miércoles, 17 de febrero de 2016

Razón, criterio y esplendor de nuestra gastronomía granadahoy.com

Las instituciones se unen para dar a conocer, ante críticos y periodistas especializados, lo que aquí se cocina. El acto fue en el Palacio de los Córdova.
ANDRÉS CÁRDENAS 

MI hijo, que es cocinero, lleva en el brazo, a modo de tatuaje, una frase de Josep Pla: "La cocina es el paisaje puesto en la cazuela". Esta frase describe a la perfección la relación entre el entorno natural y la gastronomía. Granada no es sólo remojón, pucheros de hinojos y olla de San Antón (que también), sino que tiene un buen ramillete de restauradores y cocineros que intentan conciliar de la manera más entrañable y vistosa la cocina tradicional con aquella que necesita la imaginación y los nuevos tiempos. Para que España y el mundo se enteren, se ha puesto en marcha una iniciativa que ha consistido en traer a diez prestigiosos críticos gastronómicos de nuestro país y darles a degustar lo que aquí se hace. La iniciativa no sé bien de quién ha partido pero sí sé que, para llevarla a cabo, por una vez (y sin que sirva de precedente) se han puesto de acuerdo todos los grupos políticos y todas las instituciones. La reunión gastronómica, además sirvió para presentarse oficialmente en nuestra ciudad la Academia Andaluza de Gastronomía y Turismo. 

Y para dar fe de todos estos propósitos gastronómicos sirvió el pasado lunes el Palacio de los Córdova, ese recinto de portada renacentista y artesanados mudéjares que el Ayuntamiento utiliza cuando quiere que algo salga bien. Allí estaban representantes del Ayuntamiento (con el alcalde a la cabeza), de la Junta de Andalucía, de la Diputación y de la Federación de Hotelería, además de un buen ramillete de restauradores y cocineros granadinos. Rocío Díaz, concejal de Turismo, explicó a los asistentes en qué consistía la iniciativa ("que se conozca nuestra gastronomía") y el presidente de la Federación Provincial de Empresas de Hostelería y Turismo, Trinitario Betoret, se sintió feliz de que hubiera una foto en la que estuvieran todas las instituciones, "porque en esto de promocionar nuestra tierra siempre tenemos que estar unidos". 

Tomó el micrófono a continuación Fernando Huidobro, presidente de la Academia Andaluza de Gastronomía y Turismo, que contó que sus miembros (cincuenta en toda Andalucía) se dedican a hacer efectivo su lema: "Dar razón, criterio y esplendor a la gastronomía andaluza". Razón al intentar aunar la cocina tradicional con la de vanguardia, criterio porque tenemos calidad en nuestros productos y esplendor porque hay que estar en la calle y conocer lo que se está haciendo para resaltar la labor de nuestros restauradores y cocineros. Dijo Huidobro que los vascos y los catalanes nos llevan varios años de ventaja pero la gastronomía andaluza cada día pita más en el mercado del reconocimiento. "En el País Vasco un joven piensa en invitar a su pareja en su cumpleaños o en el Día de los Enamorados a una comida en un restaurante de Martín Berasategui, por ejemplo. Eso es lo que tenemos que conseguir en Andalucía, que los jóvenes valoren nuestra cocina". Los representantes de la Academia en Granada son Juanma Agrela y Pilar Martín. "Nosotros somos un organismo neutral que sólo venimos a dar, nunca a pedir", me comentó en un fuera aparte Pilar Martín. 

Cerró el turno de intervenciones el alcalde de Granada, que apostó porque en esta ciudad que atrae tanto turismo no todo sean retrasos como el del AVE, sino que sea capaz de ponerse al día en el tema gastronómico. 


Para comprobar que estamos en ello, sirvió uno de los salones de arriba. Un catering servido por el restaurante La Borraja permitió a los asistentes degustar productos que resultaron novedosos para el paladar y espectaculares para la vista, eso sí, sin olvidar que estamos en Granada. Un curioso espeto servido en bandeja sobre carbón humeante, jamón cortado en baldosas de cerámica granadina, esencia de remojón ofrecido en cuencos minúsculos o unos galianos servidos en jarrillos de porcelana, resultaron ser esas recreaciones gastronómicas que permiten emular de manera bastante digna la precisa y sofisticada cocina contemporánea. Lo que La Borraja ofreció fue un mundo multicolor lleno de sabores nuevos en el apasionante y heterodoxo paisaje de la gastronomía del siglo XXI. Si las instituciones granadinas implicadas en el turismo querían sorprender a los gastrónomos y blogueros gastronómicos más prestigiosos del país, ¡pardiez que lo consiguieron!

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