lunes, 4 de mayo de 2015

El drama de las pateras se intensifica con el triple de inmigrantes que hace un año granadahoy.com

La asociación Pro Derechos humanos duda de las soluciones propuestas por la Unión Europea
L. MINGORANCE · P. FEIXAS GRANADA 
Los inmigrantes que llegan a las costas de Granada son atendidos por Cruz Roja.

Cada día cientos de personas se juegan la vida en el Mediterráneo buscando un futuro mejor. Lo hacen cruzando el mar en embarcaciones precarias lideradas por mafias ante la incomprensión de los europeos, que ven con impotencia su llegada sin saber cómo ayudar o que rechazan su llegada. En la mayoría de los casos estas personas no tienen otra escapatoria. Tampoco nada que perder. 

En las costas granadinas en los últimos cuatro meses se ha triplicado el número de personas que viajaban a bordo de pateras respecto al primer cuatrimestre de 2014. En total, en lo que va de año han sido rescatadas 86 personas en enero, 95 en marzo y 94 en abril -la última patera fue interceptada el pasado jueves con 22 personas a bordo que llegaron a la playa de Carchuna- lo que supone un aumento del 266% respecto a los cuatro primeros meses de 2014. 

Esta tendencia al alza choca con las cifras de años anteriores, en los que la crisis motivó un claro descenso del número de personas que llegaban a las costas granadinas. Así, hace diez años, por ejemplo, en 2005 llegaron a la provincia 2.678 personas. Una cifra que se ha ido reduciendo año tras año hasta las 496 personas que vinieron en todo el ejercicio de 2014. 

El pasado 21 de abril decenas de personas se reunieron en Puerta Real para decir "basta ya" a la pérdida masiva de vidas en el mar Mediterráneo. Aunque las personas que vienen hasta las costas granadinas, en general, consiguen cruzar las aguas con facilidad, en otros puntos como en el canal de Sicilia las desgracias se suceden día tras día. El pasado 19 de abril más de 700 personas perdieron la vida cuando intentaban alcanzar la isla de Lampedusa a través del canal de Sicilia. Una auténtica tragedia que ya ha sido comparada con los fenómenos migratorios durante la II Guerra Mundial. 

Para Miguel García Casanova, de la asociación Por Derechos Humanos, el número de personas que llega a las cosas granadinas o andaluzas es mínimo si se compara con lo que está ocurriendo en las costas de Italia o Grecia. Sin embargo, todo ello está dentro de la misma motivación: la inmigración como forma de salvación ante la situación que se está viviendo en países como Magreb, Siria, Libia o Irak, que están "destruidos a causa de una guerra que no es ajena a Europa", remarca García. 

Así, la causa inmediata es la "destrucción de países" por cuestiones internas, peleas, o disputas con todo lo que de pobreza, sufrimiento y miseria lleva consigo. "A España ha llegado mucho menos", detalla García, que reconoce que en 2014 sí se tiene constancia de que "en Melilla hubo muchos grupos procedentes de estos países que han conseguido pasar con pasaporte". "Eran sirios que huían de la guerra", destaca García. Todo ello justifica el tráfico de personas entre los países en todo el Mediterráneo. 

Para la Asociación Pro Derechos Humanos de Andalucía resultan inviables todas aquellas propuestas realizadas en los últimos días para acabar con las muertes en el Mediterráneo. Según remarca García, no sólo "no van a solucionar nada", sino que fundamentalmente están hechas para blindar Europa. 

"Cuando dicen que han aumentado el presupuesto para la operación Tritón en el Mediterráneo lo que están diciendo es que van a impedir que lleguen las embarcaciones, y que ayudar a los barcos es favorecer un efecto llamada". Ellos defienden que no va a provocar más llamada ni menos, pues las personas que emprenden un viaje tan peligroso lo hacen porque están desesperadas. 

Por último, desde la asociación también se critica la partida económica que el Gobierno de España destina para Cooperación al Desarrollo. 

Según detalló García a este periódico, un 0,17% es una cantidad mínima que no favorece en nada a estos países. Además, el retraso de las administraciones a la hora de pagar a los que gestionan estos proyectos ha provocado que numerosas ONG no las soliciten, pues en ocasiones sale más caro que buscar otras vías de financiación más seguras.

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