Más de 400 hectáreas han quedado dañadas por el granizo en Río Verde, Seco y Jate
ROSA FERNÁNDEZ ALMUÑÉCAR , COSTA
Las lluvias de estos días no hacen más que acrecentar la preocupación de los agricultores de la zona de Almuñécar cada vez que miran al cielo. La granizada del pasado jueves en la Costa ha provocado que entre un 80 y un 90% de la cosecha de chirimoya se haya perdido, sobre todo, de las vertientes del Río Seco, Verde y también del margen derecho del Río Jate en el Pago de Guerra en La Herradura.
Aún cuando es pronto para realizar una valoración, pues todavía se están recopilando los informes, el presidente de la Denominación de Origen de la Chirimoya, Antonio Sánchez, estimó la superficie dañada en unas 400 hectáreas y más de 12 millones de kilos de chirimoyas dañadas. Así, calculó que a un precio de 1,5 euros el kilo, la pérdida sólo en fruto superaría los 18 millones de euros. "A ello hay que añadir los jornales, abonos o la manipulación en los almacenes ", agregó el también gerente de Frutas El Romeral.
Santiago Pérez, que visitó esta semana Almuñécar, aseguró que había podido comprobar de primera mano los destrozos que el granizo ha hecho "en una zona que tiene una agricultura muy competitiva, especialmente en el chirimoyo", e incidió en que el problema se acrecienta pues no sólo se ha perdido la producción de estas 400 hectáreas, sino que estos productos estaban ligados a la exportación, "lo que supone una pérdida de puestos de trabajo y de líneas comerciales", añadió. Pérez comunicó a los agricultores la intención de la Subdelegación de solicitar al Ejecutivo central la consideración de Almuñécar como zona catastrófica, aunque advirtió de que los agricultores tienen que tener paciencia ante la compleja tramitación.
Esta semana los técnicos de la OCA (Oficina Comarcal Agraria de Motril) estuvieron ya recabando datos, delimitando las zonas de afección y los porcentajes. En las zonas centrales de la vega se llegaba incluso a una pérdida del 100%. El concejal de Medio Ambiente, Luis Aragón, comentó que la Junta de Andalucía ya había recepcionado este informe, ya que es preceptivo para la solicitud de zona catastrófica. También se ha habilitado una oficina, adonde ya han empezado a acudir durante los tres últimos días lectivos, los primeros interesados.
Los agricultores están preocupados por el hecho de que no sólo está dañado el fruto, sino también el árbol, lo cual perjudicará a las cosechas de los próximos años. También están inquietos porque además del daño agrícola, hay que sumar el daño industrial de las comercializadoras, ya que las empresas que venden el chirimoyo al exterior también han perdido la inversión que habían realizado, además de que en la comarca los propietarios de los terrenos no son los perjudicados, sino que suelen ser los arrendatarios los cuales venden su producción cuando todavía está en el árbol. Por ello, el Ayuntamiento propone valorar los daños por parcela.
Aún cuando es pronto para realizar una valoración, pues todavía se están recopilando los informes, el presidente de la Denominación de Origen de la Chirimoya, Antonio Sánchez, estimó la superficie dañada en unas 400 hectáreas y más de 12 millones de kilos de chirimoyas dañadas. Así, calculó que a un precio de 1,5 euros el kilo, la pérdida sólo en fruto superaría los 18 millones de euros. "A ello hay que añadir los jornales, abonos o la manipulación en los almacenes ", agregó el también gerente de Frutas El Romeral.
Santiago Pérez, que visitó esta semana Almuñécar, aseguró que había podido comprobar de primera mano los destrozos que el granizo ha hecho "en una zona que tiene una agricultura muy competitiva, especialmente en el chirimoyo", e incidió en que el problema se acrecienta pues no sólo se ha perdido la producción de estas 400 hectáreas, sino que estos productos estaban ligados a la exportación, "lo que supone una pérdida de puestos de trabajo y de líneas comerciales", añadió. Pérez comunicó a los agricultores la intención de la Subdelegación de solicitar al Ejecutivo central la consideración de Almuñécar como zona catastrófica, aunque advirtió de que los agricultores tienen que tener paciencia ante la compleja tramitación.
Esta semana los técnicos de la OCA (Oficina Comarcal Agraria de Motril) estuvieron ya recabando datos, delimitando las zonas de afección y los porcentajes. En las zonas centrales de la vega se llegaba incluso a una pérdida del 100%. El concejal de Medio Ambiente, Luis Aragón, comentó que la Junta de Andalucía ya había recepcionado este informe, ya que es preceptivo para la solicitud de zona catastrófica. También se ha habilitado una oficina, adonde ya han empezado a acudir durante los tres últimos días lectivos, los primeros interesados.
Los agricultores están preocupados por el hecho de que no sólo está dañado el fruto, sino también el árbol, lo cual perjudicará a las cosechas de los próximos años. También están inquietos porque además del daño agrícola, hay que sumar el daño industrial de las comercializadoras, ya que las empresas que venden el chirimoyo al exterior también han perdido la inversión que habían realizado, además de que en la comarca los propietarios de los terrenos no son los perjudicados, sino que suelen ser los arrendatarios los cuales venden su producción cuando todavía está en el árbol. Por ello, el Ayuntamiento propone valorar los daños por parcela.
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