En plena alarma por el Castor, los ecologistas alertan de los daños ambientales y hasta riesgos sísmicos que generaría el proyecto
El cierre de la planta submarina de almacenaje de gas natural del proyecto Castor -después de que más de quinientos terremotos hayan zarandeado a distintas poblaciones de Castellón y Tarragona- hace que, estos días, media España mire con recelo los proyectos de hidrocarburos. Y en la Costa de Granada, que confía su futuro al turismo y sostiene un importante sector pesquero, la mera posibilidad de que se construya una plataforma para sacar gas de los fondos marinos echa a temblar a distintos colectivos. No es solo una hipótesis: existe una empresa interesada en buscar hidrocarburos y, por lo pronto, ha pedido los permisos para estudiar los fondos.
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