Los de Paco Pastor contaron cómo pasó, e incluso que la vida les fue bien en este camino de amor. Lo contaron todo y lo cantaron también (excepto 'Jenny Artichocke'), y ni siquiera un problema eléctrico que paró el concierto un cuarto de hora desinfló el buen humor y la lenguaraz comunicación de Paco Pastor y los suyos, todo un antídoto contra la actualidad de dos horas de efecto. Y es que como en las nocheviejas familiares, cuando todas las partes están por la labor es difícil no participar, aunque se vaya la luz.
Unas mil personas acudieron al baile (lo de los 'guateques' es anterior a este grupo) para cantar y coreografiar completamente desinhibidos unas canciones que acompañaron su juventud, y es que aunque uno escuchase a The Who en casa el resto del día estaba sin remedio 'condenado' a ellas vía AM. «¡Qué viva nuestra generación!», celebró (¡también como Roger Daltrey!) Paco Pastor, perfecto de voz en todo momento y con no poca y sana autoironía: «No comprendo como alguien puede vivir toda su vida de haber compuesto semejante estupidez», dijo antes de interpretar 'En la fiesta de Blas', ciertamente con una letra digna de la 'Crítica de la razón pura' como poco. A su lado dos viejos 'Diablos' como Emilio Sancho (batería) y Giani Scavini (teclados)y un 'Salvaje' Juan Antonio López (guitarra).
Pero no todo en este grupo son bikinis de rayas y copas de más en la casa de Blas, reivindicaron sus lentas de 'arrimarse' como 'Solo sin ti' o 'Ayer y hoy', así como se puede concluir, ahora que el pop indie mira hacia atrá sin ira, que canciones como 'Busca un amor', la misma 'Cuéntame' (que usaron obviamente de comodín de apertura y cierre) o 'Tengo tu amor' entre varias más, se redimensionan como muy aceptables canciones pop. El resto de un montón: 'Nueve sobre diez', 'Tu amor mi amor', 'Cenicienta', 'Ahora sé que me quieres'. eran puras canciones de verbena, 'látigo' o coches de choque que están en el inconsciente colectivo (¡había hijos y nietos cantando perfectamente todos los estribillos!). Y por si fuera poco despidieron la noche con un pupurri internacional de época. Lo dicho: lo de Rajoy va mucho más en serio de lo que parece
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