La jornada, organizada por la Escuela Andaluza de Salud Pública, comenzará con la proyección de la película 'Arrugas', sobre dos amigos ancianos que viven en una residencia
INÉS GALLASTEGUI | GRANADA
magen de la película de animación 'Arrugas'.
El Parque de las Ciencias acogerá esta tarde una jornada de debate en torno a la enfermedad de Alzheimer, en la que además de expertos y científicos participarán personas cuidadoras de los afectados, organizada por la Escuela Andaluza de Salud Pública (EASP). El acto comenzará a las 18.00 horas en el auditorio del museo con la proyección de la película 'Arrugas', de Ignacio Ferreras, que trata de la vivencia de unos amigos en torno a este mal neurodegenerativo, seguirá con el debate y finalizará con la presentación del libro de Andrés Neuman 'Hablar solos', que aborda la irrupción de la enfermedad en la familia y en la relación de pareja. La entrada es gratuita.
La mesa redonda, moderada por el profesor de la EASP Joan Carles March, es una iniciativa de la Escuela de Pacientes, impulsada por la consejería andaluza de Salud para que enfermos o familiares de enfermos se formen como expertos en el manejo de diversas patologías y ayuden a otras personas en su misma situación.
«El objetivo es reflexionar sobre lo que supone vivir cuidando, visibilizando a las personas que lo hacen día a día, así como avanzar en el conocimiento de la enfermedad de Alzheimer y la divulgación de la ciencia en la ciudadanía», señaló la EASP en un comunicado. Una de las participantes en la charla será Rosa Campoy, que contará su día a día con la enfermedad de Alzheimer de sus padres.
Por su parte, el jefe de servicio de la Consejería de Salud y Bienestar Social, Juan Manuel Espinosa, explicará cuál es la situación actual de los enfermos y cómo afecta ese mal a las familias. «Muchas veces nos ocupamos de los síntomas del enfermo y nos olvidamos de la persona que le cuida», avanzó el experto a IDEAL.
El director del Plan Andaluz de Alzheimer explicó que, aunque se trata de una enfermedad «catastrófica», si el diagnóstico se realiza de forma precoz es posible ralentizar el deterioro mental de los pacientes mediante el uso de fármacos, la estimulación cognitiva y el ejercicio físico entre 4 y 7 años. «Eso para la persona que lo padece o para quien la tiene que cuidar es determinante», dijo.
Espinosa recordó que no hay datos sobre la incidencia de la dolencia en Andalucía, pero las cifras son similares en toda Europa: la sufre aproximadamente el 6% de la población de más de 65 años y el 20% de más de 80. «Pero estamos viendo casos en personas muy jóvenes. A ello contribuye el hecho de que se esté desmitificando y haya dejado de ser una enfermedad vergonzante», subrayó.
No obstante, el representante de Salud reconoció que el alzhéimer supone un gran reto social, en un momento en que las ayudas a la dependencia están en pleno retroceso a causa de los recortes del Gobierno. En estadíos avanzados, recordó, los pacientes «necesitan cuidados 24 horas al día, 365 días al año». En Andalucía el 80% de esos costes los asumen las familias y, si se reduce aún más el 20% que representan los centros de día, la rehabilitación psíquica o la ayuda domiciliaria, «la carga que se les echa a los cuidadores es mayor, y esto es algo que puede acabar con la persona y con la familia».
No hay pastilla
Por su parte, el catedrático de Fisiología de la Universidad de Granada Francisco Vives, que también participará en el debate, reconoció que en la actualidad no hay un tratamiento eficaz frente a esta dolencia neurodegenerativa. «Hace veinte años pensábamos que a estas alturas ya podríamos curar el alzhéimer con una pastilla y seguimos como antes», señaló ayer. Los fármacos utilizados actualmente, dijo, solo sirven para mejorar la memoria en los estadíos más tempranos del mal, pero pronto pierden su eficacia. «Solo se puede recomendar una dieta sana y ejercicio físico e intelectual», admitió.
«El desafío de la investigación es poder diagnosticar la enfermedad en fases tempranas: ahora se diagnostica cuando ya está muy avanzada y no tiene solución -explicó el científico del Centro de Investigaciones Biomédicas de la UGR-. Se buscan marcadores biológicos o de neuroimagen que indiquen que una persona de forma incipiente está desarrollando alzhéimer, porque una vez que se instaura, como supone la muerte celular de áreas extensas del cerebro, ya no tiene remedio».
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