viernes, 7 de septiembre de 2012

La casa de la Judería de Granada ideal.es

Gabriel Pérez y Beatriz Cavalier. :: RAMÓN L. PÉREZ




Abren al público un carmen en el Realejo dedicado a la Granada de Sefarad 

 



Fue Soto de Rojas el que describió el carácter urbano, y también humano de la ciudad de Granada con aquello de «paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos». Gabriel Pérez y Beatriz Cavalier han querido acabar con ese tópico, una especie de 'sambenito' que convierte a los cármenes granadinos en espacios cerrados, paraísos privados y jardines escondidos, al abrir al público un nuevo espacio, una casa museo enclavada en el corazón de la judería, en pleno centro del barrio del Realejo, en la calle Rodrigo del Campo. «Queremos reivindicar la Granada judía, mostrar a los visitantes cómo es el interior de un carmen granadino y cómo es una casa típica de Granada», comenta Gabriel.
La pareja se encargó hace dos años de rehabilitar un viejo carmen, arreglar su jardín y todas las estancias del edificio, «y en una de ellas nos encontramos con un falso suelo y nos han dicho algunos especialistas que podría tratarse de un pasadizo que conduce al Mauror, al barrio adyacente a la Alhambra», apunta el responsable de esta nueva casa museo. «Dicen -añade- que podría encontrarse una habitación embovedada, pero todavía nadie se ha metido en esta sala».
Lo que les movió a crear esta casa llamada 'La judería' fue «la ausencia en Granada de un carmen que fuera visitable, porque los existentes abren muy poco y éste es el único que se encuentra en la antigua judería». Gabriel Pérez considera que «el patrimonio hispanomusulmán y el cristiano están muy presentes en la ciudad de Granada, pero el judío es el gran olvidado». En este sentido destaca que «muchas personas que se acercan creen que la escultura del traductor judío Ibn Tibón pertenece a un nazarí, pero era un judío». Díaz va a más y lamenta que «Granada no está en la red de juderías españolas frente a otras ciudades con menor patrimonio sefardí».
Lo que pretenden con este espacio museístico, una especie de carmen transformado en pequeño centro antropológico de la Granada judía, es «promover el barrio del Realejo, el pasado de esta zona, su cultura y mostrar que fue espacio de coexistencia de las tres culturas y también, en algunos periodos, de convivencia». «Lo que queremos -insisten- es aportar cosas a la cultura de Granada».
La visita incluye explicaciones sobre aspectos vinculados al carmen y albañilería típica granadina, «como el empedrado, que es diferente al resto de Andalucía, con dibujos más elaborados, en los que las piedras blancas son de río, pero las negras proceden de la costa», explica Gabriel. Este promotor cultural es un auténtico disparadero histórico, una especie de audioguía parlante que aborda todos los aspectos relacionados con la cultura hebrea en Granada. Gabriel explica el significado del jardín, del patio, del pórtico, de las estancias y sus usos. Uno de los elementos 'estrella' de la casa es el 'pozo de los deseos', al que los visitantes arrojan monedas y billetes, «que dedicaremos a continuar con la rehabilitación de la casa», afirma Beatriz Cavalier. En el jardín principal, que han restaurado completamente, se encuentra la vegetación típica de un carmen granadino, «con su planta de hierba luisa, «de la que queremos ofrecer infusiones a los visitantes».
El espacio ajardinado, según Gabriel, «creemos que se encuentra sobre lo que fue el Cementerio de Santa Escolástica, de hecho tenemos zócalos de madera y otros detalles que se usaron de la iglesia del cementerio para uno de los techos».
Más allá de los elementos o piezas que exponen, lo verdaderamente interesante para quien se acerque a esta casa es la misma casa, el carmen, el poder acceder a uno de estos espacios, y por supuesto conocer el pasado de la Granada Al-Yahud. Gabriel muestra la bodega de la casa, donde se encuentran expuestos aperos de labranza y demás útiles del vino.
Jardines
En la planta superior, se encuentra un salón con mobiliario del siglo XIX, «que debió pertenecer a un notario o alguien de la judicatura que habitó la casa». El repujado del cuero y la artesanía de la madera fueron labores artesanales a las que se dedicaron los judíos sefardíes. En esta planta superior se muestra otro jardín, con una fuente similar a la del famoso Patio de la Alberca del Generalife. La visita acaba con la explicación del candelabro judío llamado 'menorah', de siete brazos y su uso.
En los dos meses que lleva abierto al público esta casa museo, sus responsables afirman estar sorprendidos, «sobre todo por las visitas de descendientes de judíos sefardíes procedentes de todo el mundo, que quieren conocer su pasado».
Beatriz Cavalier señala que su madre era de origen judío, una de las muchas granadinas que se marcharon al exilio tras la Guerra Civil, y recuerda como respetaba el 'shabat'. Ahora, la estrella de David regresa cinco siglos después a una casa de la Granada de Sefarad.

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