Un comité evaluador le denegó presentarse a las oposiciones de su especialidad pese a haber acabado la carrera y sobresalir en las prácticas
DANIEL OLIVARES | GRANADA
Teresa Merlo, acompañada por las maestras de Infantil del colegio El Olivarillo de Padul. :: A. AGUILAR
Una malformación congénita de nacimiento trajo al mundo a Teresa Merlo con solo dos falanges en cada una de sus manos, cuatro dedos que no le han impedido desarrollar una vida. Tampoco amilanó su afán de superación la falta de una rótula en su pierna izquierda. O que hace cuatro años le fuera amputada esa articulación de rodilla para abajo y necesitara desde entonces una prótesis para caminar y continuar su vida. Ha sido un equipo de valoración y orientación dependiente de la Delegación Territorial de la Consejería de Salud y Bienestar Social el que ha frenado en seco los 29 años de lucha contra los obstáculos arquitectónicos y los prejuicios del ser humano. Le consideran «no apta» para el desarrollo de las funciones de maestra de Educación Infantil y le impiden así presentarse a las oposiciones el próximo mes.
La incongruencia del caso es que sí le consideran «apta» para ser maestra de Primaria. Es decir, no puede enseñar a niños menores de 5 años pero sí puede hacerlo con escolares de 6 a 10 años.
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