Francisco Parra Rojas es el concursante afincado en Granada que compite por ganar una plaza en la nave 'Axe Apollo', que llevará turistas al espacio a finales del próximo año
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DANIEL OLIVARES | GRANADA
Francisco Parra posa junto a la tumba en Viena del físico austríaco Ludwig Boltzmann. / R. I.
Nunca soñó con ser astronauta, pero sí lo hizo con tocar las estrellas a través del telescopio que se compró con 15 años a escondidas de sus padres. Esa fantasía infantil, adolescente y se puede decir que adulta está más cerca de cumplirse. Es Francisco Parra Rojas, un almeriense de Cuevas de Almanzora, de 32 años, afincado en Granada desde su juventud que casi sin querer se ha visto involucrado en la carrera mundial por conseguir una plaza en la nave del proyecto ‘Axe Apollo’ para llevar turistas al espacio. Sin querer porque «todo empezó como una broma en Facebook», como asegura él mismo, pero que puede terminar convirtiéndose en una realidad muy seria. Tan seria que casi asusta.
Si lo consigue, Fran, como le conocen sus amigos, no será un turista cualquiera, sino que los 21 tripulantes que ocuparán el resto de asientos se verán acompañados por todo un experto conocedor del espacio interplanetario, un astrofísico del Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA), nada más y nada menos. Con ese viaje vería colmada la gran ilusión de su vida, esa que fue creciendo en su interior con las sagas de películas como ‘Star Wars’ o ‘Star Trek’. Además, sería la envidia de muchos, sobre todo de sus compañeros y de su jefe en el departamento del IAA en el que trabaja. «Ya me ha pedido que lleve instrumentos y todavía no he ganado nada», señala divertido Fran Parra.
Para alcanzar ese majestuoso anhelo aún deberá pasar una serie de pruebas. Hoy mismo, esta tarde, será sometido a un examen médico para comprobar su estado físico y descartar que sufra algún tipo de impedimento para viajar más allá de la estratosfera. Es uno de los requisitos previos de la organización del concurso antes de viajar a Madrid para participar mañana en la penúltima fase del programa nacional, en la que deberá hacer frente a otra serie de pruebas físicas y de resistencia. Él se ve capacitado para superarlas, aunque desconoce en qué estado físico llegarán los otros 29 participantes. «En mi caso, estoy en forma, creo. Hago bicicleta todos los días y algo de deporte», apunta. En cualquier caso, prefiere no hacerse muchas ilusiones. «Soy consciente de que es complicado. En principio voy a divertirme, aunque conseguirlo sería fantástico. De todas formas, soy de los que piensa que siendo pesimista las cosas después saben mejor», aclara con humor.
Experto en la ionosfera
El destino ha querido que Fran Parra se encuentre ante la oportunidad de su vida. Es astrofísico y su especialidad es el estudio sobre cómo afectan los rayos de las tormentas a la ionoesfera, justo la parte de la atmósfera terrestre a la que llegará la nave de ‘Axe Apollo’ en su viaje espacial. Se sitúa entre la mesosfera y la exosfera y se extiende aproximadamente entre los 80 y los 500 kilómetros de altitud sobre la Tierra. La nave alcanzará los 100 kilómetros, según el programa espacial de la compañía que pondrá en marcha estos vuelos para turistas en 2014. Siendo así, el astrofísico del IAA podría observar desde cerca los fenómenos que ha venido indagando a través del telescopio durante los últimos años. Este tipo de investigaciones son muy importantes para averiguar, por ejemplo, cómo influyen los procesos ionesféricos sobre las transmisiones con los satélites, las comunicaciones por radio o los sistemas de navegación
Sobre cohetes y proyectiles espaciales también tiene algunos conocimientos. «En la carrera se estudian –se licenció en Física entre la Universidad de Granada y la de La Laguna en Tenerife y después completó un Master de Métodos y Técnicas avanzadas en Física–. Aparte me he leído algún libro sobre la carrera espacial», indica. Esa formación le sirvió para colarse entre los 30 finalistas de la segunda fase del concurso de ‘Axe Apollo’, ya que una de las pruebas fue diseñar un prototipo de traje espacial. Un comité de expertos determinó que el suyo era viable y fue uno de los elegidos. Antes de eso, sus amigos fueron una parte determinante en todo el proceso, puesto que ellos le auparon con sus votos hasta las primeras plazas de un concurso que iniciaron 17.000 aspirantes y que la votación popular cribó hasta que quedaron 8.000. Cuatro meses ha durado el proceso hasta llegar a la fase decisiva.
Si en Madrid acaba entre los 20 primeros, aún deberá pasar otra fase que se celebrará en Ibiza y de la que saldrán los dos representantes españoles que viajarán hasta Orlando (EE UU) para continuar la carrera hacia el espacio y hacia el estrellato, puesto que de ahí saldrá el primer turista espacial de la historia de España.
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