miércoles, 5 de agosto de 2015

"Vivir es una gran obra de arte y toda gran obra precisa de la emoción" granadahoy.com

El granadino lleva desde 1980 plasmando sus impresiones sobre papel, tanto en verso como en prosa 'Valparaíso. El secreto del Sacromonte' es su última referencia literaria
MIGUEL NAVAS GRANADA
Fernando de Villena combina su labor de escritor con la de profesor y académico.

-En El secreto del Sacromonte, ¿dónde está la frontera entre ficción y realidad? 

-Esa debe ser la clave de una novela histórica: que el lector no consiga discernir qué es realidad y qué ficción, porque ello es indicativo de que el novelista ha sabido introducirse en el espíritu de la época. Respecto al Sacromonte, tengo la certeza de que oculta un gran enigma. En mi novela ofrezco una posible explicación del mismo, pero existen otras. 

-Sus experiencias personales también son germen de su narrativa, como ocurre en Udaipur que surge de un viaje a La India ¿Hay algo de esto en El secreto del Sacromonte

-Los dos años más importantes para mi formación como escritor los viví como alumno en el colegio del Sacromonte. Allí, la belleza y la historia me salían al paso a cada instante. Todo ello queda reflejado en la novela. A toda narración hay que prestarle algo o mucho de nuestra vida para que nazca llena de pálpito y verdad. 

-En su último libro, tira de humor y referencias literarias cuando el arcipreste de San Salvador, de quien se sospecha que mantiene relaciones con su "barragana", decide casarla con un panadero toledano llamado Lázaro de Tormes. 

-Toda mi existencia ha estado impregnada de literatura. En cierta ocasión escribí un pequeño poemario titulado Personajes con alma, en el que hablaba de los personajes de la literatura que parecían absolutamente reales. A mí me parece haber conocido en persona al marqués de Bradomín o a Lázaro de Tormes. De ahí ese guiño en la novela. 

-También hace un "cameo" cuando un personaje cita Relox de peregrino, uno de sus primeros libros 

-Son técnicas aprendidas en Cervantes. En la segunda parte de El Quijote, numerosos personajes discuten sobre la primera parte. 

-Para Iguazú, colaboró con una empresa granadina, Transbook que distribuyó el libro en formato digital. Muchos autores se muestran reacios al 'ebook' y prefieren el formato físico, pero parece que usted no comparte esa opinión. 

-Me encanta el tacto y el olor de los libros y, desde luego, los prefiero a las ediciones digitales, claro que las facilidades que ofrecen éstas para conseguir el texto apetecido no me parecen desdeñables. Yo lo acepto todo, menos la falta de calidad literaria. 

-Sus novelas se ubican en lugares de todo el mundo, pero Granada parece ser su lugar favorito para situar sus historias. 

-He mantenido una relación de amor y odio con Granada. Es un lugar muy difícil para un escritor o un artista, porque es tan bella que es imposible escribir sobre ella sin caer en el tópico. Y también porque aquí, algunos escritores han intentado silenciar a otros para que no salgan del silencio. En mis novelas hablo de Granada como punto de partida, los protagonistas acaban saliendo de la ciudad porque el ambiente, las envidias, los ahogan. 

-Aunque en su obra novelística se mezclan muchos géneros, la reconstrucción histórica parece ser el principal ¿cómo es el proceso de documentación a la hora de preparar un trabajo? 

-Hay que tener mucho cuidado, ser muy riguroso, captar el sentir de la época, y a la vez evitar que la erudición ahogue la narración. Es un difícil el equilibrio. Muchos de los soporíferos "best seller" de hoy parecen fusilados de libros de historia y otros nos presentan situaciones inverosímiles. Por ejemplo, en muchas novelas sobre el Siglo de Oro, los valerosos protagonistas se enfrentan a los inquisidores. Eso es completamente falso. En el siglo XVII nadie se cuestionaba la conveniencia de la Inquisición. 

-Escribe tanto poesía como prosa ¿se considera más poeta o novelista? 

-El privilegio más alto que me ha concedido Dios es ser poeta, pero hay cosas que precisan otra visión para ser contadas. Aunque todos los géneros se complementan y más en esta época en la que se están derribando las fronteras entre géneros. 

-En Mundos cruzados, uno de sus personajes dice "cada jornada el artista debe vivirla como si se tratara de la primera". ¿Cumple usted esa máxima? 

-Lucho para que así sea. Nuestra obra no es la que dejamos atrás, sino la que nos falta por hacer, porque hoy no somos la misma persona que ayer. Vivir es una obra de arte y toda gran obra precisa de la emoción. Hay que despertar la emoción día a día, no sólo en la literatura, sino en todo. 

-En muchas de sus historias se puede apreciar "el viaje del héroe", personajes que abandonan su zona de confort para realizar una misión que les cambiará la vida. 

-Volvemos sobre el tema de la emoción. La inactividad genera costumbre y para derrotarla y volver a la emoción hay que lanzarse al viaje; claro que no todos podemos viajar, pero tenemos a nuestro alcance, mediante la imaginación, ese viaje iniciático.

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