jueves, 23 de julio de 2015

La grandeza del interior grupojoly

Plaza Mayor de Vic
Un recorrido pausado por la comarca de Osona puede ser un magnífico preludio antes de adentrarnos en la magia de Vic. Lo puedes hacer a pie en un tramo del camino del Abat Oliba, el que une Folgueroles con Vic. Partirás del pueblo de uno de los escritores más relevantes de Cataluña, Jacinto Verdaguer, en un sendero que te llevará desde el mundo rural, de las masías, los antiguos molinos y los cultivos, al mundo urbano. Vic es una ciudad milenaria, ya que existen testimonios escritos del siglo IV a.C. que ya hablaban de ella. En aquel momento tenía otro nombre, Ausa, y era el centro de la tribu ibérica de los Ausetanos. Sus rincones principales ponen de relieve la riqueza histórica del lugar: el templo romano, la Catedral de San Pedro, la plaza del mercado…
Si lo tuyo no es el senderismo, también hay la posibilidad de recorrer el centro histórico de Vic montado en un segway. Como la mañana será intensa, por la tarde puedes recobrar fuerzas con un poco de gastronomía. Vic es una ciudad popular por sus embutidos, así que no te vayas sin probar alguno de los manjares locales: salchichón, espetec, fuet, secallona, chorizo, somalla, butifarrada cocida...
Día 2
Cicloturismo y 'relaxing moment'
El río Ter se abre paso entre los valles de las montañas, dando lugar a uno de los paisajes más bellos de la comarca del Ripollès, el Valle de Camprodón. Te proponemos una ruta en bicicleta recorriendo senderos, que guardan una gran variedad de fauna y flora. Para superar la fatiga de la ruta en bicicleta, el mejor remedio lo tienes en el spa del Hotel Grèvol. Disponen de un tratamiento sensorial que te bañará con la esencia de la Costa Brava. Comenzará con una atmósfera aromática de aceites y un tratamiento inspirado en un poema del escritor catalán, Jacinto Verdaguer. Antes de despedirnos de Camprodón, no te olvides de acercarte a comprar las exquisitas galletas Birba, de gran tradición en Cataluña.
Después, tienes que ir a Sant Joan de les Abadesses, un pueblo con una historia marcada por la de su monasterio. Éste fue el primer convento femenino de Cataluña, fundado en el año 887 por Guifré el Pilós, y es uno de los mayores exponentes del románico catalán.
Arte románico y un tren con mucho encanto
Tren cremallera en el Valle de Nuria
Si quieres seguir disfrutando del románico, acércate al Monasterio de Santa María de Ripoll. Alcanzó un enorme poder político, social y cultural, hasta tal punto que se convirtió en una escuela de calígrafos y miniaturistas, además de un notable centro de enseñanza de las siete artes liberales, las que formaban el trivio (gramática, lógica y retórica) y el cuadrivio (aritmética, geometría, música y astronomía).
Para seguir degustando la esencia de Cataluña, tienes que vivir un ascenso en tren cremallera a Núria (Girona). El recorrido es muy atractivo, sobre todo porque podrás disfrutar de un vagón de lujo con butacas móviles para admirar mejor el paisaje.
Una cena volcánica
El Volcán Croscat, ubicado en el Parque Natural de la Zona Volcànica de la Garrotxa
Merece la pena desplazarse una hora en coche desde Núria para llegar a Olot y disfrutar de la cena más singular de tu vida en el cráter del volcán Montsacopa, donde se organizan menús de inspiración volcánica. Su ubicación lo ha convertido en un mirador espectacular de la ciudad de Olot y de algunas cimas de los Pirineos de Cataluña.
Día 3
Contacto con la naturaleza y el mejor vino
Viñedos de la bodega Raventós Rosell con la montaña de Montserrat de fondo
Para el tercer día, la sugerencia es una ruta por la Vía Brava de Banyoles. Ésta es la única de las vías bravas de Cataluña que va por aguas dulces, en el Lago de Banyoles. Después de este chapuzón recupera el aliento haciendo un exquisito picnic entre viñedos en Siurana d’Empordà. Primero, te proponen una visita guiada por la finca, con cata de vinos incluida y, después, podrás comerte la comida que hayas preparado en un marco natural incomparable.
La estrella del lugar se llama Font Vella
Si te da tiempo, a solo una hora de distancia se encuentra el famoso Balneario de Font Vella, donde dispones de un amplio catálogo de tratamientos de wellness, tradicionales y exóticos. Tienen, por ejemplo, un masaje con caracoles de mar, que contiene iones de calcio para darte una inmensa sensación de relajación.
Para más información visita estucasa.catalunya.com

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