Los especialistas aseguran que "el peso no es todo" y que es preferible mantener la salud
R. CASTRO Expertos en Endocrinología y Nutrición han advertido de los graves riesgos para la salud que acarrean las dietas desequilibradas o heterodoxas, conocidas como milagro, que permiten una pérdida de peso muy rápida, aunque también conllevan un empeoramiento de la calidad y expectativa de vida.
"El peso no es todo, es preferible mantener la salud", ha sentenciado Javier Salvador, presidente de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), que celebra desde ayer en Granada su 55 congreso con más de un millar de especialistas y que aborda además asuntos sobre obesidad, diabetes o disfunción tiroidea.
Tanto Salvador como la doctora Elena Torres, copresidenta del comité organizador del congreso, han coincidido en la necesidad de enviar un mensaje "claro" sobre los riesgos que tienen dietas como Dukan, Atkins, la del astronauta o las vinculadas a batidos o algunos productos como la alcachofa, el melocotón o la cebolla.
"La mayoría de ellas son dietas ricas en proteínas, con muy poco hidrato de carbono (cetogénica), que producen un incremento de acetona, que también produce una inhibición del apetito", ha explicado Torres, que ha añadido que ello puede producir "problemas graves" de salud en personas que no estén sanas y, a medio o largo plazo, afecciones nutricionales o déficits vitamínicos.
Según Salvador, el exceso de peso en cualquier persona se deriva de la superabundancia de grasa y lo que debe de conseguirse es precisamente una pérdida "lo más selectiva posible" de ese exceso del "compartimento graso".
Con las dietas desequilibradas, ha expuesto, suele perderse agua corporal de forma "muy rápida", lo que se puede acompañar de una eliminación de masa grasa, muscular o ósea, que es "tremendamente importante" para el mantenimiento de la salud.
Esa pérdida rápida del peso, que para que fuera aparejada con la eliminación del exceso de grasa necesitaría de mayor tiempo, puede provocar la aparición de arritmias, cansancio, pérdida de cabello, estreñimiento pertinaz, diabetes o hipertensión y luego producir además un "efecto yoyó": recuperar más peso del que inicialmente se partió.
"Hablemos de salud, no tanto de peso", ha insistido el presidente de la SEEN, partidario de una dieta equilibrada, con control médico, y una pérdida de peso más lenta que se traduzca también en una mejora sanitaria, no en lo contrario.
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