactas, pero sí aproximaciones que permiten
hacerse una idea muy cercana de hasta qué punto esta crisis económica
ha hecho mella en los granadinos, cómo han cambiado sus hábitos de
consumo y, sobre todo, sus posibilidades de pago. Pues bien, según los
últimos datos facilitados por el Instituto de Estadística de Andalucía,
el 73,5% de las familias reconoce tener dificultades para llegar a final
de mes. Es decir, que siete de cada diez familias se las ven y se las
desean para estirar los salarios hasta el cierre de cada mes.
Este dato, que hace referencia al conjunto de los hogares de Andalucía -no existen datos provincializados- es aún mayor cuando se refiere a particulares. En ese caso, el porcentaje de andaluces que llega a final de mes con la cuenta corriente al límite o en números rojos es del 75,5%.
Estas cifras no eran ni mucho menos tan elevadas antes de que comenzara la crisis económica. En 2007, un 66,1% de las familias aseguraba llegar a final de mes con dificultades, lo que significa que desde entonces el proceso de empobrecimiento ha elevado este porcentaje en casi 7,5 puntos porcentuales.
Los primeros resultados de la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto de Estadística de Andalucía detallan también cuáles son algunos de los problemas económicos a los que se enfrentan las familias andaluzas. Más de la mitad, el 57,4%, asegura que no puede permitirse irse de vacaciones ni siquiera una semana al año; mientras que el 55% apunta que no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos.
Más grave es la situación del 11,7% de los hogares de la comunidad autónoma andaluza, que asegura haberse retrasado en el último año en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal, como las cuotas de la hipoteca o el alquiler, el pago de la comunidad o las facturas corrientes de agua, luz y gas.
Según la encuesta del Instituto de Estadística de Andalucía, tan grave es la situación que dos de cada diez familias andaluzas (un 22,7%) reconocen tener carencia en al menos tres conceptos de una lista de siete que incluye, además del retraso en los pagos, la incapacidad para afrontar gastos imprevistos o la semana de vacaciones, la imposibilidad de permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días; del mantenimiento de su vivienda con una temperatura adecuada; y la disponibilidad de un automóvil o de un ordenador personal.
Este dato, que hace referencia al conjunto de los hogares de Andalucía -no existen datos provincializados- es aún mayor cuando se refiere a particulares. En ese caso, el porcentaje de andaluces que llega a final de mes con la cuenta corriente al límite o en números rojos es del 75,5%.
Estas cifras no eran ni mucho menos tan elevadas antes de que comenzara la crisis económica. En 2007, un 66,1% de las familias aseguraba llegar a final de mes con dificultades, lo que significa que desde entonces el proceso de empobrecimiento ha elevado este porcentaje en casi 7,5 puntos porcentuales.
Los primeros resultados de la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto de Estadística de Andalucía detallan también cuáles son algunos de los problemas económicos a los que se enfrentan las familias andaluzas. Más de la mitad, el 57,4%, asegura que no puede permitirse irse de vacaciones ni siquiera una semana al año; mientras que el 55% apunta que no tiene capacidad para afrontar gastos imprevistos.
Más grave es la situación del 11,7% de los hogares de la comunidad autónoma andaluza, que asegura haberse retrasado en el último año en el pago de gastos relacionados con la vivienda principal, como las cuotas de la hipoteca o el alquiler, el pago de la comunidad o las facturas corrientes de agua, luz y gas.
Según la encuesta del Instituto de Estadística de Andalucía, tan grave es la situación que dos de cada diez familias andaluzas (un 22,7%) reconocen tener carencia en al menos tres conceptos de una lista de siete que incluye, además del retraso en los pagos, la incapacidad para afrontar gastos imprevistos o la semana de vacaciones, la imposibilidad de permitirse una comida de carne, pollo o pescado al menos cada dos días; del mantenimiento de su vivienda con una temperatura adecuada; y la disponibilidad de un automóvil o de un ordenador personal.
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