Los trabajos de restauración del templete Oeste del Patio de los Leones ha revelado en el reverso de las piezas unos trazos con motivos inusuales, algunos prohibidos por el Islam
BELÉN RICO GRANADA
Los trabajos de restauración en las maderas que cubren el templete Oeste del Patio de los Leones, que comenzaron a principios de octubre, han revelado unos dibujos secretos, ocultos a la vista porque se encuentran en el reverso de las exquisitas piezas que componen la techumbre. Los restauradores del Servicio de Conservación del Conjunto Monumental acaban de descubrir estos nuevos trazos nazaríes -en este espacio de por sí excepcional por su forma semiesférica que data de 1380- que desvelan como trabajaban los artesanos nazaríes y las técnicas que emplearon.
Tal y como explicaba ayer María José Domene, responsable del equipo de Restauración en Madera Policromada, aunque este tipo de tallas son frecuentes cuando se desmontan estos techos porque los artesanos los realizaban como ensayos, para fijar la ubicación de las piezas en el conjunto o simplemente como entretenimiento, en este caso se trata de símbolos prohibidos por el Islam y motivos inusuales. Uno de ellos es la estrella de 11 puntas, aunque en esa época lo normal es que tuvieran puntas pares, realizado para adaptarse al espacio esférico.
"Aparecen puntos de orientación pero también trazos prohibidos como la figura humana o la cabeza de un perro, con su policromía, que, al estar en la parte trasera y no tener ni barnices ni suciedad se han conservado de manera sorprendente", detalló Domene, quien señaló también la extraordinaria calidad de la cúpula, tallada de manera minuciosa.
El techo del templete Oeste tiene un diámetro de 3,30 metros. Consta de 669 zafates, o piezas de madera alargadas, organizados geométricamente en ruedas con estrellas. Toda la decoración está centrada en un octógono en la parte superior.
La delegada del Gobierno de la Junta en Granada, Sandra García, y el director del Patronato de la Alhambra y Generalife, Reynaldo Fernández Manzano, visitaron ayer los trabajos que está llevando a cabo este equipo, formado también por Emilia López y Lola Urbano. "La Alhambra sigue sorprendiéndonos. Esta intervención se va a prolongar durante doce meses", anunció Fernández Manzano, quien destacó el grado de formación de los restauradores, cuya rigurosidad ha permitido seguir descubriendo este tipo de hallazgos.
En los años en los que el arquitecto Leopoldo Torres Balbás (Madrid, 1888-Madrid, 1960) fue conservador del Monumento, entre 1923 y 1936, hay constancia de que este techo fue intervenido en una de sus áreas, pero es la primera vez, desde el siglo XIV, que se va a realizar una restauración en su totalidad.
Los trabajos van a consistir en documentar gráficamente el proceso de intervención, así como la realización de estudios analíticos e históricos de los distintos pigmentos que componen las piezas; siglado de fragmentos, documentación planimétrica de lacería, zafates y tablazón; análisis de los sistemas constructivos, desmontaje de piezas y restauración de las que estén fracturadas y en mal estado de conservación, así como el reintegrado cromático y protección final.
Paralelamente, y también dentro del Palacio de los Leones, el Servicio de Conservación y Restauración de yesos del Patronato de la Alhambra y Generalife trabaja en la Galería de la Sala de los Reyes, donde en las próximas semanas concluye la intervención para limpiar la policromía de las yeserías.
"Es la primera vez que se interviene en este espacio con metodología científica, de acuerdo a los criterios internacionales de restauración", aseguró Ramón Rubio, jefe del Taller de Restauración de Yeserías del monumento.
El experto detalló los "excelentes resultados" obtenidos con la técnica del denominado Mortero Alhambra, un conglomerado con propiedades fluorescentes visibles solo con la radiación de la luz ultravioleta que permite restaurar monumentos o piezas artísticas sin que las modificaciones se perciban a la vista pero sí bajo unos focos especiales, por lo que ayudará en el futuro a detectar las partes intervenidas con facilidad. Este material ha sido inventado y patentado por el equipo de restauradores de yesos de la Alhambra y es otro de sus grandes logros de estos especialistas reclamados internacionalmente.
Tal y como explicaba ayer María José Domene, responsable del equipo de Restauración en Madera Policromada, aunque este tipo de tallas son frecuentes cuando se desmontan estos techos porque los artesanos los realizaban como ensayos, para fijar la ubicación de las piezas en el conjunto o simplemente como entretenimiento, en este caso se trata de símbolos prohibidos por el Islam y motivos inusuales. Uno de ellos es la estrella de 11 puntas, aunque en esa época lo normal es que tuvieran puntas pares, realizado para adaptarse al espacio esférico.
"Aparecen puntos de orientación pero también trazos prohibidos como la figura humana o la cabeza de un perro, con su policromía, que, al estar en la parte trasera y no tener ni barnices ni suciedad se han conservado de manera sorprendente", detalló Domene, quien señaló también la extraordinaria calidad de la cúpula, tallada de manera minuciosa.
El techo del templete Oeste tiene un diámetro de 3,30 metros. Consta de 669 zafates, o piezas de madera alargadas, organizados geométricamente en ruedas con estrellas. Toda la decoración está centrada en un octógono en la parte superior.
La delegada del Gobierno de la Junta en Granada, Sandra García, y el director del Patronato de la Alhambra y Generalife, Reynaldo Fernández Manzano, visitaron ayer los trabajos que está llevando a cabo este equipo, formado también por Emilia López y Lola Urbano. "La Alhambra sigue sorprendiéndonos. Esta intervención se va a prolongar durante doce meses", anunció Fernández Manzano, quien destacó el grado de formación de los restauradores, cuya rigurosidad ha permitido seguir descubriendo este tipo de hallazgos.
En los años en los que el arquitecto Leopoldo Torres Balbás (Madrid, 1888-Madrid, 1960) fue conservador del Monumento, entre 1923 y 1936, hay constancia de que este techo fue intervenido en una de sus áreas, pero es la primera vez, desde el siglo XIV, que se va a realizar una restauración en su totalidad.
Los trabajos van a consistir en documentar gráficamente el proceso de intervención, así como la realización de estudios analíticos e históricos de los distintos pigmentos que componen las piezas; siglado de fragmentos, documentación planimétrica de lacería, zafates y tablazón; análisis de los sistemas constructivos, desmontaje de piezas y restauración de las que estén fracturadas y en mal estado de conservación, así como el reintegrado cromático y protección final.
Paralelamente, y también dentro del Palacio de los Leones, el Servicio de Conservación y Restauración de yesos del Patronato de la Alhambra y Generalife trabaja en la Galería de la Sala de los Reyes, donde en las próximas semanas concluye la intervención para limpiar la policromía de las yeserías.
"Es la primera vez que se interviene en este espacio con metodología científica, de acuerdo a los criterios internacionales de restauración", aseguró Ramón Rubio, jefe del Taller de Restauración de Yeserías del monumento.
El experto detalló los "excelentes resultados" obtenidos con la técnica del denominado Mortero Alhambra, un conglomerado con propiedades fluorescentes visibles solo con la radiación de la luz ultravioleta que permite restaurar monumentos o piezas artísticas sin que las modificaciones se perciban a la vista pero sí bajo unos focos especiales, por lo que ayudará en el futuro a detectar las partes intervenidas con facilidad. Este material ha sido inventado y patentado por el equipo de restauradores de yesos de la Alhambra y es otro de sus grandes logros de estos especialistas reclamados internacionalmente.
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