lunes, 10 de junio de 2013

Trabas para la investigación en patologías mentales y neurológicas granadahoy.com

Un tercio de las discapacidades en España se deben a una patología neurodegenerativa. La búsqueda de nuevos marcadores pronósticos podría mejorar el abordaje terapéutico.
RAMIRO NAVARRO

El director del Centro de Investigación Biomédica en Red sobre Salud Mental, Celso Arango.
Un varapalo a los responsables, públicos y privados, en el diseño de planes de investigación. La investigación en salud mental se siente marginada. El director científico del Cibersam (Centro de Investigación Biomédica en Red en Salud Mental), Celso Arango, y su homólogo en el Ciberned (Centro de Investigación Biomédica en Enfermedades Degenerativas), Jesús Ávila de Grado, han denunciado la "falta de interés" del la Administración y del sector privado a la hora de investigar sobre las enfermedades mentales y neurodegenerativas. Durante la presentación del primer Encuentro de Investigación Traslacional en Enfermedades Mentales y Neurodegenerativas', que tendrá lugar el 14 y 15 de junio en Madrid, los expertos han lamentado que, aún tratándose de unas patologías que cada año afectan a más personas, los organismos privados y públicos no tienen invierten en el conocimiento de ellas. "Las enfermedades del cerebro son la causa principal de las discapacidades. De hecho, más de un 30% de la discapacidad de todas las patologías está relacionada con algún tipo de enfermedad cerebral. Un hecho importante que, desgraciadamente, no se relaciona con la inversión que realizan los sucesivos gobiernos", ha argumentado Arango. 

Esta falta de interés por parte de los poderes políticos se debe a que estas enfermedades no son inmediatas, sino que necesitan un tratamiento sostenido en el tiempo y, además, no suelen matar a pesar de que los pacientes suelen vivir unos veinte años menos que el resto de la población. 

"Los gobiernos son cada cuatro años y por eso tienden a mirar a corto plazo, dando más importancia a los índices de mortalidad que a las tasas de discapacidad", ha explicado el director científico del Cibersam, para analizar que la industria farmacéutica tampoco suele invertir en estas enfermedades por la falta de pruebas de validez objetiva que aportan, debido a que no existen apenas marcadores biológicos que la determinen. 

Además, ha proseguido, las agencias reguladoras de medicamentos no tienen tantas presiones a la hora de autorizar un fármaco como las tienen en otras enfermedades. Y es que, mientras que un medicamento para el cáncer tarda unos seis años en ser autorizado, uno para tratar una enfermedad mental o neurodegenerativa tarda unos diez años. 

Estas declaraciones han sido corroboradas por el director científico del Ciberned, quien ha recordado que uno de los actuales problemas de los tratamientos de estas patologías es su ineficacia ya que, como consecuencia de que los síntomas no son visibles, cuando se descubren ya es "demasiado tarde". No obstante, el experto ha destacado la importancia que tiene invertir en las enfermedades del cerebro porque son crónicas y sus terapias son largas. Por ello, a su juicio, si se descubren cuáles son los marcadores más precoces que indican la presencia de estas patologías se conseguirá actuar de manera más temprana e, incluso, ahorrar costes al sistema sanitario. 

Hace un año, Celso Arango en un artículo publicado en Revista de Psiquiatría y Salud Mental ya afirmaba que "en una situación favorable para la psiquiatría española que se ha internacionalizado y está presente en todos los foros importantes de discusión y decisión que tienen que ver con la investigación en salud mental no podemos desaprovechar esta oportunidad". En su opinión, el binomio público-privado es la vía más eficiente para convertir ideas en patentes y obtener retorno con la investigación realizada.

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