El inicio de las obras de
restauración del castillo de Salobreña obligará a quitar el arco del
Paseo y a realizar cortes puntuales
M. NAVARRETE | SALOBREÑA
Turistas en el castillo de Salobreña, que podrá seguir siendo visitado
durante los 11 meses que duren las obras. :: JAVIER MARTÍN
Ni de este alcalde, ni del anterior equipo de gobierno, ni
del actual, ni de la Junta, ni de ningún partido. La anhelada
restauración del castillo es el proyecto «de todo el pueblo de
Salobreña». Así lo entiende el regidor salobreñero, Gonzalo Fernández
Pulido, que quiere implicar e identificar a los vecinos, desde el
principio, con esta obra emblemática. Y precisamente porque es de ellos,
de los salobreñeros, Fernández Pulido ha querido que los vecinos
conozcan de primera mano todos los detalles de unas obras que ya están
adjudicadas y comenzarán de forma inminente, según señaló en un acto
público en el que se presentó el proyecto al tejido social y económico
de Salobreña.
La restauración del Castillo es una obra de envergadura que
inevitablemente perturbará la paz del Casco Antiguo -por más cuidado
que se tenga por no molestar al vecindario-, ya que habrá que subir
maquinaria pesada a la parte alta del pueblo y sortear las dificultades
topográficas que presenta el castillo. Por lo pronto, el arco del paseo
de las Flores tiene que ir fuera. La empresa adjudicataria de las obras,
Dávila restauración de movimientos, señaló que los trabajos podrán
comenzar en cuanto el Ayuntamiento les de el visto bueno para desmontar
el arco de entrada al paseo de las Flores, imprescindible para que pueda
salir de ahí la grúa que moverá los materiales hasta el castillo. El
compromiso de la empresa es reconstruir el arco una vez terminen las
obras, no obstante en la presentación pública del proyecto, los
arquitectos redactores apuntaron que este arco no supone una pérdida
patrimonial importante ya que no respetaba el tipo de construcción de la
época, por lo que queda abierta la posibilidad de si volverá a
recuperarse tal cual está en la actualidad.
El tráfico
Para perjudicar lo menos posible a los vecinos, la solución
ideada por el Ayuntamiento pasa por que, mientras duren las obras, los
camiones y demás maquinaria pesada puedan acceder al Castillo desde el
Paseo de las Flores subiendo por la calle Antequera (en dirección
contraria a la permitida actualmente, ya que sólo es de bajada). Por
tanto, las obras obligarán a realizar cortes puntuales en esta calle,
que según fuentes municipales, se intentarán realizar siempre a primera
hora de la mañana, para afectar lo menos posible a los vecinos.
Son algunas de las dificultades que conlleva una actuación
sin duda compleja, aunque en los tiempos que corren se puede decir que
lo más difícil de todo -conseguir más de un millón de euros para
pagarla- ya está superado. Y tampoco ha sido fácil, el retraso del
proyecto comprometía la financiación obtenida de la Junta de Andalucía, a
través de la Iniciativa de Turismo Sostenible de la Costa, que
finalmente se ha recuperado. La Junta aportará así 600.000 euros y el
Ayuntamiento completará la financiación con otros 400.000 euros. Desde
los años cincuenta del pasado siglo, el castillo árabe de Salobreña ha
sido objeto de distintas actuaciones y pequeñas intervenciones no
siempre rigurosas con la historia. Por eso, los redactores del proyecto,
Antonio Orihuela y Antonio Almagro, que además de arquitectos son
expertos investigadores y conocedores de la arquitectura árabe,
subrayaron la importancia de esta actuación por su rigor científico.
Cada paso que se de será para devolver al castillo el aspecto original
que tenía en el siglo X. De hecho habrá que corregir también actuaciones
anteriores que no van en esta línea.
«Se trata de devolver al monumento el aspecto que se supone
que tenía en origen y tras las ampliaciones que se le hicieron tanto en
la Edad Media como a partir del siglo XV», detallaron los arquitectos
redactores. Tanto Orihuela como Almagro pertenecen a la Escuela de
Estudios árabes de Granada, del CSIC, y han dirigido las restauraciones
de castillos como los de Almuñécar y La Herradura.
También la constructora adjudicataria tiene más de 15 años
de experiencia en este campo de restauración del patrimonio y ha
colaborado con estos arquitectos en otros proyectos. Las obras se
llevarán a cabo, durante once meses, sin necesidad de cerrar el castillo
al público ya que serán compatibles con la seguridad, según señaló la
empresa adjudicataria que también mostró su compromiso de contratar en
Salobreña a personal cualificado para estos trabajos.
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