Desesperados y «sin un solo euro en el bolsillo», una familia se mete a vivir en una caseta del antiguo centro de salud de Castell, desde donde piden ayuda
-
LAURA UBAGO | CASTELL DE FERRO
Mari Carmen y Santiago llevan dos meses viviendo en un módulo prefabricado en Castell de Ferro. :: JAVIER MARTÍN
Nada más desolador que observar la nevera vacía de una familia abofeteada por la crisis. Algo más desolador: no tener ni nevera. Así están Mari Carmen Fernández, Santiago Amador y sus hijos de 13 y 15 años, «sin un solo euro en el bolsillo» y completamente abatidos. No están acostumbrados a la miseria. Antes tenían una vida normal, con un trabajo –ambos– en los invernaderos y viviendo en un piso de alquiler que no pudieron pagar cuando perdieron el empleo y no volvieron a encontrar. Tal y como cuenta hoy la periodista Laura Ubago en la edición impresa de IDEAL, llevan dos años en blanco y no tienen vehículo para desplazarse más allá de Castell de Ferro, donde aseguran que no encuentran un lugar donde echar jornales.
Hace dos meses, tras realizar un periplo infructuoso por las casas de sus familiares, llenas de bocas que alimentar, Mari Carmen y Santiago tomaron la opción desesperada de meterse a vivir en un módulo prefabricado. Una caseta situada en un solar junto a la carretera, que en su día fue el vestuario del centro de salud del pueblo, mientras que se estuvo construyendo el nuevo. Ahora es la improvisada casa de la familia Amador Fernández aunque de casa tiene bien poco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario