La Universidad de Granada participa en la creación de una innovadora aplicación para móviles y tabletas destinada a mejorar la atención visual y la comprensión de personas con trastornos autistas
VÍCTOR OLIVENCIA GRANADA
Android, Windows, Linux y iPad. No son los nombres de los componentes del nuevo proyecto de la NASA ni de varias ciudades americanas. Son las denominaciones de algunos sistemas operativos de las tabletas y ordenadores más modernos, a los que está destinada la nueva herramienta desarrollada por la Escuela de Informática y Telecomunicaciones de la Universidad de Granada. Se trata de una aplicación cuyo objetivo es que los niños con autismo vean facilitado su proceso de aprendizaje y de mejora de su capacidad de atención. "La aplicación va dirigida a personas que tienen problemas para reconocer en una fotografía, en un vídeo o en un dibujo los objetos del mundo real", manifestó María José Rodríguez, profesora de la mencionada facultad y directora del proyecto.
Sígueme es el apelativo escogido para una iniciativa orientada a individuos que no tienen todavía acceso a la lectura ni a la escritura y, en muchas ocasiones, no comprenden el significado de algunas palabras o instantáneas. Como declaró Rodríguez, la finalidad era que ellas vieran mejoradas sus relaciones personales: "Estamos hablando de personas que tienen un coeficiente intelectual muy bajo, menos de 60, y que tienen problemas para comunicarse con sus semejantes; personas solitarias y aisladas, con alteraciones sociales y con retraso en su desarrollo".
Pero no son únicamente los autistas los destinatarios de este innovador instrumento. Otros jóvenes con "retraso a nivel madurativo", también pueden verse beneficiados. Y es que, según expuso María José Rodríguez, pese a que ya existen multitud de aplicaciones para móviles y tabletas, la mayoría de ellas no están adaptadas para que estas personas puedan utilizarlas. Finalizado el proceso de aprendizaje, también los afectados por trastornos autistas disfrutarán de todas ellas.
Otra de las patas sobre las que se sostiene este proyecto es la Fundación Orange. Su presidente, Manuel Jimeno, se mostró "muy orgulloso" de su participación en algo que considera de gran importancia para la sociedad. "Somos una fundación que intentamos crear lazos de comunicación entre las personas y, en el terreno de la discapacidad, ponemos más énfasis en el la enfermedad del autismo", señaló.
Se podría dudar de la viabilidad y la utilidad de la aplicación, mas los creadores no han querido dejar ni un cabo suelto. La herramienta ya se ha puesto a prueba en un estudio piloto a lo largo del curso académico 2012-2013. 71 jóvenes menores de 18 años y repartidos entre 22 centros de toda España -12 de ellos en la provincia de Granada- fueron los primeros en usarla. "El 96% de la muestra mantuvo atención visual durante todo el tiempo que usó la herramienta y casi el 60% la aumentó una vez finalizadas las sesiones", aseguró Jimeno. Es más, ni los propios investigadores esperaban el nivel de efectividad mostrado: "Los beneficiados logrados han superado ampliamente los esperados".
La aplicación ya está disponible de forma gratuita y cuenta con seis fases en la que la interacción con cada niño es personalizable a sus habilidades y conocimientos. Su puesta en marcha contó, igualmente, con la colaboración del Colegio de Educación Especial de la Fundación Purísima Concepción de Granada y de Everyware Technologies.
Sígueme es el apelativo escogido para una iniciativa orientada a individuos que no tienen todavía acceso a la lectura ni a la escritura y, en muchas ocasiones, no comprenden el significado de algunas palabras o instantáneas. Como declaró Rodríguez, la finalidad era que ellas vieran mejoradas sus relaciones personales: "Estamos hablando de personas que tienen un coeficiente intelectual muy bajo, menos de 60, y que tienen problemas para comunicarse con sus semejantes; personas solitarias y aisladas, con alteraciones sociales y con retraso en su desarrollo".
Pero no son únicamente los autistas los destinatarios de este innovador instrumento. Otros jóvenes con "retraso a nivel madurativo", también pueden verse beneficiados. Y es que, según expuso María José Rodríguez, pese a que ya existen multitud de aplicaciones para móviles y tabletas, la mayoría de ellas no están adaptadas para que estas personas puedan utilizarlas. Finalizado el proceso de aprendizaje, también los afectados por trastornos autistas disfrutarán de todas ellas.
Otra de las patas sobre las que se sostiene este proyecto es la Fundación Orange. Su presidente, Manuel Jimeno, se mostró "muy orgulloso" de su participación en algo que considera de gran importancia para la sociedad. "Somos una fundación que intentamos crear lazos de comunicación entre las personas y, en el terreno de la discapacidad, ponemos más énfasis en el la enfermedad del autismo", señaló.
Se podría dudar de la viabilidad y la utilidad de la aplicación, mas los creadores no han querido dejar ni un cabo suelto. La herramienta ya se ha puesto a prueba en un estudio piloto a lo largo del curso académico 2012-2013. 71 jóvenes menores de 18 años y repartidos entre 22 centros de toda España -12 de ellos en la provincia de Granada- fueron los primeros en usarla. "El 96% de la muestra mantuvo atención visual durante todo el tiempo que usó la herramienta y casi el 60% la aumentó una vez finalizadas las sesiones", aseguró Jimeno. Es más, ni los propios investigadores esperaban el nivel de efectividad mostrado: "Los beneficiados logrados han superado ampliamente los esperados".
La aplicación ya está disponible de forma gratuita y cuenta con seis fases en la que la interacción con cada niño es personalizable a sus habilidades y conocimientos. Su puesta en marcha contó, igualmente, con la colaboración del Colegio de Educación Especial de la Fundación Purísima Concepción de Granada y de Everyware Technologies.
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