sábado, 12 de diciembre de 2015

3 maneras de reducir tu huella de carbono nationalgeographic

Foto: Ingo Wagner / Gtres

¿Sirve de algo lo que haga una sola persona entre 7.000 millones? A pesar de toda la polémica que pueda haber en torno a los informes estatales y las conferencias internacionales, el cambio climático es un problema que atañe al consumo personal.Científicos suizos afirman que la humanidad podría limitar los efectos si cada persona consumiera solamente 2.000 vatios de energía al año. El estadounidense medio consume 12.000. Un bangladesí, 300. El desafío consiste en una reducción consciente en los países occidentales, escribe Naomi Klein en Esto lo cambia todo. Las decisiones sobre los hábitos de vida, tales como viajar menos y mejorar las legislaciones y las tecnologías, contribuirán a reducir las cifras.

Viviendas más pequeñas
Desde 1973, el tamaño medio de la vivienda en Estados Unidos se ha disparado un 60 % hasta situarse en los 247 metros cuadrados. Un planeta más cálido podría sin embargofavorecer un cambio de tendencia. Jay Shafer, californiano pionero en la construcción de casas pequeñas, se construyó una casa de 8,9 metros cuadrados y ayudó a que otros edificaran sus micro­­casas. Promotores de San Francisco y Nueva York han ideado el equivalente para entornos urbanos: el microapartamento.

Encoger tu espacio no significa encoger tu vida. Según los expertos, la reducción de tamaño puede resultar beneficioso psicológica y económicamente. Para empezar, nos deshacemos de los trastos. Y además recortamos el gasto de las facturas, tenemos menos espacio que limpiar y pasamos más tiempo fuera.

El mejor logro de las futuras viviendas quizá sea su inteligencia, que hará que los electrodomésticos ahorren agua y energía.

Las casas pequeñas tienden a funcionar mejor en entornos urbanos gracias a los servicios públicos que hay en ellos.

La eficiencia reduce el coste de la vida. Pero algunos diseños son tan inusuales que la obtención de terrenos y licencias resulta complicada.
Medios de transporte menos contaminantes
Si quieres utilizar el medio de transporte más limpio, nada mejor que caminar o ir en bicicleta; ambos emiten cero gases de efecto invernadero, aparte de los que se generan al fabricar la bici y producir los alimentos que comes. A partir de ahí, la cosa se complica mucho más. Según el Laboratorio Nacional de Oak Ridge, los autobuses urbanos consumen más combustible por pasajero y kilómetro que los coches. Para largas distancias, compensa volar (avión compartido, por supuesto), o bien, para los más prudentes, coger el tren. Pero los cálculos cambiarán a medida que la flota mundial de vehículos pase de los combustibles fósiles a la electricidad.
«En el año 2035 se venderán ya muy pocos coches convencionales de gasolina o diésel», afirma Dan Sperling, director del Instituto de Estudios del Transporte de la Universidad de California en Davis. La tendencia global a la urbanización masiva facilita la planificación de infraestructuras y también aumenta la probabilidad de que haya más gente dispuesta a ir en tren, en bici o a pie.

Turismo ecológico
El futuro del turismo podría parecerse al de Islandia. El país nórdico cuenta con ventajas naturales como son sus aguas cristalinas, paisajes impresionantes y abundante energía geotérmica. También es respetuoso con el medio ambiente: edificios verdes y autobuses de hidrógeno. En vista de que el número de turistas extranjeros se ha duplicado desde 2010, otros países ya han tomado nota. La India y Líbano atraen visitantes gracias a sus ecosistemas de montaña protegidos. Los países del Caribe  han dado pasos en aras de conservar sus arrecifes. El Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente afirma que el dinero es un aliciente para actuar. Otro es lograr un entorno más limpio.

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