Un estudio demuestra por qué existe más alergia
alimentaria, ocasionada por un tipo de proteína, en las zonas con más
polen de plátano de sombra y artemisa
SALUD REVISTA.ES | BARCELONA
Una alergia respiratoria causada por pólenes puede tener su
origen en otra alergia, la alimentaria, a un tipo de proteínas, las
conocidas como “proteínas de transferencia de lípidos” (LTP, por sus
siglas en inglés: Lipid Transfer Protein).
El LTP es muy común entre los alimentos vegetales, sobre todo frutas y
verduras. Por primera vez, se demuestra que tiene una asociación directa
de esta proteína con la alergia respiratoria en un estudio publicado
por la revista Journal of Allergy and Clinical Immunology.
“Hemos demostrado que las LTP no sólo producen alergia
alimentaria, sino que también pueden ser responsables de la alergia a
algunos pólenes”, asegura el doctor Jaime Sánchez, del servicio de
Neumología y Alergia Respiratoria del Hospital Clínic de Barcelona e
investigador del grupo Immunoalergia Respiratoria Clínica y Experimental
del Institut D’Investigacions Biomèdiques August Pi i Sunyer (IDIBAPS),
que dirigió la investigación. “Esta proteína en pólenes siempre se ha
considerado secundaria ya que los pacientes alérgicos normalmente están
sensibilizados a varias proteínas. Pero los pacientes con alergia a
alimentos vegetales tienen muchas probabilidades de tener alergia
respiratoria, sobre todo si viven en las zonas donde hay más polen de
plátano o de artemisa”.
Zonas de más casos de alergia alimentaria
Las estadísticas parecen apoyar esta tesis: Barcelona,
Madrid o Zaragoza son zonas donde predomina la alergia al polen de
plátano de sombra, mientras que en Murcia o Canarias predomina el polen
de artemisa, y estas regiones concentran más casos de alergia
alimentaria.
“Una tercera parte de las alergias alimentarias en Europa
son debidas a alimentos vegetales y, en España, la prevalencia de estas
reacciones está aumentando en la última década de forma paralela al
incremento de la prevalencia de la rinitis y asma alérgica causadas en
su gran mayoría por alergia a pólenes”, asegura el doctor Sánchez. “Este
incremento se debe en gran parte a factores medioambientales, de
higiene dietética y genéticos”.
El estudio se realizó con 15 pacientes del Hospital Clínic
de Barcelona, que padecían alergia al melocotón y que fueron sometidos a
una prueba de provocación que consistía en poner directamente en la
nariz la proteína LTP del polen de artemisa.
El resultado, que demuestra la sensibilización a la LTP
presente en el polen de artemisa, puede abrir nuevas puertas de terapia:
“En la actualidad disponemos de una inmunoterapia específica para la
alergia alimentaria por LTP”, concluye el doctor Sánchez. “Estaría
pendiente explorar si esa inmunoterapia puede ayudar también a la
alergia respiratoria mediada por la misma proteína. De la misma forma,
disponer de una inmunoterapia específica para la LTP de estos pólenes,
tal vez podría ayudar también en la alergia alimentaria mediada por la
misma proteína”.
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