domingo, 26 de mayo de 2013

800 metros de museo a pie de obra granadahoy.com

El parking que se construye junto a Los Mondragones integrará los restos más importantes de la villa romana recién descubierta
G. CAPPA GRANADA




Aparcar el coche en el parking que se está construyendo en el antiguo cuartel militar del distrito Beiro va a ser, en unos meses, abrir una ventana a la Historia. El equipo de arqueólogos y restauradores que se afanan en desenterrar y estudiar los restos de la villa romana -con la que se toparon los operarios que construían el aparcamiento a finales de enero- trabajan de manera sorda pero continua para terminar los trabajos sobre el terreno en las próximas dos semanas. "Lo primero es excavar en su totalidad y, una vez se documente toda la villa, se pasará a la siguiente fase, que son tareas de restauración y conservación", detalla Juan Cañavate, arqueólogo de la Delegación de Cultura de la Junta e inspector de las excavaciones que dirige Ángel Rodríguez. 

En el caso de los mosaicos, el hallazgo estrella hasta ahora a nivel mediático, los restauradores ya están retirándolos de su ubicación original para guardarlos y que no se deterioren tras siglos bajo tierra. Pero Cañavate señala que hay hallazgos más interesantes aún, caso de la almazara que se encontró junto al complejo de Los Mondragones, "que ha llegado hasta nuestros días casi en perfecto estado de conservación", apunta. En principio, la idea es que la almazara sea el eje sobre el que se vertebre el futuro espacio museístico que quedará integrado en el parking con las piezas más destacadas de la villa. El proyecto sobre el que se trabaja es que este espacio cuente con unos 800 metros cuadrados que albergarán, según las previsiones de los técnicos, unos 100 metros de mosaico, al menos cinco tumbas romanas y dos visigodas de las cerca de 60 encontradas con cerca de 100 enterramientos, la mayoría de ellos niños. 

El yacimiento está ocupado desde el siglo I d. C. hasta la época visigoda, lo que permite documentar por primera vez en un yacimiento de Granada todos los procesos históricos de estas épocas. La primera ocupación avanza del siglo I al VI o VII d. C. y es una zona de viviendas en las que se encuentran los mosaicos que se están levantando, que dan paso a una zona más industrial que es donde está la almazara. En un margen hay una necrópolis procedente de los ocupantes de la villa que posteriormente se reocupa en época más tardía, en época visigoda, hasta que finalmente se abandona. "Pero no se puede saber tampoco hasta cuando se ocupó hasta que no se excave en su totalidad", apunta Cañavate. 

Una vez terminen los trabajos arqueológicos que abarcan cerca de 2.000 metros cuadrados llegará una primera fase de investigación, una segunda en la que se decidirán los elementos que se van a conservar y una tercera en la que se diseñará "la estrategia de difusión de los materiales". ¿Será algo parecido al tajamar del parking del Violón? "No va a tener nada que ver", responde Cañavate, "será un proyecto ambicioso y estamos incluso contemplando la posibilidad de hacerlo visible por ambas partes, es decir, que los restos que finalmente se expongan se puedan ver también desde Los Mondragones, que no haga falta entrar en el parking para ver el complejo". 

En principio no se sabe qué familia romana pudo ser la propietaria de la villa, todo son conjeturas salvo que aparezca alguna inscripción. La extensión está también por concretar porque, según los expertos, se extiende más allá de la actual zona de investigación en las obras del parking y abarcaría más allá del antiguo pabellón de tiro, donde parece se ubicaba la casa principal. 

En la parte del molino hay una serie de pequeñas construcciones y al lado una zona artesanal. A falta del estudio en profundidad de las piezas no se ha encontrado ninguna vasija ni ningún dato que pueda hacer pensar en que era una zona con una actividad comercial reseñable. "Bien es verdad", apunta Cañavate, "que de momento sólo se ha excavado la parte más rústica de la villa, es posible que cuando se investigue la gran casa puedan aparecer materiales más refinados". 

Los trabajos avanzan rápidamente y las tumbas romanas descubiertas ya están en un almacén. No tenían un ajuar importante, sí en cambio las tumbas visigodas, donde aparecen algunas jarritas típicas y algunos aretes que también acabarán en el primer museo de la ciudad que integrará restos romanos. También se han encontrado hasta ocho monedas de diferentes épocas, la más antigua contemporánea al yacimiento, cuyo origen está datado por los arqueólogos en el siglo I d.C. 

La villa es un tipo de asentamiento que se da en las zonas periurbanas y ya han aparecido algunas en Las Gabias o en la antigua estación de Alsina. Pero lo que no localizan los arqueólogos es la ciudad romana que autores como Andrés Adroher sitúan en el Albaicín. Sin embargo, no aparece el foro de la ciudad romana por ningún lado. "La época romana en Granada es muy confusa, lo mismo que en otras ciudades como Córdoba, Sevilla o Málaga lo ves con mucha claridad, en Granada es una época muy confusa que ha dado lugar a muchas especulaciones, pero lo cierto es que no acaba de aparecer la ciudad", dice Cañavate. "Yo llevo muchos años y las hipótesis respecto a la ciudad romana me las guardo, hablaré cuando aparezca. Algunos investigadores la sitúan en el Albaicín aunque extraña que no haya parecido porque se ha excavado sobradamente y tiene unas cautelas arqueológicas establecidas en su plan". Todo lo contrario de lo que ha ocurrido en Los Mondragones, con uno de los momentos más complejos de la arqueología urbana, lo que se llama hallazgo casual, "encontrarte con un yacimiento que no está cautelado y poner en marcha unos mecanismos muy complejos en muy poco tiempo". Esto lo complica en cuanto a la gestión "pero todo el mundo ha llegado a la conclusión, incluidos los promotores, de la necesidad de colaborar de manera estrecha y leal". De hecho, la promotora ha sido quien ha contratado al arqueólogo que dirige las actuaciones y a la empresa de restauración que está retirando los mosaicos, todo bajo la supervisión de los técnicos de la Junta con la colaboración de la propia empresa constructora y el Ayuntamiento de Granada. El resultado será que aparcar el coche sea algo parangonable a entrar en un museo.

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